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23/06/2025

Así resolvió la ciencia uno de los crímenes más famosos del Antiguo Egipto

Fuente: telam

Modernas técnicas forenses arrojaron luz sobre la muerte de Ramsés III, el último gran faraón, asesinado en 1155 a.C.

>Por generaciones, historiadores y arqueólogos estuvieron fascinados por la Para la historia, Ramsés III se erige como un monarca poderoso que Su reinado coincidió con el imperio egipcio y su vida no se caracterizaba por una imagen de esplendor y estabilidad, sino más bien por intrigas y luchas, especialmente dentro del harén, donde convivía junto a sus esposas, sus hijos y numerosos sirvientes.

Durante siglos, la “conspiración del harén” se mantuvo en la penumbra. En la década de 1820, los anticuarios europeos comenzaron a explorar Egipto en busca de artefactos y documentos antiguos. Uno de los hallazgos más notables fue un pergamino judicial del siglo XII a.C. de 18 metros de longitud.

El papiro relataba el juicio por traición que siguió con un intento de golpe de Estado contra Ramsés III. El documento señalaba a Tiye y a su hijo Pentawar como los principales conspiradores, junto con otros miembros del harén y el médico personal del faraón.

El archivo solo mencionaba a una mujer, Tiye, y omitía información crucial sobre el destino final de Ramsés III y la identidad de algunos acusados. Estas omisiones llevaron a los investigadores a calificarlo como un “ejercicio de reticencia”.

La arqueóloga Susan Redford encontró nuevas pistas en los relieves de la tumba de Ramsés III en Medinet Habu, Luxor, donde observó representaciones de los herederos del faraón y una constelación de príncipes que sugería el prestigio de Pentawar y el estatus real de su madre.

El hallazgo de la momia de Ramsés III en 1886 no aportó respuestas definitivas. Los anticuarios, ansiosos por examinar el cuerpo, lo desenvolvieron sin documentar con precisión su ubicación en la tumba, lo que eliminó pruebas valiosas.

El cuerpo no mostraba signos evidentes de lesión, y junto a él se halló una momia más pequeña, con el rostro contorsionado en un gesto de aparente grito. Esta momia, envuelta en una simple piel de oveja y sin inscripciones, contrastaba con el esmero de los entierros reales y desconcertó a los expertos.

Según detalló National Geographic, la situación cambió radicalmente en 2012, cuando un equipo internacional de investigadores aplicó técnicas modernas de tomografía computarizada y análisis de ADN antiguo a las momias. El escáner reveló que el cuello de Ramsés III había sido cortado hasta el hueso, una herida letal que confirmaba el asesinato.

Además, los órganos abdominales del faraón habían sido sustituidos por estatuillas y amuletos de Horus, el dios egipcio asociado con la curación, colocados en su cuello y alrededor de sus pies.

El destino de Tiye, la esposa secundaria que orquestó el golpe, sigue envuelto en el misterio. Nunca se encontró su momia, pero la arqueóloga Susan Redford sostiene que probablemente fue castigada con la ejecución en la hoguera, el peor castigo imaginable para un egipcio antiguo, ya que implicaba la aniquilación total y la imposibilidad de alcanzar la vida después de la muerte.

Fuente: telam

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