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08/06/2025

La historia del emprendedor argentino que ganó un subsidio de EEUU para mejorar las baterías de litio

Fuente: telam

Se lo otorgó la Fundación Nacional de Ciencia tras una evaluación de Stanley Whittingham, Nobel de Química 2019. Ciencia, patentes y la lucha por la supremacía tecnológica en un contexto en el que China insiste en bajarle el precio al mineral, de cuya provisión depende

>A pesar de la baja del precio del petróleo, la transición energética sigue avanzando. En 2024, dice el Global EV Outlook 2025 de la Agencia Internacional de Energía sobre electromovilidad, la venta mundial de autos eléctricos creció 20 por ciento.

Además, dice el informe, el rango de los autos eléctricos es cada vez mayor. Los SUVs, precisa, se acercan a 400 kilómetros de autonomía, y el sector de flotas comerciales (buses, camiones) y maquinaria pesada aparece como el de mayor potencial y crecimiento.

En esa transición, las baterías de ion de litio son esenciales, aunque China insista en bajarle el precio al mineral, pues si bien domina la refinación y producción de baterías de litio,“CATL tiene 38% del mercado mundial de baterías y puede darse el lujo de hacer inversiones alternativas, pero ya ganaron las baterías de litio”, dijo Sergio Barón, cofundador y CEO de Dynami Battery Corp, empresa incorporada en Estados Unidos y con laboratorios en la Fundación Argentina de Nanotecnología.

Game over, ganó el litio”, resumió Spencer Gore, CEO de Bedrock, quien devolvió millones de dólares a inversionistas y ahora se enfoca en tecnologías más prometedoras. El sodio, explicó, parecía una alternativa viable cuando el litio alcanzó USD 80.000 la tonelada y se temía su escasez, pero ya no es así.

CATL presentó Naxtra al servicio de lo que Joe Lowry, reconocido internacionalmente como Mr Lithium, llama la “narrativa china”: desalentar competidores y mantener bajo el precio del litio.

El lanzamiento de Naxtra generó En 2024 Rio Tinto ya había adquirdo Arcadium, pionera en la producción de carbonato de litio en Argentina, por USD 6.700 millones y su proyecto Rincón, en Salta, por USD 2.720 millones, obtuvo hace pocos días la En ese contexto, Barón, ingeniero electrónico y cofundador de Dynami junto a Brent Goldfarb, uno de sus profesores en la Universidad de Maryland, ganó un subsidio de USD 200.000 de la Fundación Nacional de Ciencia (NSF) de EE.UU. para desarrollar el uso de solventes ecológicos en la producción de electrodos para baterías de ion de litio.

El subsidio de la principal agencia científica de EEUU lleva la firma de Stanley Whittingham, premio Nobel de Química 2019 y pionero en el desarrollo de las baterías de ion de litio, así como CIO de la división de motores para electromovilidad de la NSF.

La enorme ventaja del litio sobre el sodio es que es mucho más liviano (de hecho, es el metal más liviano de la naturaleza y el tercero más liviano de los elementos, detrás del helio y el hidrógeno), ventaja clave al aplicarse a la electromovilidad, y tiene mayor densidad energética.

El investigador principal del proyecto es Anwar Elhadad, ex pasante de Dynami y hoy profesor en la Universidad de Binghamton, Nueva York, donde también enseña Whittingham.

“Buscamos ampliar efectivamente nuestra capacidad de producción de electrodos”, dice Barón, quien en 2017 fue finalista del concurso “Emprendedores destacados de América Latina” del prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), fue premiado en Innovar 2018 por su trabajo sobre baterías de litio ultradelgadas para ​dispositivos “usables” (wearables), y en 2022, junto a la química Daiana Medone (Master en Ciencia de Materiales por el Instituto Sábato de la Comisión Nacional de Energía Atómica), logró la patente 11.476.540 de la Oficina de Marcas y Patentes de EE.UU. por un método de fabricación de microestructuras en 3D para electrodos, de modo que los iones de litio transiten más rápido, mejoren la densidad energética y agilicen la carga y permitan lograr más ciclos de duración de las baterías.

“Nuestro primer objetivo fue conseguir una carga de baterías 5 veces más rápida y con mayor densidad energética: eso requiere electrodos más finitos y nosotros hacemos electrodos gruesos con nuestras microestructuras 3D patentadas, que resuelven el problema”, contó Barón a este medio. En eso, Dynami compite con Addionics, empresa israelí de tecnologías 3D para baterías eléctricas livianas, de carga rápida y alta capacidad conductiva.

“Buscamos resolver un problema fundamental de la industria de las baterías, que creció muy rápido y aún no resolvió bien la física de manufactura; muchas empresas aplican física y máquinas del siglo XX a química del siglo XXI. Desde 2023 eso fue cambiando. China bajó mucho el costo medio de las baterías, en especial de las de hierro y fosfato con ion de litio (LFP), las más usadas en vehículos eléctricos”, explicó Barón.

Igualmente, los factores que impulsan el mercado de EVs siguen funcionando: en 2025 el 25% de los autos vendidos serán EV puros (también están los híbridos “enchufables”), afirma el Outlook 2025 de la Agencia Internacional de Energía.

La china BYD desplazó a Tesla del sitial de primer fabricante de vehículos eléctricos del mundo, pero los Tesla los duplican en eficiencia energética, detalla Barón, y revela que tres automotrices norteamericanas se acercaron a Dynami desde marzo de 2024. “Firmamos tres contratos, dos con grandes empresas automotrices, para alcanzar producción premium”, sostiene.

El subsidio de la NSF apunta al uso de solventes de menor impacto ambiental en la fabricación de electrodos. Dynami emplea dos de esos solventes, ya examinados por publicaciones científicas.

El uso del NMP y el DMF, otro solvente derivado del petróleo, es cada vez más resistido. ECHA, la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas, los clasifica como “sustancias extremadamente preocupantes del Reglamento REACH (Registro, Evaluación, Autorización y Restricción de Sustancias y Mezclas Químicas)”.

Dynami busca incorporar la “química verde” con física del siglo XXI a la creación de microestructuras. “El método de impresión de electrodos, en lugar de extrusión, permite un mejor control y precisión”, cuenta Barón, quién busca USD 4 millones para montar una planta piloto.

La historia de las baterías de litio arrancó en los ’70s del siglo pasado cuando durante el embargo de la OPEP, Whittingham, entonces investigador de Exxon, la más grande petrolera de EEUU, husmeó el potencial de los semiconductores y combinando iones de litio y disulfido de titanio creó una batería recargable en la que el paso de iones de litio por un electrodo crea corriente eléctrica. Exxon pensó comercializarla, pero con la caída del precio del petróleo dejó la idea de lado.

En 1980 el norteamericano John Goodenough reemplazó al titanio con cobalto y duplicó el voltaje obtenido. Y a principios de los 90 el japonés Akira Yoshino logró las baterías livianas que empezaron a usar empresas como Sony, primero en videograbadoras y luego en otros artículos hasta llegar a celulares y smartphones. Los iones de litio siguieron allí, transitando a través de los electrodos entre ánodos y cátodos de las baterías en los procesos de carga y descarga.

Fuente: telam

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