16/06/2025
La historia de la icónica obra de la prostituta francesa que enamoró a Tamara de Lempicka
Fuente: telam
En los locos años 20 de París, la pintora polaca retrató a “la mujer más hermosa” en la ‘La Belle Rafaëla’, que tras 40 años sale a subasta en Londres
>En los locos años 20 de París,“Era la mujer más hermosa que había visto jamás… unos enormes ojos negros, una boca sensual, un hermoso cuerpo. Me paré y le dije: ‘Madmoiselle, soy pintora y me gustaría que viniese a posar para mí. ¿Quiere usted hacerlo?’ Ella sólo dijo: ‘Sí, ¿por qué no?’”, contó de de Lempicka.
En el cuadro, la modelo aparece recostada en diagonal, iluminada dramáticamente desde arriba, con un corte de cabello bob y solo un toque de lápiz labial rojo, elementos que evocan la rebeldía y el glamour de la época.En 1985, la obra La Belle Rafaëla alcanzó un precio de USD 242.000 en subasta, estableciendo en ese momento un récord para la artista. Ahora, casi cuatro décadas después, la pintura regresa al mercado y se espera que alcance entre USD 8,2 millones y 12,2 millones, en la venta nocturna de arte moderno y contemporáneo de Sotheby’s Londres el 24 de junio. Por supuesto, en una temporada de pésimas ventas para las grandes casas, lo que pueda suceder con la pieza es una incógnita.
La casa de subastas calificó a La Belle Rafaëla como la más importante de Lempicka que se haya ofrecido en el mercado, y anticipa un fuerte interés de los coleccionistas. La apreciación no es menor, ya que las trece ventas más altas de la artista corresponden a retratos de mujeres, siendo el récord actual el Retrato de Marjorie Ferry (1932), vendido en Christie’s Londres en 2020 por USD 21,2 millones.
La artista, nacida como Tamara Rosalía Gurwik-Górska, nunca dejó claro ni el año ni el lugar exacto de su nacimiento. Existen versiones que la sitúan en Moscú en 1889, en Varsovia en 1895, e incluso en 1906, fecha que ella misma promovió para restarse años. Esta ambigüedad se extendió a otros aspectos de su biografía, como el destino de su padre, sobre el que circulan versiones de suicidio o divorcio. Lo cierto es que creció en una familia acomodada, con una madre socialité judía y un padre abogado de origen ruso, y recibió una educación de élite en un internado suizo.El estallido revolucionario en Rusia marcó un punto de quiebre. Su esposo fue arrestado por los bolcheviques, pero la intervención del cónsul sueco permitió que ambos escaparan a París. Fue en la capital francesa donde experimentó por primera vez la escasez, ya que su marido se negó a trabajar y la familia atravesó dificultades económicas. Su hermana la animó a perfeccionarse en pintura, y bajo la tutela de Maurice Denis y André Lhote, comenzó a producir los retratos que la harían famosa entre la alta sociedad parisina.
La vida nocturna y los excesos acompañaron el ascenso artístico de Tamara de Lempicka, que, mientras criaba a su hija y trabajaba sin descanso, alternaba fiestas, romances y orgías, sin ocultar su bisexualidad, entre ellas con La Belle Rafaëla, “la mujer más hermosa que he visto jamás”.En 1923, Tamara de Lempicka debutó en el Salón de Otoño de París con la obra Perspectiva, un óleo de gran formato que fusionaba vanguardias y academicismo. Su estilo, conocido como cubismo suave, se caracterizaba por líneas angulosas y una estética refinada, aunque la artista nunca se interesó por la teoría detrás del movimiento.
La temática lésbica de algunas de sus obras, lejos de ser inédita, resultó oportuna en el contexto de los años veinte, una época de efervescencia cultural y sexual tanto en Europa como en Estados Unidos.Sin embargo, los excesos y la exposición pública la llevaron a episodios de depresión y tratamientos psiquiátricos, aunque su vitalidad y deseo de experimentar nunca se apagaron.
El retrato más célebre de Tamara de Lempicka llegó en 1929 con Autorretrato en el Bugatti verde, una obra inspirada en la trágica muerte de la bailarina Isadora Duncan. Tras divorciarse de Łempicki, contrajo matrimonio con el barón húngaro Raoul Kuffner, quien se transformó en su principal coleccionista. Juntos viajaron a Estados Unidos en busca de nuevos clientes y, en 1934, se establecieron en el país. En Nueva York, Tamara de Lempicka se convirtió en una figura de la alta sociedad, rodeada de personalidades como Salvador Dalí, Orson Welles, Greta Garbo y Rita Hayworth. Las fiestas en su residencia se volvieron legendarias.“Vivo en los márgenes de la sociedad, y las reglas de la sociedad normal no se pueden aplicar a aquellos que viven en el límite”, declaró alguna vez la artista, una frase que resume la filosofía de vida de una mujer que desafió normas y dejó una huella indeleble en el arte y la cultura del siglo XX.
Fuente: telam
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