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17/04/2025

Netflix lanza un documental sobre los secretos de “La casa de los horrores”, uno de los casos más macabros de la historia criminal británica

Fuente: telam

Testimonios y materiales exclusivos sacan a la luz los siniestros actos cometidos por Fred y Rosemary West, en el hogar de la infamia, donde asesinaron mujeres incluidas sus hijas y las enterraron en el jardín

>El próximo 14 de mayo, Según le dijo a Deadline, el director de la serie, Dan Dewsbury, “ha sido inspirador participar en ella […] equilibrando la sensibilidad de las familias tras décadas de sufrimiento silencioso y fortaleza”. También afirmó que tuvo acceso a videos inéditos, cintas inéditas, a personas que nunca antes habían hablado del caso y expresó el profundo respeto por la investigación policial que llevó a los West a ser responsables de los crímenes cometidos​.

Fred y Rose West son una de las parejas más infames en la historia criminal del Reino Unido, responsables de una serie de asesinatos aterradores que tuvieron lugar entre 1967 y 1987. Estos crímenes no solo conmocionaron al público británico, sino que también revelaron la extrema brutalidad y sadismo de los perpetradores. Fred West, nacido en 1941, ya tenía un historial de violencia antes de conocer a Rose, su segunda esposa, con quien cometió la mayoría de los crímenes. La pareja fue responsable de la tortura, violación y asesinato de al menos 12 mujeres, muchas de ellas jóvenes y vulnerables. La mayoría de estos crímenes se cometieron en la conocida “Casa de los Horrores” en Cromwell Street, Gloucester, un lugar que se convirtió en el escenario de uno de los casos más macabros de la historia criminal británica.

La relación entre Fred y Rose West comenzó a principios de 1969, cuando se conocieron en una parada de autobús en Cheltenham, Inglaterra. Fred, que ya estaba casado con Catherine Costello, tenía dos hijas y vivía con una joven llamada Ann McFall. Rose, de apenas 15 años, dejó su trabajo en una panadería para mudarse con Fred y convertirse en niñera de los hijos de su pareja. Sin embargo, la relación entre ellos no fue convencional ni saludable. Según el autor Colin Wilson, Rose fue una mujer con un “carácter terrible”, y la dinámica de la relación fue marcada por abusos y manipulaciones mutuas. La joven, que fue víctima de abuso en su niñez, encontraba en Fred una figura similar que le permitía expresar su furia y deseos de control​.

La propiedad de los West en Cromwell Street se convirtió en el centro de su reinado de terror. Los West llevaban a sus víctimas allí, donde las mantenían prisioneras en condiciones inhumanas. Muchas de las víctimas eran jóvenes que se encontraban en una situación vulnerable, como Caroline Owens, quien, después de haber sido secuestrada, fue brutalmente violada y torturada por los West. Su escape fue uno de los pocos que se registraron, ya que los West pudieron mantener su fachada de vida normal, a pesar de las atrocidades que ocurrían en su hogar. Según Geoffrey Wansall, quien cubrió el caso: “Los inquilinos de la casa oían y veían muchas cosas, pero nada que fuera fácilmente explicable en ese momento”.

Además de las víctimas externas, Fred y Rose West también mataron a miembros de su propia familia, incluidos sus hijos. Charmaine West, la hija de Fred con su primera esposa, desapareció en 1971 y se cree que fue asesinada por Rose mientras Fred estaba en prisión por otros delitos. El caso de Charmaine fue uno de los primeros signos de que algo no estaba bien en la casa de los West, aunque en ese momento nadie pudo vincular su desaparición con los crímenes de la pareja. Como recordó a la Australian Broadcasting Corporation, Anne Marie, hija de Fred y su primera esposa: “Nos obligaba a hacer la mayoría de las tareas del hogar a pesar de nuestra edad, y si no las hacíamos bien, se ponía furiosa”.

En 1992, un caso de abuso infantil denunciado por una de las hijas de los West llevó a la policía a investigar la “Casa de los Horrores”. Tras esta denuncia, los investigadores comenzaron a indagar sobre las desapariciones de varias mujeres jóvenes en el área. El caso cobró más fuerza cuando Mae West, la hija sobreviviente de la pareja, mencionó en una entrevista que la broma macabra de los West era: “Si te portas mal, acabarás como Heather, bajo el patio del jardín trasero”. Esta inquietante declaración finalmente llevó a la policía a investigar el jardín de la casa en 1994. Al excavar, descubrieron los restos de Heather West, la hija de los West, que había desaparecido años antes. Este hallazgo fue solo el comienzo de una serie de descubrimientos espeluznantes, que finalmente llevaron a la policía a encontrar los restos de al menos 12 mujeres, muchas de ellas enterradas bajo la casa o en el jardín​.

El caso de Fred y Rose West está marcado por una serie de asesinatos de mujeres y niñas que fueron víctimas de su crueldad sádica. Las autoridades finalmente descubrieron que las víctimas fueron en su mayoría jóvenes que, bajo diversos pretextos, fueron atraídas hacia la casa de los West en Cromwell Street, Gloucester.

Entre las víctimas más conocidas se encuentran Ann McFall, Catherine Costello, Charmaine West, Shirley Robinson, Lynda Gough, Carole Ann Cooper, Lucy Partington, Therese Siegenthaler, Shirley Hubbard, Juanita Mott, Alison Chambers y Heather West. Fred y Rose West no solo mataron a mujeres ajenas a su familia, sino que también cometieron crímenes contra sus propios hijos, como el caso de Heather West, quien fue una de las últimas víctimas conocidas antes de su muerte en 1987. Según Mae West a Australian Broadcasting Corporation: “No parecía toda la verdad, pero nada de lo que dijo papá parecía ser toda la verdad, y no teníamos motivos para dudar de que la historia fuera básicamente cierta”​.

Los crímenes de los West además de impactar por la brutalidad y la frialdad, fue clave entender la psicología de los propios perpetradores. Fred West fue criado en un entorno abusivo que marcó su vida. Su madre fue una figura dominante y abusiva que, como afirmó el biógrafo Geoffrey Wansall: “Fred sabía que su padre despreciaba a las mujeres en general. Estaban ahí para ser utilizadas cuando fuera necesario”. Esta percepción de las mujeres como objetos de control y abuso le permitió a Fred desarrollar una relación perversa con Rose West, quien también tuvo una infancia llena de abusos: fue víctima de abuso sexual por parte de su padre, compartió con Fred una visión distorsionada de las relaciones humanas, lo que les permitió cometer estos crímenes juntos.

El caso de los West fue impactante no solo por los crímenes cometidos, sino también por la forma en que ambos asesinos intentaron evadir la justicia durante años. Fred West fue finalmente arrestado en 1994, tras una serie de confesiones y retractaciones. En sus entrevistas con la policía, Fred admitió haber asesinado a varias de sus víctimas, pero se retractó en varias ocasiones, cambiando su versión de los hechos. Sin embargo, el hombre se suicidó en su celda el 1 de enero de 1995, antes de poder enfrentar un juicio. La noticia de su muerte generó un profundo enojo entre la sociedad británica, que veía en su suicidio una burla hacia las víctimas y sus familias. Tony Jay, el ex sargento de policía que participó en la investigación, expresó que “todos estaban furiosos; Fred había burlado a la justicia, lo cual era una farsa”​.

Por otro lado, Rose West, quien inicialmente negó su participación en los asesinatos y alegó que no sabía lo que Fred había estado haciendo, fue juzgada en 1995. En su defensa, Rose afirmó que era “inocente de diez cargos de asesinato”, argumentando que Fred había manipulado la situación y que ella no estaba involucrada en los crímenes. Sin embargo, el tribunal consideró que Fred y Rose West actuaron juntos, como una pareja sádica. El fiscal Brian Leveson destacó durante el juicio, según la BBC: “Fred encontró el compañero perfecto, y los últimos momentos (de las víctimas) en la tierra fueron como objetos de la depravación sexual de esta mujer y su esposo”. Ella fue finalmente condenada a cadena perpetua, lo que la convirtió en la segunda mujer en recibir esta condena en el Reino Unido en tiempos modernos. La cadena perpetua significaba que no habría posibilidad de libertad condicional.

Durante el juicio, los fiscales presentaron evidencia que mostraba que Rose y Fred West habían trabajado juntos en la violación, tortura y asesinato de sus víctimas. En sus declaraciones, el fiscal Brian Leveson señaló: “Lo que (la policía) encontró fue más terrible de lo que las palabras pueden expresar”. Las víctimas fueron enterradas de manera despectiva y sin ningún respeto, arrojadas a fosas en el jardín o el sótano, donde fueron desmembradas y dejadas para ser descubiertas años después.

Fuente: telam

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