17/04/2025
El argentino que se hizo pasar por un atleta para ingresar al país más hermético del mundo, cerrado al turismo: “En algunos lugares ni podés reírte”

Fuente: telam
Ramiro Cristofaro, de 32 años, tuvo que correr una maratón para conseguir la visa. En este país, los extranjeros solo pueden moverse acompañados por un guía local y cumplir reglas estrictas
>Cuando todos especulaban que sería el principio de su apertura, “El país abrió una región fronteriza durante una semana y media. Después, sin explicación, volvió a cerrarse por completo”, contó el joven de Vicente López, a quien solo le faltan dos países para dar la vuelta al mundo.
Ante la cancelación del tour, Cristofaro recurrió a otra opción que manejaba el mismo operador: la Maratón de Pyongyang, un evento gestionado por el Comité de Atletismo norcoreano, completamente desligado del Ministerio de Turismo. “A diferencia del turismo convencional, este ingreso no estaba sujeto a regulaciones turísticas sino deportivas. Los interesados debían inscribirse como atletas amateur y comprometerse a correr una de las distancias oficiales”, explicó Ramiro de 32 años.Así fue como la Maratón de Pyongyang, que el domingo 6 de abril celebró su 31ª edición, tuvo a Ramiro como uno de sus corredores. “Dieron solo 200 cupos internacionales y yo fui uno de los beneficiados”, se enorgulleció.Los maratonistas partieron desde el estadio Kim-Il-Sung, el segundo más grande de la ciudad de Pyongyang con capacidad para unos 60.000 espectadores. Durante aproximadamente dos horas, los corredores internacionales y locales pudieron moverse sin supervisión directa del gobierno, algo extremadamente inusual en el país.
La carrera tenía varias modalidades. Cristofaro eligió la versión más corta: cinco kilómetros. “No entrené nada. Como se dio todo con diez días de anticipación, pensé que si entrenaba me podía romper algo”, afirmó. La completó en 38 minutos, suficiente para recibir una medalla y un diploma oficial.Ramiro contó que la carrera fue también el único momento en el que los visitantes pudieron deambular sin la presencia obligatoria de guías oficiales del gobierno. “El resto del tiempo te acompañan al menos cuatro personas del Estado. No podés caminar solo ni salir del hotel sin compañía. Y si lo hacés, no sabés qué te puede pasar. Es una regla clarísima que te advierten apenas pisás el país”, afirmó.
A su llegada a Corea del Norte, el joven debió entregar su pasaporte, que quedó retenido hasta el día de su salida. En el aeropuerto, las autoridades revisaron equipajes, anotaron el modelo de los celulares e indicaron qué tipo de contenidos eran inadmisibles. “Te piden que no tengas material religioso, pornográfico o político. Incluso mensajes de WhatsApp con comentarios negativos sobre el país podrían ser problemáticos”, detalló.Durante los seis días que duró su estadía, la agenda fue estricta y estructurada. “Había actividades desde temprano. A las 6:30 ofrecían sesiones de running, pero yo no fui a ninguna. Después hacíamos visitas culturales: monumentos, museos, almuerzos en ferris sobre el río, y siempre con mucho protocolo”, contó.
Uno de los primeros puntos del itinerario fue el Monumento de los Grandes Líderes, donde debieron rendir homenaje con flores y reverencias obligatorias. “En algunos lugares no podés hacer gestos ni reírte. Son espacios extremadamente sensibles”, advirtió.El viaje, incluyendo vuelos desde Beijing, alojamiento, comidas, inscripción a la maratón y la visa, le costó 2.200 dólares, más 70 dólares por la visa. “Todo está incluido porque no podés hacer nada por tu cuenta. No existe ir a un kiosco a comprar algo. Si querés ir a un bar, tenés que pedir permiso y te asignan un guía”, dijo Ramiro.
El proceso de ingreso comenzó en Beijing, donde se realizó un briefing previo con el operador turístico. Allí les explicaron las normas básicas del país y los riesgos asociados a conductas inadecuadas. La visa fue tramitada en la embajada norcoreana en la capital china, un día antes del vuelo hacia Pyongyang.Durante su estadía, Ramiro también recibió explicaciones oficiales sobre la versión local del origen del COVID-19. Según los guías, el virus ingresó al país en 2022 a través de globos enviados por Corea del Sur, provocando 74 muertes en 90 días.
“No lo dijeron como propaganda, sino como algo que ellos realmente creen”, afirmó el argentino al remarcar que aún siguen existiendo medidas sanitarias al respecto. “Te toman la temperatura en el aeropuerto y el hotel, y uso de alcohol en gel para ingresar a lugares públicos o parques abiertos sigue vigente”, añadió.Sobre el blindaje al turismo, Ramiro resumió: “La sensación era que todos sabían que éramos extranjeros. Nos miraban con una mezcla de sorpresa y curiosidad. Era como si hubieran caído los intrusos en la ciudad. Y aunque todo está controlado, la experiencia fue intensa, única e irrepetible. No sabés si van a volver a recibir extranjeros en cinco meses o en cinco años”.
Fuente: telam
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