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25/06/2025

La historia detrás de la foto viral de dos recién casados en un puesto de comida: “Todos creyeron que paramos a comer un choripán”

Fuente: telam

Los santafesionos Franco Salaszy Belén Sartori son los protagonistas de la fotografía que les tomó un automovilista a la salida de la iglesia y revolucionó las redes

>La imagen muestra una escena insólita y entrañable: una pareja de recién casados comprando comida en un carrito callejero, en una esquina de la ciudad de Santa Fe. La novia, con su vestido blanco impecable, y el novio, con su traje gris, aparecen de espaldas mientras realizan el pedido. Al fondo, se ve el puesto “al paso” y algunas luces de autos que transitan por la avenida, mientras que en primer plano se distingue el vehículo decorado con un moño banco en el que se trasladaban.

Eran las 21.15 del viernes 2 de mayo cuando Belén Sartori y Franco Salasz salían de dar “el sí, quiero” de la iglesia Nuestra Señora del Rosario, ubicada en Santa Fe Capital. Como todavía faltaban unos quince minutos para hacer el ingreso al salón, decidieron dar unas vueltas por la ciudad para darle tiempo a los invitados de que se movilizaran hasta el lugar.

Así comenzó la escena que un mes y medio después recorrería Internet. “Todos creyeron que paramos a comer un choripán”, admitió Franco. Sin embargo, ese carrito santafesino -situado en la Aristóbulo del Valle y Galicia- solo vende sánguches de milanesa, hamburguesas y conos de papas fritas.

Nos bajamos y la gente pasaba y nos sacaba fotos, nos saludaba, nos tocaban bocina. Dijimos: ‘Esto seguro aparece en alguna cuenta de Instagram’. Pero pasaban los días y ni noticias”, recordó Franco. A pesar de la frustración inicial, pronto se olvidaron y este lunes la imagen finalmente se volvió viral cuando la publicó la cuenta @humanosdesantafe, dedicada a retratar escenas cotidianas, curiosas o insólitas de la vida de los santafesinos. Su contenido incluye fotografías y videos enviados por seguidores, que capturan momentos espontáneos en espacios públicos, como personas realizando actividades inusuales, situaciones humorísticas o detalles que reflejan el espíritu de la ciudad.

“Esa imagen resumió algo que nos define: la espontaneidad. Siempre somos así, hacemos cosas locas, descolgadas, nos divertimos juntos. Ese tipo de cosas es lo que mantiene viva la llama de nuestro amor”, aseguró Franco.

De hecho, así como habían organizado una coreografía de ingreso al salón, también habían planeado una salida insólita: luego de la fiesta, querían ir a un reconocido supermercado de la zona, que está abierto las 24 horas, vestidos de novios para seguir celebrando. “Nos dijimos: ‘Si el traje y el vestido lo vamos a usar una sola vez, hay que aprovecharlo al máximo’”, señaló Belén. Finalmente, no lo concretaron, pero la idea refleja el espíritu de la pareja.

“Nos acompañó todo el día, y en la iglesia fue el encargado de darnos los anillos. Estuvo en todo momento -contó ella-. Estaba tan feliz como nosotros”.

Belén y Franco tienen 29 y 26 años, respectivamente, y conviven desde hace tres. Se conocieron hace casi seis en el cumpleaños de una amiga en común. “Tuvimos la suerte de sentarnos al lado y, como ninguno de los dos somos tímidos y nos encanta conocer gente nueva, enseguida nos pusimos a charlar y pegamos onda”, contaron.

El compromiso llegó en agosto del año pasado, cuando cumplieron cinco años de novios. “Belén ya venía pidiendo el anillo. Estaba intensa”, recordó Franco entre risas. “Me mostraba su mano y me decía que era lo que le faltaba. Siempre fantaseó con el casamiento”, aseguró. Aunque para él, no era algo determinante para que se consolidara aún más la relación, tenía esa decisión pendiente, a la espera del momento justo.

Para celebrar el quinto aniversario se me ocurrió hacer una cena familiar en casa. “Les dije a mis viejos que vinieran a comer unas pizzas, y también invité al papá de ella, a su hermana, a su cuñado y a su sobrino. Todos eran cómplices y sabían que le iba a pedir casamiento a Belén”, recordó Franco.

Fue la señal. Franco se arrodilló, sacó el anillo y le hizo la pregunta. “Yo lloraba, no me lo esperaba para nada”, admitió Belén. “Fue hermoso porque estaban todos los seres que más quiero”, reconoció una vez que se le pasó la bronca inicial.

Al día siguiente, ella ya tenía casi todo organizado. “Mesa dulce, souvenirs, centros de mesa... ya estaba todo en mi cabeza. Solo faltaba que él dijera que se quería casar”, contó entre risas.

También se casaron por civil, aunque eso fue más complejo. “El Registro Civil solo casaba jueves y viernes, y el jueves era 1 de mayo, feriado”, explicó Belén. Sin embargo, entendieron la urgencia e hicieron la excepción de casarlos el miércoles, aunque ya estaban todos los turnos completos.

El sábado, un día después de la fiesta, salieron de luna de miel. Eligieron un recorrido por Córdoba, San Luis y Merlo. “Fue hermoso. Nos tomamos una semana para recorrer tranquilos y descansar un poco”, dijo Franco.

Hoy, con la foto viral recorriendo redes sociales y medios de todo el país, recuerdan ese momento con ternura y humor. “No lo hicimos buscando fama. Fue solo un antojo. Pero si nuestra historia hizo sonreír a alguien, brindamos por eso y por el lindo recuerdo que nos quedó de ese momento”, concluyeron los flamantes marido y mujer.

Fuente: telam

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