20/04/2025
El temor de los exiliados en Estados Unidos de volver a Nicaragua deportados
Fuente: telam
Defensores de derechos humanos abogan por el principio de “no devolución” para quienes huyeron de su país de origen por razones políticas y tienen “temor creíble” ante amenazas a su libertad o integridad física
>Varios organismos de derechos humanos han advertido sobre los peligros que enfrentan los exiliados políticos nicaragüenses que llegaron a Estados Unidos huyendo de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo en Nicaragua y que ahora se encuentran amenazados por las políticas anti inmigratorias que impulsa el presidente Donald Trump.
Al menos tres nicaragüenses han sido apresados en estos días por la dictadura de Daniel Ortega tras ser deportados de Estados Unidos según denunciaron organismos de derechos humanos, aunque no existe información oficial sobre ellos.
“Se nos hace difícil saber cuántas personas han sido detenidas porque los mismos familiares de los detenidos temen dar información o denunciar sus casos por temor a su propia integridad o por las represalias que la dictadura pueda tomar contra sus familiares”, explica Cuevas.
Solo en enero pasado, el régimen de Nicaragua negó el ingreso a más de 200 personas, según informó la plataforma Divergentes, citando a fuentes no oficiales de la Dirección de Migración y Extranjería de Nicaragua.
“De finales de enero a abril nosotros hemos recibido la denuncia de 10 casos de nicaragüenses a quienes no los dejaron entrar. Ocho eran personas que querían regresar voluntariamente a su país, y dos de ellos son personas residentes en Estados Unidos que viajan frecuentemente a Nicaragua e iban a hacer turismo. No entendemos por qué el rechazo dado que ni siquiera son personas vinculadas a actividades políticas”, dice Cuevas.Gonzalo Carrión, del organismo nicaragüense de derechos humanos Nunca Más, coincide en que existe un temor generalizado entre los migrantes, particularmente entre quienes son “objetivo político de la dictadura”, de quienes dice, deben ser tratados de una forma diferente.
“Para las personas que son objetivo de la persecución en Nicaragua debe abogarse y reivindicar el principio de ´no devolución´. Ese es un principio que opera para las personas solicitantes de refugio y asilo”, dice. “El principio de ´no devolución´ está directamente relacionado al miedo creíble, al temor fundado de regresar al país que los expulsó por la razón de persecución. La proporción está basada en los riesgos reales de toda persona que tiene motivos racionales para no regresar a ese país”, añade.Castellón fue apresado en cuatro ocasiones por el régimen de Nicaragua durante las protestas ciudadanas que iniciaron en abril de 2018, y en 2022 ingresó indocumentado a Estados Unidos.
Pertenece a una familia opositora al régimen de Ortega. “Su madre, Marta del Socorro Ubilla, y su hermano, Marvin Castellón Ubilla, son parte de los 222 nicaragüenses que fueron desterrados el 9 de febrero del 2023, luego desnacionalizados y convertidos en apátridas; su padre Marvin Antonio Castellón, también expreso político, fue liberado el mes de diciembre del 2019 y actualmente es asilado político en los Estados Unidos. Otros miembros de su familia también se encuentran en los Estados Unidos y son solicitantes de asilo político”, describe el GREX en su denuncia.Una vez en Estados Unidos, Castellón solicitó asilo político y obtuvo su permiso laboral. Trabajaba como mecánico hasta el día de su detención. Actualmente se encuentra en el Centro de Detención de Migrantes “Adelanto Detention Facility”, en California a la espera de su audiencia preliminar prevista para el lunes 21 de abril.A raíz de la llegada de Trump a la presidencia de Estados Unidos, Nicaragua dejó de informar sobre los vuelos de deportados hacia este país centroamericano.
Una vez en Nicaragua, los deportados son recibidos por oficiales de Migración quienes les ofrecen un bocadillo, entrevistan, y a quienes pasan los controles los llevan a sus comunidades de origen o reciben un viático de 200 córdobas (6 dólares aproximadamente) para llegar a las viviendas de sus familiares.
“Que te recibo con un refresco, con un sándwich, eso es la propaganda bonita, de la Nicaragua linda, que promueve el régimen, pero lo que no se expone son las verificaciones que hacen. Y los riesgos son reales porque los conocemos desde antes del 2018″, señala Carrión.“El régimen no está dando cuenta de cuántos están llegando ni siquiera para la propaganda del sándwich. No rinden cuenta por qué eso está asociado a la posibilidad de la fiscalización”, indica el abogado.
El temor a la deportación alcanza incluso a quienes defienden a los inmigrantes en peligro de deportación. “Sí, yo tengo temor”, reconoce el abogado Pablo Cuevas, exiliado en Estados Unidos. “Y si me deportan no sé qué pasaría conmigo. Primero, porque según el gobierno de Nicaragua yo ya no soy nicaragüense, no tengo casa porque me la quitaron. Creo que no me dejarían entrar y, si me dejan, paso directo a El Chipote (la cárcel donde generalmente el régimen recluye a los presos políticos)”.
Fuente: telam
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