21/05/2025
La inmigrante que desafió al sueño americano con sabrosas recetas de cocina

Fuente: telam
En “Dirty Kitchen. A memoir of food and family”, la escritora y cineasta filipina Jill Damatac revela su experiencia de vida en el relato de un viaje que resume identidad, supervivencia y resistencia cultural
>En su libro Dirty Kitchen: A Memoir of Food and Family (“Cocina sucia: una memoria de comida y familia”), Jill Damatac ofrece una mirada cruda y sin concesiones sobre la lucha por la supervivencia y la preservación cultural en Estados Unidos. Damatac, una cineasta y escritora británica filipina, narra su experiencia como inmigrante indocumentada en un país que a menudo se presenta como una tierra de oportunidades, pero que para ella y su familia fue un escenario de desilusión y adversidad. La obra, que incluye capítulos con nombres de platos filipinos como “Spamsilog” y “Halo-Halo”, no busca complacer al lector con historias culinarias reconfortantes, sino que utiliza la comida como un vehículo para explorar temas más profundos de identidad y resistencia.
La vida de Damatac en Estados Unidos estuvo marcada por la pobreza y la precariedad. Según consignó el medio, sus recuerdos culinarios de la infancia no son nostálgicos, sino reflejos de una dieta basada en alimentos baratos y procesados, como los que sus padres compraban con tarjetas de Seguridad Social falsificadas. A pesar de las dificultades, Damatac se destacó en la escuela, convirtiéndose en campeona de concursos de ortografía, aunque siempre evitó las intervenciones de maestros bienintencionados que notaban sus moretones.
La autora también relata episodios traumáticos de su vida, como el abuso sexual por parte del esposo de una tía, que resultó en un embarazo no deseado y un aborto. Estos eventos la llevaron a una profunda depresión, que culminó en un intento de suicidio y la pérdida de su beca universitaria. A pesar de estos desafíos, Damatac encontró una forma de seguir adelante, trabajando en empleos informales en Nueva York y enfrentando la soledad y la depresión.Con el tiempo, Damatac aprendió a cocinar los platos de su país natal, un acto que simboliza su reconexión con sus raíces y su resistencia frente a las adversidades. Sin embargo, su historia no se presenta como un relato de superación personal con un final feliz. Damatac siente vergüenza por su seguridad actual y se resiste a formar parte del “mismo engranaje imperial” que ha marcado su vida.
Fuente: telam
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