28/04/2025
Un jubilado se hizo pasar por un apoderado del PAMI para ejecutar estafas millonarias

Fuente: telam
El hombre de 78 años, oriundo de Santos Lugares, fue condenado en los tribunales de Comodoro Py por montar un ardid, junto a un cómplice, con una ola de documentos truchos
>Roberto V. de Santos Lugares vivía su vida como cualquier otro hombre de su edad. Hoy de 78 años, jubilado, había integrado a comienzos de siglo los directorios de dos empresas, una de ellas dedicada supuestamente al rubro de la salud. La otra, al rubro de la comunicación, con el boom del negocio de los call centers en aquel entonces. Nunca había cometido un delito en su vida. O por lo menos, nunca tuvo una condena por ello.
A comienzos de 2020, conoció a Cristian Martín A., un empresario de Banfield 25 años más joven que él, que había integrado una firma de cobranzas, padre de una hija. Juntos, y con la ayuda de la hija, montaron una obra de teatro, por llamarla de alguna forma.
El empresario de Banfield era el cerebro. Roberto V., aseguró Marijuan, “era el encargado de efectuar las negociaciones y reuniones con las potenciales víctimas de sus engaños”. Para este espectáculo de los chantas, el hombre de Santos Lugares asumió un rol al menos pomposo. Decía ser “Apoderado General Nacional del PAMI” y “Apoderado Cultural del PAMI”. La hija del hombre de Banfield “se ocupaba de la confección de los documentos apócrifos, formularios y transferencias de dinero por canales virtuales”.
El mes pasado, el Tribunal Oral Federal N°2 condenó a Roberto V. y a Delfina, la hija del empresario, a tres años de cárcel en suspenso cada uno por integrar una asociación ilícita. Fueron también obligados a pagar una multa irrisoria, 90 mil pesos cada uno, la nada misma de cara al monto del daño que supuestamente causaron. La pena fue parte de un acuerdo: los acusados reconocieron su culpa y la fiscalía de juicio y las defensas optaron por un juicio abreviado.
El primer blanco fue un centro médico de Ezpeleta, al que desplumaron por las sumas de 109 mil pesos y 35 mil dólares. El hecho ocurrió en julio de 2021, “cuando el fallecido Cristian Martin A. les ofreció a los nombrados que su clínica sea prestadora de las obras sociales PAMI, IOMAy OSECAC. Para ello, se presentó como funcionario de aquellos organismos y del Ministerio de Salud de la Nación, y Roberto V. como auditor del PAMI”, continúa el fallo del TOF N°2 que condenó al jubilado. Les propusieron ser prestadores de la clínica San Martín de Ezpeleta, en ese entonces clausurada, reinaugurada en 2023.Otro blanco fue una empresa de ascensores con base en la capital de Mendoza, por más de un millón de pesos. Cerraron el trato tras almorzar con uno de sus directivos en un restaurant de Recoleta. “Concretamente, le prometieron el servicio de mantenimiento preventivo y correctivo de ascensores en el Ministerio de Salud de la Nación, por un monto anual de tres millones de pesos”, sigue el fallo.
Los pagos se hicieron a nombre de una empresa que, al menos en los registros comerciales y en la composición del Boletín Oficial, no existe.Tras ser denunciados y descubiertos, Roberto y Cristian Martín se negaron a declarar. El descargo de la hija del empresario muerto, en cambio, fue particularmente intenso.
La joven aseguró al declarar:“Dijo eso mostrándome los papeles. A lo que yo pregunto ‘¿Esto es legal?‘, y él me respondió ‘Obvio que es legal, si yo tengo cargos. Mira si te voy a meter en quilombos, sos mi hija’. Entonces yo le dije ‘Bueno, bárbaro. Los hago’“. Es decir, el empresario involucró a su hija en la asociación ilícita cuando todavía era una menor de edad.
“Mi mamá es docente y yo tenía que ayudarla porque los docentes no ganan un mango. Yo solo quería ayudar a mi mamá, es lo único que yo quería”, continuó. “Mi papá nunca me quiso, solo me usó para esto, que yo pensé que era legal y lo juro por mi abuela que es lo más sagrado que tengo”, continuó. Hasta llegó a reunirse con una de las víctimas, cuando su padre alegó que ella estaba internada por una supuesta apendicitis, lo que también era falso. Allí, se dio cuenta de que todo lo que decía su padre era una mentira.
Fuente: telam
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