14/06/2025
Disputaba su segunda carrera en Fórmula 1 y se mató delante de su madre: la tragedia de Riccardo Paletti en Canadá

Fuente: telam
A dos días de cumplir 24 años, el italiano sufrió un accidente en la partida y murió entre las llamas. Fue el segundo piloto fallecido en 36 días en una de las épocas más peligrosas de la Máxima
>Riccardo Paletti irradiaba felicidad. Con sus gafas e impronta de universitario más que de piloto de Fórmula 1, era el más feliz de todos ellos en la previa al Gran Premio de Canadá. Iba a largar su segunda carrera en la Máxima. Ese fue su mejor regalo de cumpleaños número 24, que pensaba celebrarlo 48 horas más tarde con su madre Gianna, quien había viajado desde Italia para verlo en el Circuito Gilles Villeneuve, que estrenó esa denominación en aquella edición en homenaje al ídolo local fallecido el mes anterior. Sin embargo, ese marco de alegría en ese domingo 13 de junio de 1982, se convirtió en tragedia.
A pesar de los desafíos, Paletti demostró una dedicación excepcional. A los 18 años comenzó la Fórmula Súper Ford en la que logró varios podios. A esa altura se había mudado a la casa de su madre, Gianna. Logró dos quintos puestos en la Fórmula 3 y a mediados de 1980 ascendió a la Fórmula 2. Según Mike Earle, su antiguo jefe de equipo Onyx en Fórmula 2 y que a fines de los años ochenta llegó a la F1, el joven italiano se destacó por su profesionalismo y compromiso. “Cuando me lo presentaron, me pareció el típico chico de familia rica italiana que quiere correr autos y tal vez no tenga el talento para hacerlo”, reconoció Earle sobre Paletti. “Pero rápidamente me di cuenta de que era alguien especial. Le dije que tenía que mejorar su inglés y en apenas tres meses pasó de hablarlo horrible a hacerlo perfecto. Puso una dedicación en su preparación técnica y física que no había visto nunca antes en ningún piloto. Sentí con mucho dolor su fallecimiento”, destacó sobre Riccardo, quien era acompañado de un médico que supervisaba su dieta y estado de salud.
Más tarde Paletti llegó a la F1 en 1982 como parte del equipo Osella, respaldado por el patrocinio de la conocida marca de audio que representaba su padre. “Mi objetivo es clasificarme en el mayor número de carreras”, dijo a comienzos de la temporada, sabiendo de las limitaciones técnicas del equipo que dificultaron su adaptación a la Máxima. Su Osella FA1 C no era un coche competitivo y fue una evolución del que hasta inicios de 1981 condujo el argentino La temporada de 1982 estuvo marcada por una intensa “guerra de neumáticos” entre los principales fabricantes, como Michelin y Goodyear, que priorizaban a los equipos más competitivos. Esto dejó a escuderías más modestas, como Osella, en desventaja, obligándolas a recurrir a marcas como Pirelli y Avon, que también favorecían a ciertos pilotos.En este contexto, Paletti enfrentó dificultades adicionales para clasificar en las carreras, ya que los neumáticos de mejor rendimiento solían asignarse a su compañero de equipo, Jean-Pierre Jarier. En Canadá, sin embargo, Paletti tuvo acceso a un juego de neumáticos de alta calidad, lo que le permitió clasificarse para poder largar. Fue la octava ocasión en la que Paletti pisaba los boxes como piloto de F1 y en Canadá buscó cruzar la meta por primera vez. Sin embargo, apenas pudo hacer unos metros y su anhelo tuvo un dramático desenlace. Todo ante los ojos de su madre que viajó para verlo y compartir juntos un viaje en Nueva York por su cumpleaños, según contó el sitio español Motor.
Una serie de circunstancias desafortunadas terminaron con su vida. Las luces del semáforo tardaron más de lo habitual en cambiar, lo que contribuyó al fallo mecánico en la Ferrari de Didier Pironi, quien había hecho la pole positions, pero su monoposto rojo se quedó parado en su cajón de largada. Aunque Pironi levantó las manos para advertir a los demás pilotos, el semáforo ya había cambiado a verde, y los coches comenzaron a avanzar. Mientras la mayoría logró esquivar el vehículo inmóvil, Paletti, que arrancó 12 filas detrás de Pironi, seguía de cerca al brasileño Raul Boesel (March), no tuvo tiempo de reaccionar y chocó contra la parte trasera de la Ferrari. La situación se agravó cuando el Osella de Paletti comenzó a incendiarse debido al combustible derramado tras el choque. El impacto fue devastador, causando graves lesiones en el pecho del piloto italiano. Pironi se bajó de su auto y quiso asistir a su colega, pero nada pudo hacer en medio de las llamas. Se sumó Sid Watkins, médico de la F1, quien se dio cuenta que Riccardo estaba inconsciente. Aunque el equipo de rescate apagó las llamas en 20 segundos, la extracción del piloto del monoplaza tomó 25 minutos, un tiempo crítico que complicó aún más las posibilidades de salvar su vida. Las piernas del italiano quedaron destrozadas. La violencia del choque había provocado múltiples hemorragias internas.Bouchard, además, asistió a una de las dos investigaciones del accidente hecha el lunes y declaró que los cirujanos del Hospital Royal Victoria encontraron el pecho y el estómago del piloto llenos de sangre debido a un desgarro en la aorta. “Incluso si lo hubieran operado en la pista, no se habría podido salvar”, sentenció Bouchard, quien informó que “las heridas iniciales, que incluían una aorta desgarrada, eran tan graves que incluso una intervención inmediata no habría cambiado el desenlace”. Paletti fue declarado muerto al llegar al hospital.
En tanto que Derek Ongaro, inspector de seguridad de la FISA y responsable oficial de la largada de la carrera, afirmó que “la reacción de los equipos de bomberos y rescate fue muy rápida”, llegando al lugar del accidente en tan solo 18 segundos. “No se puede criticar nada de lo ocurrido en relación con la operación de rescate”, sentenció.Boesel, a su vez, explicó que transcurrieron 24 minutos desde el accidente para sacar al piloto del coche y trasladarlo en helicóptero al hospital. Se emplearon entre seis y ocho minutos en estabilizar a Paletti con reanimación cardiopulmonar antes de subirlo al helicóptero.
Cabe recordar que en esa época los pilotos corrían mayores riesgos por las condiciones técnicas de los monoplazas, como la falta de avances en seguridad estructural. Esto jugó un papel crucial. El Osella de Paletti, por ejemplo, no contaba con la fibra de carbono que ya se utilizaba en otros equipos y que ofrecía mayor resistencia a los impactos. En su lugar, los pies de los pilotos aún iban por delante del eje delantero, exponiéndolos a mayores riesgos en caso de colisión.“Los autos actuales tienen una gran aceleración y en diez metros deben estar en 100 km/h y es muy difícil poder evitarlo. Lamentablemente se paró el coche de Pironi, alguien lo tocó y lo puso atravesado y este chico pobre se lo tragó. Quizás no haya sentido nada porque en ese momento quizá se haya desmayado y en ese caso la muerte se lo lleva muy rápido y no se dio cuenta tampoco”, explicó el Quíntuple.
“Me parece que (Paletti) no tenía mucha experiencia. Pero este es un caso casi inevitable de un accidente en la largada. Creo que en la largada va a algún sistema de búsqueda en el que haya más distancia entre los coches. Existen en el mundo autódromos con más seguridad que estos callejeros”, afirmó el campeón mundial de 1951, 1954, 1955, 1956 y 1957.El accidente de Paletti también tuvo un impacto significativo en otros pilotos de la época. Emilio de Villota, quien competía en la F1 con un equipo privado, decidió retirarse de la categoría tras el Gran Premio de Canadá. De Villota había quedado fuera de la grilla de partida en la última sesión clasificatoria, superado por Paletti, y reflexionó sobre cómo el destino podría haberlo colocado en la posición del piloto italiano.
Fue una temporada marcada por las tragedias: el 8 de mayo “Era el chico tranquilo, querido por todos por su educación y modestia”, lo describió Enzo Osella, dueño del equipo donde corrió Riccardo Paletti, que en su memoria un circuito en Parma lleva su nombre y el box garaje número 16 de los boxes de Monza también. Su muerte fue la cuarta en cuatro años y expuso a una F1 de las más peligrosas de la historia. La falta de medidas adecuadas, tanto en los autos como en los circuitos, impulsaron cambios significativos en las normativas de seguridad en los años posteriores, aunque para el italiano y otros pilotos de su generación, estas mejoras llegaron demasiado tarde.Fuente: telam
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