29/03/2025
Un experto de EEUU advirtió sobre el avance del movimiento antivacunas: “Debemos evitar que la desconfianza crezca más”

Fuente: telam
En una entrevista exclusiva con Infobae, el pediatra y virólogo Peter Hotez, explicó cómo desterrar las falsas creencias vinculadas a la inmunización que derivan en el aumento de enfermedades inmunoprevenibles. Cómo actuar para favorecer el acceso a las vacunas
>Durante su niñez en la ciudad de Hartford, Estados Unidos, Estudió biofísica y bioquímica, profundizó en las Sus conocimientos y una experiencia familiar lo llevaron a convertirse en el “enemigo N° 1 del movimiento antivacunas, que se maneja en base a desinformación, favorece la transmisión de patógenos y genera muertes”.
Actualmente, vive en el estado de Texas. Es decano fundador de la Escuela Nacional de Medicina Tropical, profesor de pediatría y virología molecular en el Colegio de Medicina Baylor, donde también es director del Centro para el Desarrollo de Vacunas del Hospital de Niños de Texas.
Esa situación se produjo porque la desinformación llevó a que más personas eviten la aplicación de las dosis que les corresponden o que no acompañen a sus hijos a recibirlas, según el científico. Esa tendencia a la vacilación o la renuencia ante las vacunas podría tener más impacto en el mundo.
“El movimiento antivacunas en los Estados Unidos se está globalizando lamentablemente. América Latina debe actuar para evitar que la desconfianza en las vacunas contra el sarampión crezca aún más”.Si se tiene en cuenta la situación actual y la alta contagiosidad del virus cuando hay muchas personas susceptibles, “las sociedades médicas y los equipos de salud de América Latina deberían trabajar fuerte hoy para evitar que se llegue al nivel de desconfianza en las vacunas que hay en los Estados Unidos. Se debería promover más la inmunización a través de campañas que expliquen sus beneficios frente a los riesgos que implica tener la infección para los grupos más vulnerables”, señaló Hotez.
La cobertura de inmunización contra el sarampión debería alcanzar al menos el 95%. Sin embargo, según la Organización Panamericana de la Salud, en los países de América solo llega al 87% en la primera dosis y al 76% en la segunda.Un médico británico publicó en 1998 un estudio que “afirmaba que la vacuna contra el sarampión, paperas y rubéola (la triple viral) causaba autismo en los niños. Ese estudio fue retractado, pero generó una ola de pánico masivo”, contestó el científico.
Esa desinformación sobre vacunas y autismo favoreció el crecimiento de un movimiento antivacunas que aún persiste, con consecuencias graves para la salud pública, como la caída en las tasas de vacunación y el resurgimiento de enfermedades prevenibles como el sarampión.Como padre, se sintió impulsado a actuar para proteger a otras familias del daño causado por esas creencias erróneas. En 2018 publicó el libro Las vacunas no causaron el autismo de Rachel, en el que detalló su trayectoria como científico, pediatra y padre de una hija que fue diagnosticada con esta condición en 1994.
Desde entonces, Hotez es una figura pública que aclara, con amabilidad y paciencia, cuáles son las pruebas que demuestran que las vacunas aprobadas son seguras y han demostrado ser eficaces para prevenir muertes.El autismo “no es causado por las vacunas. Los estudios más recientes sugieren que varios genes y factores ambientales en el embarazo” contribuyen al desarrollo de esa condición.
El movimiento antivacunas pasó de ser una preocupación minoritaria a un fenómeno global en la actualidad, según el investigador.En la década de 2010, el movimiento evolucionó hacia protestas contra la obligatoriedad de la vacunación y el uso de expresiones como “libertad en salud”.
Con la emergencia del coronavirus que causa la enfermedad COVID-19, en 2020 el rechazo se expandió con las vacunas para adultos, a través de grupos antivacunas que promovieron teorías conspirativas.
“La desinformación y la desconfianza en la inmunización tuvieron consecuencias fatales. Se estima que hubo 200.000 muertes por COVID-19 en los Estados Unidos debido a que las personas se negaron a vacunarse”, precisó.
En ese momento, el doctor Hotez fue uno de los más activos en refutar esas afirmaciones. Aclaró que el término “turbo-cáncer” es inventado y no tiene base científica. Lo cierto es que el ARN de las vacunas no tiene la capacidad para alterar el ADN humano. Esas dosis introducen una pequeña porción de material genético en el cuerpo, pero no alteran el ADN en las células.
Los brotes de sarampión están creciendo principalmente por el descenso en la cobertura de vacunación. Hotez indicó que “las personas vacunadas tienen una probabilidad mínima de contraer sarampión”. Las personas no vacunadas, en cambio, enfrentan altos riesgos de complicaciones graves.Como los antivacunas saben que las exposiciones públicas del doctor Hotez tienen alto impacto, han salido a amenazarlo en diferentes ocasiones y a difamarlo al decir que recibe apoyo de la industria farmacéutica que elabora las vacunas.
La vacuna Corbevax fue licenciada sin restricciones de patente, lo que permitió que se distribuya a un costo reducido en países como India e Indonesia. En el desarrollo participó la latinoamericana Hotez explicó: “Este esfuerzo demuestra que no es necesario depender de las grandes farmacéuticas para desarrollar vacunas eficaces y accesibles. Mi prioridad siempre ha sido la salud pública”.
“Para combatir la desinformación es fundamental una respuesta coordinada y rápida ante las falsedades sobre las vacunas. Recientemente, publiqué un artículo en la revista Además, el investigador sugirió que las agencias de salud, como los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU., deben crear plataformas para corregir públicamente los mitos sobre las vacunas. “Es crucial que las respuestas sean oportunas y no dejen que las mentiras sigan ganando terreno”, recalcó.También Hotez cree que los científicos y médicos deben asumir un papel activo en las redes sociales y los medios de comunicación. De esta manera, pueden desmentir mitos y aportar información verificada en tiempo real, al combatir la desinformación en plataformas digitales.
Fuente: telam
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