23/04/2025
Cayó la banda de mecánicos que estafó a Horacio Pagani: le habían robado casi 2 millones de pesos

Fuente: telam
Los delincuentes fueron detenidos por la Policía de la Ciudad mientras cometían otra estafa. El periodista había contado el episodio del que fue víctima en una entrevista radial
>La banda de supuestos mecánicos que estafaba conductores a plena luz del día en la Ciudad de Buenos Aires, entre ellos al reconocido periodista Los sospechosos fueron aprehendidos en San Cristobal. Se trata de cinco hombres, todos de nacionalidad peruana, quienes están acusados de estafas reiteradas bajo la modalidad del “cuento del tío”.
Su modus operandi se había dado a conocer públicamente a principios de febrero, cuando el periodista deportivo contó en diálogo con Radio Mitre cómo fue la secuencia en la que resultó víctima de un robo de casi 2 millones de pesos.Tras la denuncia, personal de la División Investigaciones Comunales 3 comenzó una investigación que incluyó el análisis de cámaras de seguridad y logró identificar a dos presuntos integrantes del grupo delictivo que llevaban una caja de herramientas.
El personal policial a cargo del operativo los siguió discretamente por varias cuadras hasta que los vio llegar a la calle Humberto Primo al 3200, donde los sospechosos se reunieron con otros tres sujetos que estaban manipulando un auto marca ToyotaAl constatar que se trataba de otra posible estafa, los agentes intervinieron e identificaron a los involucrados, que tienen entre 27 y 46 años. Los sorprendieron mientras intentaban engañar a un hombre de 67 años, propietario del vehículo.El damnificado, tal como había advertido Pagani en su denuncia, relató que uno de los hombres le había dicho que tenía un problema mecánico y se ofreció a ayudarlo. Luego, le pidió un adelanto de 5.000 pesos en efectivo a la espera de un supuesto repuesto.El periodista Horacio Pagani había contado su episodio en una entrevista radial. “Me estafaron. Fue una pyme de estafadores. Participaron, según mi opinión, nueve personas. Yo me fui de acá de forma urgente por la calle Jean Jaurès y cuando llegué a Bartolomé Mitre, un tipo que cruzaba la calle me señala y me dice: ‘Guarda la rueda derecha’. Seguí una cuadra más, no le di bola. Pero cuando llego a la esquina de Rivadavia, otra persona me dice: ‘La rueda derecha’. Y cuando le pregunté qué le pasaba, me dijo que se movía”, relató el periodista en ese momento.
Posteriormente, agregó: “No se movía un carajo el auto, pero bueno, me asusté un poco. Estacioné y justo venía un mecánico. Me dijo que se estaba yendo a comer, pero miró y dijo ‘uy la rueda’. Y yo no entendía qué tenía la rueda. Metió la mano por atrás de la rueda y sacó una tuerca llena de grasa. ‘Uhhh’, dijo, y yo también. Después vino otro, eran de nacionalidad boliviana, y empezaron a laburar ahí abajo. Qué sé yo; miraba, y se movía el volante para un lado y para el otro. ‘Acá, a la vuelta hay una casa de repuestos. Podemos ir a ver’, me dijo. Y uno de los dos se fue, y llamó por teléfono diciendo que iba con el dueño de la casa de repuestos”.Y sumó: “De la nada traen un repuesto flamante y envuelto en un papel original. ‘¿Cuánto vale todo esto?‘, empecé a preguntar. ‘Dos millones y medio de pesos’, me respondieron. Ahí digo ‘bue, dejo el auto estacionado acá, me voy al canal en taxi y después lo vengo a buscar’. Pero como lo había dejado justo en una salida de un auto, empecé a dudar porque capaz que justo venía el dueño y quería meter el auto. Mientras, ya habían empezado a moverse y a laburar. De pronto se pusieron a usar el repuesto nuevo y les dije que no tenía esa guita. ‘Haceme factura A’, les dije. ‘Rebajo a dos millones’, me respondió. Y ahí aparece uno de los de adelante, con un caño todo reventado, sucio y lleno de grasa, que supuestamente era lo que sacaron“.
Ante este panorama, mientras el resto del equipo en el programa afirmaba que era “todo un circo armado”, Pagani prosiguió a contar la parte final de la estafa. “Me dijo que si se llevaba las partes viejas le bajaba a 1 millón 700 mil. Vivo, porteño, le dije ‘te doy un palo y seis’. Y, después de que se lo di, vino el otro a decirme que le tenía que pagar la mano de obra. Doscientos cincuenta mil mangos me pidió. Me pasó un alias y el banco rebotó la transferencia. Y como este se demoraba mucho, los compañeros lo empezaron a llamar. Ahí empezó a haber como una confusión entre todos. Me dijo una dirección que estaba a siete cuadras de donde estábamos, algo no cerraba”, explicó.
Fuente: telam
Compartir
Comentarios
Aun no hay comentarios, sé el primero en escribir uno!