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12/05/2025

La sorprendente rana que no salta, tiene un ADN colosal y está al borde de la extinción

Fuente: telam

Un hongo y el cambio climático diezmaron la población de este pequeño anfibio, pero debido a su genoma, tres veces más grande que el del humano, podría ser la clave en la conservación de la biodiversidad

>La Pseudophryne corroboree, una diminuta rana australiana, es una de las especies más enigmáticas y amenazadas del mundo, ya que alcanzó el estatus de “funcionalmente extinta” en la naturaleza debido a la devastadora enfermedad: la quitridiomicosis, causada por un hongo. Además, el cambio climático agravó su situación.

Esta característica genética monumental, además de ser fascinante, plantea interrogantes sobre su función. Más del 80% de su ADN está compuesto por material no codificante, lo que significa que no produce proteínas directamente, pero podría tener funciones aún desconocidas para la ciencia.

Este genoma, ahora secuenciado en su totalidad por primera vez, ofrece una nueva perspectiva para entender la biología de la especie y, potencialmente, salvarla de la extinción, ya que este avance alcanzado por expertos Universidad de Melbourne y publicado en la revistaLa doctora Tiffany Kosch, líder del estudio realizado por la Universidad de Melbourne, declaró en un comunicado de prensa: “El mapeo del genoma es el primer paso crítico en nuestro objetivo final de devolver esta especie única y visualmente impactante a su lugar natural en el ecosistema”.

La existencia de este pequeño anfibio ha sido marcado por la presencia del hongo Batrachochytrium dendrobatidis, un patógeno letal responsable de la enfermedad que lo llevó a su actualidad de especie “funcionalmente extinta”.

Este hongo afecta la piel de los animales, crucial para su respiración y regulación de líquidos, lo que lleva a la muerte de las especies infectadas. Para la Pseudophryne corroboree, el impacto fue tan grave que las poblaciones en la naturaleza se han reducido drásticamente, y esta rana, antes un símbolo de los humedales alpinos de las Montañas Nevadas, ahora depende por completo de la intervención humana para evitar su extinción total.

Los programas de cría en zoológicos muestran un posible camino hacia la conservación, aunque son insuficientes sin una solución definitiva que permita su supervivencia sin la intervención constante de los humanos.

En este sentido, los avances en genética pueden ofrecer claves para resolver este problema, ya que, al identificar genes específicos, se les podría conferir resistencia al hongo para restaurar la población de ranas en su medio natural, al menos en las zonas donde la enfermedad no haya logrado propagarse por completo.

El genoma de la Pseudophryne corroboree es uno de los más grandes conocidos en el mundo animal, con una magnitud de 8.87 gigabases, lo que equivale a tres veces el tamaño del genoma humano, una particularidad genética que puede ser clave para la conservación de la especie. Incluso, como más del 80% de su ADN no está directamente relacionado con la codificación de proteínas, esta realidad abre numerosas preguntas sobre su función.

En ese tono, Kosch explicó: “Descubrimos que las ranas Pseudophryne corroboree tienen genomas sorprendentemente grandes: más de tres veces el tamaño del genoma humano >El material genético no codificante de la Pseudophryne corroboree ha sido un tema central de estudio. Si bien tradicionalmente se pensaba que el ADN no codificante era simplemente “basura genética”, investigaciones recientes sugieren que puede tener funciones regulatorias importantes en la biología del organismo. En el caso de esta rana, los científicos sospechan que podría estar involucrado en la respuesta inmunológica frente a enfermedades como la quitridiomicosis.

El hecho de que el genoma de esta rana sea tan grande también tiene implicaciones importantes en términos de su evolución y adaptación. Al estudiar cómo los genes de la Pseudophryne corroboree se interrelacionan con los de otras especies de anfibios, los investigadores esperan identificar patrones que podrían ayudar a mejorar la resistencia al hongo en otras especies igualmente amenazadas.

Por ejemplo, la secuenciación de su genoma ha permitido a los científicos comenzar a comparar sus características con las de otras ranas más resistentes, lo que podría conducir al desarrollo de técnicas de cría selectiva que fortalezcan a los ejemplares más vulnerables.

Aunque la secuenciación genética ha proporcionado herramientas útiles, la reintroducción de la especie al medio natural dependerá de la protección activa contra el hongo y la restauración del hábitat. Los programas de cría en cautiverio continúan desempeñando un papel fundamental y el conocimiento adquirido a partir de este genoma puede tener un impacto mucho más amplio en la conservación de otras especies de anfibios y animales en peligro de extinción.

A través del análisis comparativo, los científicos pueden aplicar las mismas técnicas de secuenciación y edición genética para otras especies afectadas por enfermedades similares, ampliando el alcance de los esfuerzos de conservación a nivel mundial.

Fuente: telam

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