Lunes 21 de Abril de 2025

Hoy es Lunes 21 de Abril de 2025 y son las 08:29 ULTIMOS TITULOS:

20/04/2025

Cómo fueron las últimas horas del capitán del Titanic: un nuevo libro revela las versiones que Hollywood ocultó

Fuente: telam

Una investigación meticulosa expone cómo la prensa fabricó el mito del suicidio del capitán Smith, mientras testigos presenciales describieron sus actos heroicos en las gélidas aguas del Atlántico

>Un meticuloso libro de investigación titulado “Titanic Legacy: The Captain, The Daughter and The Spy” (El legado del Titanic: El capitán, la hija y el espía), escrito por Dan E. Parkes, busca reivindicar la figura del capitán Edward John Smith, comandante del Según detalla el Mail Online, Parkes dedica gran parte de su obra a refutar las acusaciones de suicidio que circularon en los días posteriores al naufragio. Apenas tres días después del hundimiento, el 18 de abril de 1912, el diario Los Angeles Express anunciaba en primera plana: “El capitán E.J. Smith se pegó un tiro”. Al día siguiente, el Daily Mirror británico seguía la misma línea con un titular similar.

Estas historias sensacionalistas causaron un profundo dolor a la familia del capitán: su viuda Eleanor, fallecida en 1931, y su hija Mel, de apenas siete años en aquel momento, quien murió en 1973 a los 75 años. El libro pretende poner fin a lo que Parkes considera una difamación que devastó a los familiares del marino, en una época en que se consideraba honorable que los marinos se hundieran con el barco.

El autor explica que aunque hubo “relatos de testigos oculares... que informaron del tiroteo y suicidio de un oficial”, estos testimonios no identificaban específicamente a Smith. Parkes sugiere que los traumatizados pasajeros probablemente escucharon disparos —posiblemente realizados para controlar a la multitud en pánico— y asumieron incorrectamente que se trataba del capitán quitándose la vida.

El libro recoge numerosos testimonios más fiables que contradicen la versión del suicidio.

Robert Williams Daniel, banquero y pasajero de primera clase, declaró al New York Herald que vio cómo “el agua subía lentamente desde los pies del capitán hasta su cintura y, finalmente, se lo tragaba. Murió como un héroe”.

Un millonario de Connecticut, Frederick Hoyt, describió cómo fue a su habitación, se quitó la ropa de abrigo -creyendo que tenía más posibilidades de sobrevivir sin las incómodas prendas- y luego se topó con Smith cuando volvía a la cubierta. Dijo que Smith y él compartieron un trago fuerte, para fortalecerse contra el frío, antes de que Hoyt saltara del barco.

Isaac Maynard, un cocinero de 31 años, testificó que vio al capitán Smith nadando: “Todavía estaba vestido, con su gorra de visera en la cabeza. Uno de los hombres que se aferraban a la balsa trató de salvarlo tendiéndole una mano, pero él no se lo permitió y gritó: ‘Cuídense, chicos’”.

George Brereton, un jugador profesional que viajaba bajo un alias, relató al Brooklyn Daily Eagle una escena similar: “A quince metros de distancia estaba el cuerpo de un bebé que atrajo al marinero que luchaba. Agarró al niño y con el brazo derecho se dirigió a un bote salvavidas. El pequeño fue puesto a salvo a bordo y el capitán reanudó su lucha por el Titanic que se hundía.”

La narrativa documentada por Parkes contrasta notablemente con la representación cinematográfica popularizada por James Cameron en su taquillera película de 1997. En la versión de Hollywood, el capitán Smith aparece al timón mientras el barco se hunde, luchando con los instrumentos de navegación hasta que una pared de agua irrumpe a través de las ventanas del puente de mando.

El libro de Parkes no solo aborda los rumores de suicidio, sino que también refuta otras acusaciones contra Smith: que navegaba a velocidad temeraria, que ignoró advertencias sobre icebergs o que bebía excesivamente. El autor sostiene que estas historias surgieron porque los supervivientes, furiosos y conmocionados por la tragedia, buscaban a alguien a quien culpar.

La obra revela además que Smith pudo haber anticipado su destino. Cuando Ada Murdoch, esposa del primer oficial William Murdoch, expresó preocupaciones sobre la navegabilidad del Titanic basadas en una “profecía” literaria, Smith habría respondido, según recoge el Chicago Tribune: “Bueno, si el mayor transatlántico del mundo se hunde, yo me iré con él”.

Fuente: telam

Compartir

Comentarios

Aun no hay comentarios, sé el primero en escribir uno!