06/07/2025
100 años de Szyszlo, el gran pintor ancestralista abstracto de Latinoamérica

Fuente: telam
Dos muestran celebran el legado del artista peruano que rescató un “ancestralismo muerto” para unirlo con una abstracción
>Tras cien años de su nacimiento, Perú recuerda al pintor ancestralista abstracto Fernando de Szyszlo a través de un viaje por su vida, su obra y sus amistades con dos exposiciones en Lima, la ciudad que lo recibió como genio después de vivir en Europa.
En la ciudad de su vida y muerte, dos exposiciones lo celebran: a través de su obra, en el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) de Barranco, y en recuerdos y fotografías, en el Centro Cultural Inca Garcilaso, de la Cancillería.
Esta última presenta una visión íntima y personal del artista, con un recorrido cronológico a través de sus grandes hitos, pero también, álbumes de fotografías inéditas cedidas por sus familiares, retratos hechos por sus amistades o un busto en bronce vaciado.Además, se expone imponente, en una vitrina, el mítico mechón de pelo del poeta César Vallejo, la reliquia única del célebre autor de ‘Poemas Humanos’ y ‘España, aparta de mí este cáliz’, que estuvo en posesión del artista plástico.Hijo de polaco y peruana, Szyszlo nació en Lima el 5 de julio de 1925 y entró en contacto con el arte gracias al legado de su tío materno Abraham Valdelomar, un célebre escritor, periodista y dibujante reconocido como el iniciador del cuento moderno en Perú.
En su juventud en Lima probó y dejó los estudios universitarios en arquitectura, e ingresó en la Academia de Artes Plásticas de la Pontificia Universidad Católica del Perú, tutelado por el pintor impresionista austríaco Adolfo Winternitz.Un año después viajaría al “hervidero de vida” que entonces le supuso París, junto a su primera esposa, la poeta Blanca Varela, quien fue madre de sus dos hijos: Vicente y Lorenzo.
En París estuvo inmerso en un entramado artístico que lo llevó a frecuentar a Rufino Tamayo, Julio Cortázar, André Bretón, Enrique Zañartu, y una burbuja de surrealismo y arte abstracto que no tardaría en implementar en su regreso a Lima.Además de genio pictórico, fue militante, ya que ensalzó el debate sobre el origen del arte y el indigenismo academizado, pero también sobre la situación política, mediante el Movimiento Libertad, que fundó junto a Mario Vargas Llosa, su íntimo amigo, en respuesta a la crisis que atravesaba su país a fines de los años 80.
Honrado con la Orden de las Artes y Letras de Francia en 1981 y, seis años más tarde, la Orden de Bernardo O’Higgins, en Chile, su obra se consolidó en el panorama internacional, y desde entonces recorrería museos de Estados unidos, Europa y Latinoamérica.Murió a los 92 años junto a su segunda esposa, en un accidente que cubriría de luto la historia artística peruana, y ahora, a cien años de su nacimiento, vive en su obra y en la memoria de sus admiradores y de artistas tan preclaros como Octavio Paz o Vargas Llosa.
Fuente: EFEFuente: telam
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