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04/05/2025

La trama secreta de las coimas al juez Bailaque, un empresario “poderoso” y el supuesto vínculo con ex presidentes

Fuente: telam

Los fiscales que lo acusaron detallaron cómo fue la maniobra para armarle una causa a dos financistas y el detalle de los pagos hasta llegar a USD 160 mil. Qué dijo el arrepentido involucrado

>El primer pago fue en octubre de 2019 en las oficinas del empresario Fernando Whpei, amigo íntimo del juez federal Marcelo Bailaque. Los empresarios Jorge Oneto y Claudio Iglesias, que ya habían sido denunciados por supuesto lavado de dinero, pagaron ese día USD 40 mil en efectivo. Whpei les prometió que frenaría una tanda de allanamientos por su vínculo con el magistrado. No cumplió: el 31 de octubre, Bailaque terminaría ordenado operativos en las oficinas y hasta el domicilio particular de uno de los financistas. La cadena de pagos siguió durante tres años. En total, los empresarios habrían entregado 160 mil dólares.

La maniobra contra los financistas arrancó en un asado donde estaban presentes Bailaque, Whpei, un periodista ya fallecido, y el ex titular de ARCA de Rosario y Santa Fe Carlos Vaudagna, que se arrepintió y contó todos los detalles.

La denuncia anónima aterrizó en AFIP el 14 de agosto de 2019. Unas horas después, Vaudagna presentó un escrito en el juzgado federal 4 de Rosario. La fecha no fue casual: ese día el juez Bailaque estaba de turno.

Con la investigación en marcha, Whpei se contactó con Iglesias, a través de un amigo, y le advirtió lo que estaba pasando en la Justicia. “Hay una alternativa para que vos lo soluciones, yo soy amigo personal del juez que tiene tu causa”, le habría dicho el empresario a Iglesias durante una reunión en el Museo Internacional para la Democracia, según consta en la causa.

La primera cifra que pusieron sobre la mesa fue de 200 mil dólares, según relataron ante la Justicia los empresarios Oneto e Iglesias.

“Mientras se tramitaba la causa penal, Bailaque, Whpei junto con terceras personas ajenas al proceso, actuaron coordinadamente para seguir presionando a Iglesias con el objetivo de obtener más dinero. Para ello, el juez le comunicaba a Whpei cada movimiento y novedad del expediente judicial >En 2020, Iglesias accedió a un segundo pago de 10 mil dólares en las oficinas de Whpei, un financista que también fue dueño de medios en Rosario. Lejos de mejorar su situación, las exigencias de dinero continuaron.

El último pago ocurrió en el verano de 2022. “Antes del pedido de sobreseimiento presentado por la defensa de Iglesias y Oneto el 28 de marzo de 2022, Whpei volvió a exigir dinero. En respuesta a este requerimiento, Iglesias concurrió al domicilio particular de Whpei y le entregó una nueva suma de dinero“, relataron los fiscales.

En total, fueron USD 160 mil para desactivar una causa armada.

En su declaración como arrepentido, Los fiscales lo interrogaron durante horas para conocer su verdadero rol. Vaudagna dijo que accedió a los pedidos de Whpei porque era “muy poderoso”. “En la inauguración del Museo de la Democracia estaba Alberto Fernández .... él (por Whpei) tenían relaciones con la familia Kirchner ... mucha relación con Macri. No eran gente a la cual uno le podía discutir cosas”, se excusó en su declaración.

La inauguración que mencionó Vaudagna ocurrió en abril de 2019, cuando Fernández todavía no era candidato a presidente. Cuatro meses después, volvió a Rosario para el cierre de la campaña del Frente de Todos, frente al Monumento a la Bandera.

Solo por este caso, Bailaque está acusado por los delitos de extorsión, prevaricato, abuso de autoridad e incumplimiento de deberes de funcionario público, allanamiento ilegal, y falsedad ideológica de documento público.

Además de la extorsión a los financistas, Bailaque está vinculado a presuntas maniobras dilatorias en favor del capo narco Esteban Alvarado y su ex esposa Rosa Natalí Capuano, con quienes habría tenido una conexión a través del contador Gabriel Mizzau.

Al momento de la imputación, los fiscales Juan Argibay Molina, Matías Scilabra y Federico Reynares Solari le atribuyeron a Bailaque no haberse excusado al intervenir en una causa contra Alvarado que estaba en su despacho desde 2013. Concretamente, lo acusaron de haber demorado escuchas telefónicas a Rosa Natalí Capuano, quien estaba como responsable de una de las empresas mencionadas.

La última causa contra el juez es por el manejo de los fondos de la cooperativa de trabajadores portuarios de San Lorenzo y Puerto San Martín. Bailaque autorizó el pedido de los interventores de desbloquear los fondos y transferirlos a la Mutual de Jubilados, Retirados y Pensionados Provinciales, que pertenece al Grupo Unión, cuyo responsable es el financista Fernando Whpei, su amigo.

La audiencia de miércoles puso en jaque a Bailaque. El juez de garantías de Rosario Eduardo Rodrigues Cruz dispuso su prisión preventiva, tal como habían reclamado los fiscales que intervienen en la investigación. Además le prohibió la salida del país y ordenó embargos de sus bienes y de sus cuentas bancarias

Fuente: telam

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