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28/06/2025

Un comisario de La Pampa se casó y ordenó que los presos le hicieran el asado y oficiaran de mozos

Fuente: telam

La fiesta fue a una cuadra de la comisaría. El policía enfrentó esta semana un juicio por incumplimiento de los deberes de funcionario público

>El jefe de la subcomisaría de Lonquimay, en La Pampa, organizó su casamiento y recurrió a una insólita solución para ahorrar costos: ordenó a seis detenidos que prepararan el asado, sirvieran el almuerzo y limpiaran el salón. Los presos caminaron sin custodia hasta el lugar y, tras la fiesta, regresaron por sus propios medios a sus celdas. Esta semana, el oficial enfrentó un juicio por incumplimiento de los deberes de funcionario público.

Para reducir los gastos, ordenó a los detenidos que tenía bajo custodia que trabajaran durante la celebración. Curiosamente, los presos llegaron caminando, algunos sin custodia, y al finalizar la fiesta regresaron por sus propios medios para continuar detenidos.

Esta semana se llevó a cabo en el Centro Judicial de Santa Rosa el juicio oral contra el oficial inspector Cristian Martín Galván, quien utilizó a seis de los ocho detenidos de la subcomisaría de la que estaba a cargo para trabajar en su fiesta de casamiento.

En diálogo con Infobae, el fiscal general de la I Circunscripción del Ministerio Público Fiscal, Guillermo Sancho, confirmó que Galván se casó el 31 de mayo y utilizó a varios de los detenidos como parte del servicio de catering de su celebración.

Durante el juicio, varios de los involucrados se mostraron reticentes a declarar. La mayoría continúa cumpliendo condena.

“Se trata de un claro incumplimiento de los deberes de funcionario público, ya que los detenidos fueron liberados sin autorización. Galván tuvo suerte de que ninguno se fugara. En cuanto a los presos, no cometieron delito alguno: cumplieron una orden, salieron caminando y regresaron de igual modo”, afirmó el fiscal.

Cuando la Fiscalía comenzó la investigación, ya habían pasado varios días y las cámaras de seguridad de la comisaría no conservaban registros del movimiento de los presos durante esa jornada.

Hubo hasta llantos. Declararon los seis detenidos esclavizados por Galván. Cuatro de ellos reconocieron haber participado de alguna manera en el evento, mientras que los otros dos negaron cualquier vínculo. Las declaraciones dejaron al oficial imputado en una situación comprometida.

Otro de los testigos fue Oscar Sánchez, quien también intentó despegarse del hecho con una negativa rotunda. Sin embargo, al ser confrontado con otras declaraciones, reconoció que fue al salón “a llevar leña”, aunque aseguró que no participó de la fiesta. Dijo haberse enterado del evento porque los policías llevaron torta del casamiento a la comisaría.

El relato más comprometedor fue el de Claudio Araneda, quien afirmó haber sido mozo en la celebración. Explicó que él mismo se ofreció a colaborar, que limpió el salón, sirvió comida y que estuvo allí desde las 10 hasta pasadas las 15. Indicó que Urrutia fue el parrillero y que Sánchez llegó al mediodía.

Por su parte, Oscar Meza y Juan Cuello fueron los únicos testigos que no fueron mencionados por los efectivos policiales como parte del evento. Ambos afirmaron no haber visto a sus compañeros salir y dijeron haberse enterado del casamiento por comentarios de los guardias.

Sobre el final de la audiencia, el juez volvió a convocar a Sánchez, luego de que otros testigos lo señalaran como mozo. Pese a esto, el interno insistió en su versión de que no participó del festejo.

Si ya resultaba alocada la historia de la fiesta de casamiento, hubo otro momento que le compitió casi a la par.

Si, el detenido cuidaba al caballo del comisario.

Este viernes, habló Galván, pero no se refirió al hecho. No respondió preguntas del fiscal y se limitó a sostener que el hecho denunciado responde a una interna policial, de sus superiores. “Cuando un jefe te dice que te va a destruir, te destruye”, sostuvo.

El fiscal Guillermo Sancho contó a Infobae que siete meses después del hecho, en diciembre de 2024, Galván intentó improvisar una coartada. “Había dos vecinos de la localidad que habían firmado una exposición policial en la que aseguraban haber pasado por la celebración sin advertir la presencia de los presos. Pero este viernes, esa prueba se cayó. Porque en la declaración de los propios testigos presentados por la defensa quedó claro que esa exposición fue simplemente una firma en un papel que rubricaron rápidamente, sin leer detenidamente su contenido. Hoy, al leerlo en su totalidad, expresaron que eso no era cierto”, sostuvo el funcionario judicial.

Por su parte, la defensa del oficial Galván, integrada por los abogados Marcos Bertolotti y Emanuel Morales, solicitó la absolución por considerar que el hecho no está probado y, subsidiariamente, apelando al principio de la duda, también pidió su absolución.

Fuente: telam

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