26/06/2025
Peligra un hospital equino único en la Argentina: el predio donde funciona será vendido y piden ayuda para salvarlo

Fuente: telam
La ONG Caballos de Quilmes, que rescata cada mes a unos 20 caballos víctimas de la tracción a sangre, lanzó una campaña urgente para comprar el terreno donde funciona su hospital equino. Es el único del país con quirófano y atención de alta complejidad para animales judicializados, pero está construido sobre un predio cedido de palabra por una persona que falleció
>La desesperación ronda por estos días en las mentes de las mujeres que hace más de una década comenzaron a levantar del barro a caballos exhaustos, heridos, y muchas veces al borde de la muerte. Aquellas que, con el tiempo, fundaron un hospital en el predio donde funciona el refugio que alberga a esos animales antes usados para tirar de carros por las calles de Quilmes.
Hoy, ese espacio —que también funciona como hospital escuela para estudiantes de Veterinaria de la UBA y de la Universidad de La Plata y que se convirtió en un hospital único en el país porque funciona dentro de un refugio para caballos rescatados judicializados— está en riesgo. Es que el campo donde funciona fue donado “de palabra” por su dueño original, que falleció hace unos años. Ahora, dos de sus herederos quieren venderlo. “No tenemos cómo comprarlo. Pero si 209 mil personas donaran 10 mil pesos, podríamos juntar el monto que nos piden”, dice Karina Dotto, al frente de la organización.
En 2012, aquellas mujeres que decidieron no mirar para otro lado, tomaron la decisión que cambió sus vidas y la de cientos de animales. Se instalaron con una mesa en la peatonal Rivadavia de Quilmes para contarle a quien quisiera escuchar lo que la mayoría no quería ver: la tracción a sangre seguía vigente pese a la ordenanza municipal que la prohibía. Y los caballos explotados en la calle, muchas veces hambrientos, heridos o enfermos, quedaban abandonados sin que nadie los atendiera.Así nació la ONG Caballos de Quilmes. Primero fueron rescates, a pulmón. Alquilaban guarderías y usaban lo que recaudaban en ferias o rifas para pagar comida, atención veterinaria y traslados. Hasta que un día, una amiga de Karina, también proteccionista, recibió una propuesta: un hombre le ofrecía prestarle un campo pelado. “No tenía nada: ni alambrado, ni agua, ni instalaciones. Solo basura sobre basura, literalmente. Durante años, había sido un sitio donde los camiones descargaban desechos, pero ahí fuimos”, cuenta Karina. “Nos sangraban las manos sacando basura, limpiando junto a nuestras familias, con la ayuda de voluntarios y con los primeros vecinos que se acercaron”, recuerda del lugar donde no había pozos ni tanques. El agua la conseguían cruzando una manguera desde la casa de un vecino del otro lado de la calle. Frente a los obstáculos, nunca se detuvieron. Con el tiempo, el campo comenzó a tener más caballos y en estados lamentables. Todos estaba judicializados y la ONG hizo de guarda. En el “mientras tanto” de cada caso, atendieron la urgencia en común: cuidar a todos los habitantes del predio y los que llegarían. Levantaron alambrados dobles en todo el perímetro como método de resguardo. A fuerza de ganas y mucha empatía con los caballos que peleaban para sobrevivir llegaron hasta a hacerles bebederos automáticos, pusieron un sistema de alarma perimetral, cámaras de seguridad y lo más anhelado: boxes para internación. Lo que era un basural se transformó en un refugio soñado y poco después, en un hospital para caballos rescatados de la tracción a sangre, único en su tipo en la Argentina. En 2020, la pandemia los enfrentó con otra urgencia. “Los caballos llegaban con cólicos obstructivos por comer basura en algunos de los barrios más vulnerables. Y los quirófanos que había, como los de la Universidad de La Plata, estaban cerrados por la situación que atravesaba el mundo, pero las urgencias no se detenían y ante tamaña situación, no podíamos esperar. No era capricho: era comenzar a hacer algo por esos animales o dejarlos morir”, revive Karina. Fue cuando decidieron usar los fondos que recibían en donaciones —aun en plena crisis— para empezar a construir un quirófano propio.Hoy, ese hospital tiene quirófano, área de internación, espacio neonatal y funciona como hospital escuela, con convenios con las facultades de Veterinaria de la UBA y de la Universidad Nacional de La Plata. Estudiantes de los últimos años hacen allí sus prácticas preprofesionales. “Los casos que ven acá no los ven en la facultad. Es experiencia real, con caballos reales en estado crítico”, explica la rescatista.
No hay otro hospital veterinario para caballos en el país que funcione con esta estructura, que atienda a caballos rescatados por otras ONG (no de particulares) sin cobrarles un peso. Y desde su creación, ya salvó a más de 1.500 animales.El nivel de actividad que tienen es constante y abrumador. Solo en Quilmes, la organización está colapsada: rescatan entre once y veinte caballos por mes. “Es muchísimo. Y la mayoría viene en condiciones críticas, después de tirar carros durante años”, dice Karina. Cuando tienen espacio, también reciben animales derivados por otras organizaciones, muchas veces desde lugares lejanos como Pacheco, José C. Paz, Berazategui, Florencio Varela, Pilar, Moreno, Merlo.
En el predio actualmente viven 82 caballos rescatados, de los cuales 30 requieren medicación diaria, curaciones o vendajes. Casi todos llegaron judicializados, con causas penales por maltrato animal a causa de la tracción a sangre y fueron rescatados en la vía pública.
“Nosotras no somos un santuario. Somos un refugio que recibe animales con causas judiciales. Cuando la Fiscalía autoriza, los damos en adopción. Mientras tanto, los cuidamos en guarda”, explica Karina. Por el hospital pasan entre 11 y 20 caballos nuevos por mes. Algunos llegan desde Quilmes. Otros desde José C. Paz, Pilar, Florencio Varela, Berazategui, Moreno, incluso Pacheco y muchas ONG derivan allí sus casos más graves para que sean atendidos.Eso no es todo: la seguridad de los habitantes y voluntarios es parte del día a día. Por razones que Karina prefiere mantener en reserva la ubicación del refugio y cuenta que, por el mismo motivo no se permiten visitas. “No podemos arriesgar a los caballos. Ya hemos sido amenazadas. Los robos de animales son una realidad y abigeato es uno de los mayores delitos del país. Por eso, tenemos un sistema de alarmas en el corral y cámaras en todo el campo”, señala.
Todo ese esfuerzo —el quirófano, los boxes, las guardias, los caballos, el trabajo comunitario— está hoy en riesgo. El campo fue prestado, de palabra, por su dueño original, quien falleció hace algunos años, y sus herederos legales, pese a haber respetado la voluntad del padre, hoy tomaron otra decisión: vender el campo.Con ayuda de activistas y referentes, lanzaron una colecta pública. En las primeras 72 horas lograron juntar 63 millones de pesos, una cifra inédita para la organización. “La respuesta fue increíble, pero igual falta mucho”, dice. El cálculo es concreto: si 209 mil personas donan 10 mil pesos cada una, llegarán al monto necesario. El plazo para reunir el dinero es de dos meses.
“Si se mantiene esta cifra diaria de donaciones, llegamos a tiempo al objetivo: ¡Tenemos dos meses! ¡A donar, por favor! Pedile a tu familia, amigos, conocidos y desconocidos que donen $10.000 para sumar su pequeño gran aporte y cambiar esta historia. Que se mantenga firme y crezca esta cadena de amor y solidaridad para que juntos hagamos posible este milagro >*Quienes deseen colaborar con la causa #SalvemosElHospital, el alias es hospital.campo (CCE $ N° 0021-26715/0, CBU : 2990002400212671500017, CUIT 30-71814443-0, BANCO COMAFI. Titular: Asociación Civil Libertad para los Caballos de Quilmes). Además tienen un link donación: https://link.mercadopago.com.ar/caballosquilmes. Desde el exterior el alias es save.hospital (CCE U$$ 0021-26716/7, CBU 2990002400212671670219, titular: Asociación Civil Libertad para los Caballos de Quilmes) y Paypal: https://paypal.me/caballosquilmesFuente: telam
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