11/04/2025
Mürren, el pintoresco pueblo suizo sin autos, aislado entre montañas y accesible solo por teleférico

Fuente: telam
Aquí, los visitantes pueden sumergirse en la belleza natural de la región y disfrutar de actividades al aire libre
>En lo alto de los Esta aldea Hasta hace poco, Mürren mantenía una relación casi ritual con el aislamiento: los residentes descendían con mulas durante horas para procurarse provisiones en el valle, en un trayecto que resumía siglos de desconexión física y simbólica.
Según National Geographic, este avance técnico marcó una bisagra en la historia del pueblo, que si bien permanecía unido al mundo por trenes y funiculares desde finales del siglo XIX, nunca antes había contado con una vía tan directa hacia el fondo del valle.
Alrededor de 430 habitantes viven entre chalets de madera construidos con métodos tradicionales, sobre una terraza natural que cuelga literalmente sobre la nada.
Se trata de una comunidad entrelazada, donde las relaciones sociales son estables y profundas, en parte por la escasa movilidad y la intensa repetición de vínculos. El pequeño núcleo urbano de Mürren está formado por senderos peatonales, alojamientos con historia y restaurantes que se sostienen con una oferta ajustada pero sólida de productos alpinos.Si bien la vida de los residentes está marcada por la rutina del ascenso y descenso, Mürren también se ha transformado en un destino turístico de fuerte magnetismo, tanto en invierno como en verano.
Entre junio y septiembre, los senderos florecen, las ovejas pastan en libertad y se puede incluso caminar detrás de cascadas como la Sprutz.
Según Switzerland Tourism, en invierno, la pista de hielo, consolidan a Mürren como uno de los centros deportivos más antiguos y prestigiosos del paísSu hijo Arnold Lunn, junto con su esposa Mabel, fundaron en 1922 la primera competencia de slalom del mundo.
Poco después, en 1924, se creó el Kandahar Ski Club, seguido en 1930 por la inauguración de la primera escuela de esquí de Suiza.Aunque transformado por el turismo y la tecnología, Mürren conserva su carácter irreductible. Es un lugar donde el tiempo se curva, donde las distancias se miden en esfuerzo físico más que en kilómetros, y donde los lazos comunitarios resisten las lógicas del mundo globalizado.
Fuente: telam
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