24/05/2025
Los riesgos de los alimentos ultraprocesados: por qué están cada vez más bajo la lupa de los científicos

Fuente: telam
Más allá de las calorías vacías, son productos que pueden esconder niveles de químicos sintéticos como plaguicidas y microplásticos. Qué pruebas aportaron dos estudios recientes y qué recomiendan expertas consultadas por Infobae
>Desde hace más de cinco décadas se habla de la “Ahora el consumo de ese tipo de alimentos, llamados Pueden aumentar el riesgo de sufrir diferentes enfermedades, desde infartos hasta depresión, y hasta acortar el tiempo de vida.
Una de las últimas evidencias preocupantes surgió de un estudio publicado en la revista Estimaron que entre el 4% y el 14% de las muertes en adultos de 30 a 69 años se podrían atribuir al consumo excesivo de los ultraprocesados, con variaciones según el país.En tanto, otra investigación destacó que los alimentos procesados, especialmente los ultraprocesados, son un vector importante de exposición a los químicos sintéticos.
Plaguicidas, aditivos, plásticos y químicos de contacto con alimentos pueden estar presentes en materiales de empaque y procesamiento.“Los ultraprocesados aún reciben muy poca atención respecto a sus contaminantes químicos sintéticos y los impactos asociados en la salud”, afirmó el equipo liderado por Jane Muncke, doctora en toxicología ambiental por la universidad pública ETH y directora científica del Foro de Envases Alimentarios en Suiza, que fue entrevistada por Infobae.
Como ahora se conoce más sobre el impacto en la salud, es crucial entender qué se considera hoy un alimento ultraprocesado.Son alimentos industrializados que suelen incluir saborizantes artificiales, productos químicos sintéticos que actúan como aditivos alimentarios, y niveles más altos de azúcar, sal y grasa en comparación con los alimentos naturales.
Se elaboran con ingredientes altamente refinados. “Durante ese proceso se eliminan muchos componentes naturales beneficiosos para la salud”, resaltó.Los ingredientes de los ultraprocesados habitualmente incluyen azúcares, aceites, grasas o sal. También tienen ingredientes extraídos de alimentos, como la caseína, la lactosa, el suero de la leche, y aditivos como conservantes, colorantes, saborizantes, explicó a Infobae Victoria Tiscornia, magíster en nutrición e investigadora de la organización no gubernamental FIC Argentina.Existe la clasificación NOVA, que fue desarrollada por el doctor Carlos Monteiro, uno de los autores del estudio mencionado de la revista Hay cuatro grupos según el sistema NOVA. Un grupo está integrado por los alimentos no procesados o mínimamente procesados, como tomate, leche o pollo.
En el grupo tres se incluyen a los alimentos procesados, y el cuatro a los alimentos ultraprocesados. “A partir de esa clasificación se puede diferenciar a un alimento procesado de uno ultraprocesado. Los alimentos procesados son alimentos naturales (grupo 1) con agregado de ingredientes culinarios (grupo 2)”, dijo.
“Los ultraprocesados, en cambio, tienen poco o ningún alimento intacto del grupo 1″, afirmó.
“La evidencia científica muestra cuatro vínculos confiables entre el aumento en el consumo de alimentos ultraprocesados y resultados adversos para la salud”, contestó desde Suiza la doctora Muncke:- También se sabe que “los alimentos ultraprocesados contienen niveles más altos de productos químicos plásticos peligrosos y microplásticos”, expresó.
Tiscornia también mencionó que el consumo de ultraprocesados en etapas tempranas de la vida “interfieren con el desarrollo de preferencias por alimentos naturales”.
Bebés, niños y adolescentes se acostumbran a sabores intensos, muy salados, azucarados o artificiales que no se encuentran naturalmente en los alimentos frescos.Para la doctora Muncke, se debería reducir el consumo de los alimentos ultraprocesados. “No deberían formar parte de una dieta diaria, sino reservarse para ocasiones especiales y consumirse de manera consciente”, aclaró.
El problema de la exposición a la comida insalubre también atañe a los gobiernos. Se requiere una combinación de medidas recomendadas por expertos en salud pública, como la regulación de la comercialización y publicidad de productos alimenticios poco saludables.
También se deben establecer políticas de precios para hacer que los alimentos saludables, no procesados y orgánicos sean asequibles y accesibles, puntualizó la investigadora suiza.También Muncke aconsejó que cada país debe contar con un etiquetado claro de los alimentos para guiar a los consumidores hacia opciones más saludables; políticas eficaces para reducir el uso de plaguicidas y el daño ambiental; y la prohibición de los productos químicos más tóxicos en plásticos, como los bisfenoles y los ftalatos.
Fuente: telam
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