15/04/2025
El líder opositor nicaragüense exiliado Félix Maradiaga ve cada vez menos opciones para la democracia en su país

Fuente: telam
El ex candidato presidencial y prisionero político analizó la cruda realidad de la nación centroamericana bajo la dictadura Ortega-Murillo
>El clandestino movimiento de oposición sigue activo en Nicaragua, pero las opciones para restaurar la democracia en el país centroamericano están disminuyendo, dijo a la agencia de noticias The Associated Press desde su exilio forzado en Estados Unidos el ex candidato presidencial y prisionero político Félix Maradiaga.
El régimen de Nicaragua, liderado por Daniel Ortega y su esposa y copresidenta, Rosario Murillo, ha reprimido la disidencia desde que aplastó violentamente las protestas en 2018, alegando que estaban respaldadas por potencias extranjeras que buscaban derrocarlo. El gobierno ha desmantelado ahora las últimas garantías y equilibrios restantes a través de “graves violaciones de derechos humanos”, advirtió este año un panel de expertos de las Naciones Unidas.
Maradiaga huyó por primera vez de Nicaragua hacia Estados Unidos en la década de 1980, cuando encontró refugio con una familia de acogida, mientras rebeldes respaldados por el gobierno de Reagan luchaban contra el gobierno sandinista de izquierda. Regresó, pero se vio obligado a huir de nuevo como adulto después de que el gobierno de Ortega lo acusara de “financiar” las protestas de 2018 y un juez ordenara su arresto.
En febrero de 2023, fue uno de los 222 líderes políticos, estudiantiles y religiosos sacados de algunas de las prisiones más notorias de Nicaragua y llevados a Estados Unidos. Poco después, Ortega los despojó de su ciudadanía.
Maradiaga dijo que buscó desafiar a Ortega en las urnas —“aún sabiendo de que habría fraude, aún sabiendo que me tocaría ir a la cárcel”— porque quería demostrarle al presidente que no podía ganar elecciones de manera justa. Estados Unidos, miembros de la Unión Europea y otras naciones condenaron las elecciones de 2021 como ilegítimas.“Ahora mi rol es el de ayudar a las nuevas generaciones de jóvenes a que se puedan organizar políticamente, a que exista (…) una alternativa política, una estrategia de sanciones, una estrategia de derechos humanos, un cordón umbilical con Nicaragua, y también una vía para poder organizar al exilio en una estrategia común”, afirmó.Pero trabajos como el suyo, que también incluyen un contacto cercano con personas que están organizando la oposición dentro de Nicaragua, conllevan un riesgo tremendo.
Madariaga dijo que lo que lo mantiene en pie es su fe católica, algo que el gobierno nicaragüense también ha atacado ampliamente en el país.
“Sin mi fe, yo no estaría vivo. Sin mi fe no tendría la claridad que deseo y espero tener en mis principios”, manifestó Maradiaga.“Cuando sentís que te ha abandonado la comunidad internacional, que has perdido tu libertad y que no tienes acceso a la protección del estado porque el estado se ha convertido en estado terrorista, la Iglesia Católica se convirtió en nuestro refugio”, dijo Maradiaga.
A lo largo de la entrevista de una hora, Maradiaga habló de la necesidad de seguir adelante con esperanza. Pero las lágrimas llenaron sus ojos al hablar de la muerte de su abuela la semana anterior en Matagalpa. Durante sus últimos años en Nicaragua, no pudo visitarla porque la policía le prohibió salir de la capital incluso antes de su arresto.(AP)
Fuente: telam
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