22/04/2025
El emotivo recuerdo del cura argentino que Francisco subió al papamóvil para recorrer juntos la Plaza de San Pedro

Fuente: telam
El 8 de enero de 2014, el Sumo Pontífice argentino reconoció entre la multitud al sacerdote misionero Fabián Báez, quien no tenía ingreso VIP para saludarlo de cerca. “Vení, vení”, lo llamó e hizo subir al vehículo, en uno de los primeros gestos de humildad en su primer año de papado
>La imagen dio la vuelta al mundo. El Papa Francisco recorría la Plaza de San Pedro en su papamóvil, como cada miércoles, cuando detuvo la marcha, señaló a un hombre entre la multitud y le dijo: “Vení, vení. Subí”. El elegido era un viejo conocido, un sacerdote oriundo de Misiones, de mirada incrédula, emocionada y con una sonrisa enorme: el padre Fabián Báez.
El episodio ocurrió durante el habitual recorrido que el Papa realizaba por la plaza luego de la misa de los miércoles, cuando se acercaba a saludar a los fieles y curiosos. Báez intentó captar su atención con un grito: “¡Santo Padre!”. Francisco lo reconoció, frenó el vehículo, le preguntó si estaba solo y, al recibir una respuesta afirmativa, lo invitó a subir. “Cuando hizo la segunda vuelta del papamóvil, detuvo el auto y me hizo subir. Ahí se acercó la gente de seguridad y me hicieron saltar la valla”, contó su experiencia durante una entrevista con Radio 10.
“Fue un momento único en mi historia”, dijo en el mediodía del lunes 21 de abril el Padre Fabián sobre aquella escena que quedó registrada en cientos de cámaras y a la que volvía a las pocas horas de conocer la triste noticia sobre Décadas atrás, a sus 18 años, Báez conoció a Jorge Bergoglio cuando él “era muy jovencito, durante una confesión en la iglesia del Salvador”, contó en diálogo con C5N. Luego de esa confesión no lo volvió a ver hasta que inició el seminario para sacerdote y cuando Jorge Bergoglio ya estaba al frente del Arzobispado de la cuidad de Buenos Aires.Emocionado revivió que el Santo Padre se interesaba por lo que le contaban y preguntaba por los detalles, en señal de haber sido un buen escucha. “Supongo que eso lo hacía mucho y con tantísima gente con la que hablaba”.
El párroco se enteró de la noticia porque su celular no dejaba de darle notificaciones de llamadas perdidas y mensajes. “La primera sensación, sinceramente, fue un poco de alivio, porque la noche anterior, antes de dormir, estuve viendo videos de su paso por la plaza y lo noté mal. Después de dos meses de agonía, la primera sensación fue un poquito de alivio”, reconoció con pesar.El padre Fabián no duda de que el legado de Francisco continuará más allá de su partida. “Sé que va a venir el Papa que tenga que venir, sí o sí”, afirmó. Pero para él, lo esencial es lo que queda en quienes escucharon y vivieron su mensaje. “Nosotros, los argentinos, tenemos que hacernos cargo de este hermoso mensaje: el bienestar en nuestras diferencias y que nadie quede afuera”. Y subrayó: “No dejemos a nadie afuera del corazón, ni de nuestras discusiones, ni de nuestras mesas”.
En ese sentido, dijo que la muerte de Francisco es también un llamado. “Que el bienestar esté por encima de nuestras diferencias. Que no dejemos a nadie afuera del corazón”, insistió. Para el párroco, ese fue el núcleo del mensaje de Francisco, sostenido con coherencia desde sus años como arzobispo de Buenos Aires. Recordó sus homilías en San Cayetano durante la década del noventa, cuando denunciaba la exclusión en un contexto de avance neoliberal.Fabián Báez lo vivió en carne propia, en ese instante breve e inolvidable en el que Francisco rompió el protocolo y lo invitó a subir al papamóvil. “El Papa está en nuestro corazón, y ojalá que empecemos a mirarlo desde ahí. Que hagamos carne eso que él vivió y enseñó”, expresó. Hoy, dice, la tarea es recibir con serenidad su legado y asumirlo como propio. “Esa fe se traduce en amor fraterno y en la ecología integral”, resumió, y recordó una frase que definía la visión del Papa: “La política es la forma más alta del amor, porque es el amor hacia todos”.
El legado del Papa Francisco se tejió en torno a una firme defensa de la justicia social, los derechos humanos y el cuidado del planeta como casa común. Desde su elección en 2013, puso en el centro del mensaje cristiano la dignidad de los más vulnerables, denunciando la desigualdad, la exclusión y la cultura del descarte.
Fuente: telam
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