03/05/2025
Cómo Sean Combs ascendió al estrellato mientras eludía consecuencias legales

Fuente: telam
La carrera meteórica del gigante musical estuvo acompañada de una serie de escándalos en su vida personal
>Jason Swain se dirigía a su casa en el Bronx cuando unos amigos le dijeron que algo le había ocurrido a su hermano en un partido de baloncesto de beneficencia en Harlem. Nueve jóvenes que se encontraban en un gimnasio del City College de Nueva York murieron aplastados en una escalera abarrotada. Dirk Swain, de 21 años, estaba tendido en el suelo del gimnasio con una sábana sobre su cuerpo.
Durante más de seis años, los Swain y otras familias interpusieron demandas por homicidio culposo, alegando que Combs había sobrevendido el partido, y que una mala planificación y una seguridad inadecuada habían provocado la tragedia. Cuando se resolvieron sus casos, Combs había pasado de ser un empleado junior de una discográfica al estrellato mundial; los 750.000 dólares que aportó a los 3,8 millones de dólares en indemnizaciones representaban una fracción de su riqueza como el más nuevo y ostentoso magnate del hip-hop.
“Cada una de esas nueve personas estaba haciendo algo positivo en su vida”, dijo Swain en una entrevista.
Algunos de los casos terminaron con la modificación o el sobreseimiento de los cargos penales. Un juicio concluyó con una absolución. Algunos incidentes acabaron en acuerdos sellados.
Pero ahora las cosas son diferentes, ya que Combs, de 55 años, se enfrenta al reto más serio de lo que ha sido en gran medida una vida de encanto. Este mes será juzgado en Además de los cargos penales, Combs se enfrenta a más de 50 demandas civiles en las que se le acusa de abusos sexuales.Cuando comience el juicio penal, el Tribunal de Distrito del Bajo Manhattan estará inundado de camiones con cámaras y comentaristas. Los focos brillan tanto ahora porque, al tiempo que escapaba de tantos enredos legales que podrían haber trastocado su carrera, Combs se convirtió en un coloso de la creación de éxitos y dominador del zeitgeist. En la industria del entretenimiento, se hizo famoso por su extraordinaria riqueza y su apetito al estilo Gran Gatsby por el espectáculo, entre otras cosas. Todo tipo de famosos y figuras políticas —Leonardo DiCaprio, Paris Hilton, Al Sharpton— asistían a sus fastuosas y atrevidas fiestas, en las que a veces todos vestían de blanco y algunos llevaban muy poco. Era un maestro de la imagen, quien se convirtió en la estrella de su propia lista de talentos, y desempeñó un papel fundamental en la transformación del hip-hop en una fuerza cultural mundial.
Ahora ese halo se ha desmoronado. Muchos afirman ahora que vieron las semillas de su perdición hace mucho tiempo, en la imprudencia destructiva posibilitada por años de eludir consecuencias.
“Creo que este final era inevitable para alguien que creía que podía salirse con la suya en todo y exigía a todos los que lo rodeaban que le siguieran la corriente”, dijo Touré, un veterano periodista musical que documentó el ascenso de Combs. “Al final, alguien iba a decir: ‘Ya no más’”.No era Shangri-La. Pero Combs ha dicho que su madre trasladó allí a la familia desde Harlem, donde había nacido y donde su padre había sido abatido a tiros en 1972, poco después de que Sean cumpliera dos años.Melvin Combs murió por disparos en su flamante Lincoln Continental, que había aparcado junto a Central Park West. Los detectives de la policía creían que estaba vinculado a una red de tráfico de heroína que operaba en todo Harlem, el Bronx y el condado de Westchester.De niño, Sean pasó parte de su tiempo en Harlem, donde vivía su abuela. Pero asistió a una escuela Montessori en Mount Vernon, jugó en la liga infantil de béisbol y fue a la Academia Mount Saint Michael, en el Bronx, un colegio católico mixto para chicos, donde los alumnos llevaban chaqueta y corbata. Fue esquinero titular en el equipo de fútbol americano campeón de la escuela, con el número 27, pero dejó una crítica ambivalente en su anuario de graduación: “Fue una gran experiencia, ¡pero podría haber sido mejor!”.
Damian Blyden, parte del círculo de Combs en Mount Vernon y a quien se conoce como “Deo”, recuerda su dormitorio en la avenida Dell lleno de afiches de estrellas del baloncesto de la época como Michael Jordan, junto con una consola de videojuegos y cómics regados por el lugar.Para entonces, Ruby Patterson, inquilina de los Combs, dijo que Sean y su familia eran vecinos amistosos, y calificó a Janice Combs de casera amable. “A Dios no le gustaría que dijera nada malo de ellos”, dijo por teléfono Patterson, que ahora tiene 86 años, “porque no puedo”.
Pero Nueva York, y en concreto Harlem, se convirtió en su destino, y centró allí su atención, como si nadara a contracorriente hacia su lugar de origen. Se convirtió en un artista secundario al margen del negocio de la música, apareciendo como bailarín de apoyo en videos musicales de Fine Young Cannibals y otras bandas.
Entre sus viejos amigos de Mount Vernon, existe una aceptación a regañadientes de su papel disminuido en la leyenda.
Había una cosa que Combs seguía necesitando en Mount Vernon: una forma de entrar en el negocio de la música.
Kurt Woodley, vicepresidente de A&R de la discográfica, recordó en una entrevista que Combs no causó la mejor primera impresión.
Combs se convirtió en el factótum polivalente de Harrell, recogiendo material de oficina y trayendo tarta de queso de Junior’s en Brooklyn, un ritual de iniciación que Combs impuso más tarde a otra generación de novatos despistados del estudio en Making the Band, su exitoso programa de telerrealidad de MTV de la década de 2000.
Fue en ese entonces que Combs y Heavy D se apuntaron para promocionar el funesto partido de baloncesto en el City College.
El acto se anunció como benéfico para un programa educativo no especificado sobre el sida, con la asistencia de famosos como Mike Tyson, Run-DMC y LL Cool J. Promocionado en la radio local, atrajo a más de 5000 personas a un recinto con capacidad para 2730.Ocho personas murieron aquella noche, y otra fue declarada muerta en un hospital cuatro días después.
El proceso judicial fue complejo y llevó mucho tiempo, en parte porque el City College, gestionado por el estado de Nueva York, figuraba como demandado.
En un juicio celebrado en 1998, el juez dictaminó que el City College y el estado de Nueva York tenían el 50 por ciento de la responsabilidad del incidente, y Combs y Heavy D el otro 50 por ciento.
En “Pain”, un tema de 1997, Combs, como Puff Daddy, rapeó:Para las familias de las víctimas, eran palabras huecas. Solo unos años antes, en un perfil de 1993 en la revista Vibe, “Es solo que, en general, en la comunidad negra hay una falta de amor propio”, dijo, según una cita en la revista. “La mayoría de los chicos no se iban a poner necesariamente en situación de salir heridos, pero cuando llegó el momento de amar a sus vecinos y retroceder, no pudieron amar a sus vecinos porque no se amaban a sí mismos”.
Tras el incidente del City College, dijeron personas cercanas a Combs, este se sintió afligido.
En el verano de 1992, Uptown publicó What’s the 411?, el álbum debut de la cantante Mary J. Blige; Combs fue uno de los productores ejecutivos. “You Remind Me”, el primer sencillo, fue un éxito en los clubes de Nueva York y en la radio negra, y encarnaba la ambición de Combs.
“Remezcló lo que las calles ya hacían”, dijo Touré.
Harrell chocó cada vez más con Combs, y en 1993 lo despidió. Pero su protegido se recuperó rápidamente y le llevó su sello Bad Boy a Clive Davis, de Arista Records, para un acuerdo de distribución multimillonario. Davis, el pez gordo de la industria que había dirigido campañas de conquista de listas para Whitney Houston, Aretha Franklin y muchos otros, vio en Combs a un prometedor futuro magnate, y puso a su equipo corporativo a disposición de Combs.
“Él estaba convencido de que el hip-hop podía ser mucho más grande de lo que ya era y de que podía moldear la escena musical a su alrededor”, escribió Davis en sus memorias, The Soundtrack of My Life (2012). “Realmente tenía una visión”, añadió.Con su álbum debut, Ready to Die (1994), B.I.G. se convirtió en una estrella instantánea, y Combs se convirtió en un nuevo tipo de empresario del hip-hop, en parte Berry Gordy y en parte PT Barnum. Fue tanto el arquitecto del sonido, cargado de armonías R&B y ganchos pop listos para la radio, como de su marca. Combs derrochó dinero en videos musicales exagerados y convirtió la plantilla de talento de su discográfica en una línea de productos que se reforzaban mutuamente —una “familia”— en la que los artistas aparecían como invitados en las canciones de los demás y, con cada aparición, amplificaban la imagen general de Bad Boy.
“Con Puffy había una estética firme que estaba desarrollando desde el principio”, dijo Monica Lynch, expresidenta de Tommy Boy Records, otro sello neoyorquino de hip-hop. “Con Mary, Biggie, Jodeci había un aspecto, había un sonido. En cierto modo creó un nuevo Motown”.
Cuando B.I.G. fue asesinado en 1997 —un crimen que sigue sin resolverse, pero que durante mucho tiempo se ha considerado un acto de represalia por el asesinato de Tupac Shakur el año anterior—, Combs mostró su duelo en público. Solo dos meses después de la muerte de B.I.G., Puff Daddy lanzó su canción “I’ll Be Missing You”, en la que participaban Faith Evans, viuda de B.I.G., y 112, un grupo de R&B de Bad Boy.
Combs se convirtió en el nuevo niño mimado de los medios de comunicación por su ambición de sacar pecho, siempre listo con una cita desvergonzada.
Quien tachaba a Combs de ser simplemente arrogante no entendía nada. La propia fama se convirtió para él en un arte escénico, así como en una forma de demostrar que no había límites para los mundos que el hip-hop podía conquistar ni para el botín que Combs podía ganar.
“Cuando salías con Puff, era como si tuvieras la llave de la ciudad”, dijo una vez Quinnes Parker, del grupo 112, al New York Post.
Aun cuando Combs ascendía, la violencia, o las amenazas de violencia, siempre formaban parte de su cadencia.Y más tarde, en 2004, Kimora Lee Simmons, exesposa de otro magnate del hip-hop, Russell Simmons, dijo en una entrevista que Combs la había amenazado una vez con pegarle mientras estaba embarazada. (En la misma entrevista, concedida a la revista New York, Simmons dijo que Combs le había pedido disculpas). Tres años después, la coreógrafa Laurieann Gibson, que formaba parte del reparto de Making the Band, declaró a la policía que Combs la había amenazado con una silla mientras alguien la sujetaba. (Se reconciliaron, y Gibson ha seguido trabajando con Combs).
Al poco tiempo, Combs fue acusado de formas de violencia aún más descaradas.
Combs, que se declaró culpable de un cargo menor, fue condenado a un curso de control de la ira de un día de duración. También llegó a un acuerdo confidencial con Stoute. Contactado por correo electrónico, Stoute declinó hacer comentarios.
Justo después de la medianoche del 27 de diciembre de ese año, Combs y su entonces novia, Jennifer Lopez, estaban en el Club New York, en la calle 43 Oeste, con su protegido en el rap, Shyne, cuando sonaron disparos. Tres personas resultaron heridas, y Combs y Lopez huyeron en un Lincoln Navigator, saltándose 11 semáforos en rojo por la Octava Avenida antes de ser detenidos.
Acusado de posesión de armas y de sobornar a un testigo, Combs fue juzgado durante siete semanas a principios de 2001, enfrentándose a la posibilidad de 15 años de prisión y, posiblemente, a la ruina de su carrera.Combs negó tener un arma en el club, pero un abogado de Barrow dijo a los miembros del jurado que su cliente llevaba un arma y que la disparó dos veces hacia el techo.
En respuesta a la afirmación de Barrow, el equipo jurídico de Combs dijo en un comunicado: “Estas afirmaciones son inequívocamente falsas. Combs fue absuelto de todos los cargos relacionados con el incidente del Club New York de 1999 y ha mantenido siempre su inocencia”.
Durante el juicio del Club New York, Combs se reunía con su equipo para trabajar en su más reciente gran proyecto: diseños para Sean John, su línea de moda, que había iniciado en 1998. El juicio no frenó el ascenso estratosférico de la marca, y sus ventas pasaron de 250 millones de dólares en 2001 a 325 millones dos años después.Desde finales de la década de 1990, las Fiestas Blancas de Combs, celebradas en su finca de los Hamptons y en lugares exóticos como Saint-Tropez, Francia, eran la apoteosis de todo lo que él había llegado a representar: la cultura negra echando abajo las puertas de la alta sociedad blanca, regodeándose sin complejos en el lujo, el placer hedonista y el espectáculo por sí mismo. En cierto modo, Combs seguía llevando a cabo su primer gran talento, promoviendo fiestas bulliciosas, esta vez con la versión hip-hop de una bacanal romana.
Luego, en 2017, hizo otro intento de cambio de marca, llamándose a sí mismo Love, sin aparente sentido de la ironía.
Fuente: telam
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