10/06/2025
Qué son los astrocitos, las células que desafían la teoría sobre la memoria y almacenamiento del cerebro

Fuente: telam
Un estudio de investigadores del MIT describió cómo posibilitan nuevos mecanismos de codificación y procesamiento de datos en la mente
>Durante décadas, las neuronas fueron consideradas las grandes responsables del almacenamiento y procesamiento de la información en el cerebro. Sin embargo, investigaciones recientes comenzaron a desafiar ese paradigma al mostrar la relevancia de los astrocitos —células con forma de estrella y ramificaciones extensas— en funciones cognitivas complejas.
Los hallazgos se publicaron enEl cerebro humano contiene unos 86 mil millones de neuronas —apuntaron los investigadores— y son fundamentales para emitir señales eléctricas que sustentan la memoria, el procesamiento de información y el control del sistema nervioso.
Junto a ellas, se encuentran miles de millones de astrocitos, que ayudan a controlar distintas funciones cerebrales, entre ellas, “limpian” los desechos neuronales, nutren a las neuronas y contribuyen al flujo sanguíneo cerebral.El estudio del MIT postula que los astrocitos poseen una arquitectura única, y conectan al mismo tiempo con múltiples sinapsis y, por lo tanto, con diversas neuronas. Esta particularidad inspiró el desarrollo de un modelo computacional que integra a los astrocitos como componentes activos de la memoria, más allá de su antiguo rol pasivo.
Los investigadores partieron de la limitación de los modelos neuronales tradicionales: las La innovación se alcanzó con la introducción del concepto de “memoria asociativa densa”, que implica la participación simultánea de múltiples neuronas en el mismo proceso de acoplamiento. Sin embargo, hasta ahora no se había identificado un mecanismo biológico capaz de realizar estos ensamblajes multineuronales en el cerebro.El modelo neurona-astrocito presentado por el MIT permite multiplicar significativamente la capacidad de almacenamiento respecto a una red de Hopfield tradicional. La clave reside en conceptualizar a los astrocitos no como entidades únicas sino como agrupaciones de procesos individuales, que funcionan como unidades computacionales independientes.
De esta manera, la memoria queda codificada en complejos patrones espacio-temporales de flujo de calcio dentro de los astrocitos y se transmite a las neuronas mediante la liberación de gliotransmisores en las sinapsis asociadas.Las conclusiones del trabajo liderado por el equipo del MIT no se limitan al campo de la biología cerebral. El modelo neurona-astrocito, al evidenciar cómo una arquitectura de procesamiento paralela y flexible podría almacenar vastos conjuntos de datos, ofrece una inspiración directa para los sistemas modernos de inteligencia artificial (IA).
Este enfoque reactiva el vínculo conceptual entre la neurociencia y la IA, que según Slotine, se ha ido diluyendo con la evolución de los algoritmos en las décadas recientes. Si bien la neurociencia fue fuente de ideas originales para la inteligencia artificial, los avances tecnológicos llevaron a muchos sistemas a distanciarse de las analogías neuronales.
En términos prácticos, adaptar la lógica de las redes neurona-astrocito a los algoritmos de IA permitiría explorar nuevas maneras de incrementar tanto la capacidad de codificación como la eficiencia energética de los sistemas inteligentes. El avance conceptual sobre el papel de los astrocitos en la memoria y la cognición se refleja también en la redefinición del enfoque para las enfermedades neurodegenerativas. Durante su presentación desde la Universidad de Pittsburgh, a la que Infobae accedió de manera virtual, el neurocientífico Shane Liddelow expuso una línea de investigación centrada en el comportamiento de los astrocitos frente a lesiones y enfermedades neurodegenerativas. Liddelow compartió descubrimientos recientes de su laboratorio y detalló cómo estas células gliales pueden contribuir, tanto a la protección como al deterioro del cerebro. “Los astrocitos son los ‘padres’ del cerebro: proporcionan nutrientes a las neuronas y eliminan residuos tóxicos”, explicó, subrayando su rol esencial en el equilibrio del entorno neuronal.“Pasamos años buscando la proteína responsable de esta toxicidad, hasta que nos dimos cuenta de que no era una proteína en absoluto, sino un lípido”, relató Liddelow al describir uno de los principales giros en su línea experimental. Su equipo identificó que ciertos compuestos lipídicos producidos por estos astrocitos inducen daño directo sobre neuronas y oligodendrocitos.
Fuente: telam
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