04/04/2025
El ascenso y caída de Yoon Suk-yeol: de fiscal anticorrupción a presidente destituido

Fuente: telam
El Tribunal Constitucional de Corea del Sur avaló la moción de impeachment aprobada por el Parlamento tras su intento de imponer la ley marcial en diciembre de 2024, una decisión que desató una grave crisis política en el país
>La carrera política de Yoon Suk-yeol, que lo llevó de ser fiscal estrella a presidente de Corea del Sur en solo unos años, llegó a su fin este viernes con un fallo unánime del Tribunal Constitucional que confirmó su destitución.
El 3 de diciembre, Yoon sorprendió al país al ordenar el despliegue de tropas en la Asamblea Nacional, en un intento por frenar lo que describió como una ofensiva de “elementos antiestatales”.
El 14 de diciembre, la Asamblea Nacional, controlada por la oposición, votó a favor del juicio político. Tras semanas de audiencias, el Tribunal Constitucional dictaminó este viernes que Yoon violó la Constitución al declarar la ley marcial sin justificación legal y al intentar interferir directamente con el poder legislativo.
Yoon, nacido en Seúl en 1960, inició su carrera como fiscal público y ganó notoriedad por su combate a la corrupción. Fue una figura clave en la destitución de Park Geun-hye, la primera presidenta mujer del país, condenada por abuso de poder en 2016. En 2019, como fiscal general, presentó cargos por fraude y soborno contra un alto asesor del entonces presidente Moon Jae-in, lo que impulsó su imagen pública como símbolo de imparcialidad judicial.Su trayectoria llamó la atención del conservador Partido del Poder Popular (PPP), que lo impulsó como candidato presidencial. En marzo de 2022, ganó las elecciones con el margen más estrecho en la historia democrática del país, derrotando a Lee Jae-myung, del Partido Democrático.Pero su mandato estuvo marcado por el conflicto político, la impopularidad y una sucesión de escándalos que desgastaron rápidamente su gobierno. Prometió eliminar el Ministerio de Igualdad de Género, lo que erosionó su respaldo entre las mujeres, y fue duramente criticado por su gestión de la estampida en Halloween en 2022 en Seúl, que dejó más de 150 muertos.La figura de Yoon también se vio comprometida por su entorno. Su esposa, Kim Keon-hee, fue filmada en secreto aceptando un bolso de diseñador valorado en 2.000 dólares, lo que generó críticas sobre posibles conflictos de interés. Además, su suegra, Choi Eun-soon, fue condenada a un año de prisión por falsificación de documentos financieros en una operación inmobiliaria.Pese a todo, Yoon se mantuvo firme. En enero de 2025 fue arrestado tras semanas resistiéndose a los fiscales, convirtiéndose en el primer presidente en funciones detenido en la historia del país, aunque fue liberado poco después por cuestiones procesales. Ahora enfrenta cargos penales por insurrección, delito que en Corea del Sur puede conllevar cadena perpetua o incluso pena de muerte.
Durante su mandato, Yoon mantuvo una firme postura frente a Corea del Norte y fortaleció los lazos con Estados Unidos. También intentó restablecer relaciones con Japón, el antiguo colonizador, aunque esto generó rechazo en buena parte de la población. Uno de sus gestos más comentados en el ámbito internacional fue su interpretación de American Pie en una cena oficial en la Casa Blanca, lo que provocó una reacción sorprendida pero amigable del entonces presidente Joe Biden.Sin embargo, el intento de imponer la ley marcial selló su destino político. Su discurso televisado estuvo marcado por acusaciones contra una supuesta ofensiva “antiestatal”, y desde entonces se rodeó de figuras religiosas extremas y comunicadores de derecha en plataformas digitales, que amplificaron su mensaje y convocaron protestas a su favor.En enero, estas manifestaciones se tornaron violentas: seguidores de Yoon irrumpieron en una sede judicial en Seúl, tras la aprobación de su orden de arresto, dejando al menos 50 policías heridos y múltiples destrozos en el edificio.Según la politóloga Ji Yeon Hong, de la Universidad de Michigan, el fenómeno en torno a Yoon es más profundo que su liderazgo personal. “Su base extrema no se construyó solo por lealtad a él. Es estructural e ideológica. Y eso es preocupante”, señaló.“El legado de Yoon puede no radicar en sus logros políticos, sino en las fuerzas que ayudó a despertar y que seguirán moldeando —y desafiando— la democracia surcoreana en los próximos años”, concluyó.
(Con información de AFP)
Fuente: telam
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