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13/05/2025

El origen desconocido del T-Rex: cómo la migración y el clima moldearon al depredador más icónico

Fuente: telam

Un estudio reciente, publicado en Royal Society y difundido por Muy Interesante, revela que el Tyrannosaurus rex, aunque desarrollado en América del Norte, tiene sus raíces en otro continente

>Un Los investigadores reconstruyeron las rutas migratorias de los tiranosáuridos utilizando modelos biogeográficos y climáticos del Cretácico, integrando datos fósiles y árboles filogenéticos. Las conclusiones apuntan a que los ancestros del T. rex cruzaron desde Asia a América del Norte hace unos 70 millones de años, mediante un puente terrestre que unía Siberia con Alaska.

Fue recién en Laramidia —una masa de tierra que hoy corresponde a la costa occidental norteamericana— donde la especie como tal emergió y evolucionó.

La historia de los depredadores gigantes del Cretácico no termina con el T. rex. El estudio también detalla la evolución de los megaraptores, un grupo de terópodos emparentados que desarrollaron una morfología muy distinta: cráneos delgados, extremidades delanteras largas y garras curvas de hasta 35 centímetros.

Los megaraptores habrían surgido en Asia unos 120 millones de años atrás, desde donde migraron hacia Europa, África y finalmente al supercontinente Gondwana. Su presencia está documentada en regiones como Sudamérica y Australia, y posiblemente también en la Antártida.

Uno de los elementos más reveladores del estudio es el impacto del clima en la evolución del gigantismo. Durante el Máximo Térmico del Cretácico, hace 92 millones de años, los océanos alcanzaron temperaturas tropicales de hasta 35 °C.

En ese nuevo vacío ecológico, tiranosaurios y megaraptores ocuparon el nicho de superdepredadores, desarrollando cuerpos masivos y adaptaciones al clima más frío. Se sugiere que características como el posible desarrollo de plumas o una fisiología más eficiente en la regulación térmica fueron claves en su supervivencia.

El T. rex alcanzó hasta 9 toneladas de peso, mientras que algunos megaraptores llegaron a medir 10 metros de largo, proporciones comparables con vehículos blindados modernos.

A pesar del avance que representa esta investigación, muchas preguntas siguen abiertas. Los fósiles de megaraptores son fragmentarios y escasos, sobre todo en Europa y África. Hallazgos recientes en Argentina y Australia comenzaron a completar el panorama, pero los autores del estudio advierten que podrían encontrarse fósiles clave del ancestro directo del T. rex en regiones aún inexploradas de Asia.

En definitiva, el surgimiento del T. rex como el depredador más emblemático del Mesozoico no fue un accidente. Fue el resultado de una compleja interacción entre la migración intercontinental, la evolución adaptativa y los vaivenes climáticos. Una danza prehistórica entre ambiente y biología que convirtió a estos gigantes en soberanos de su tiempo.

Fuente: telam

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