23/03/2025
Marta Minujín en Miami: “Aquí me llaman Messi”

Fuente: telam
La artista argentina presenta sus distintivas esculturas inflables en el Desing Art District de la ciudad de Florida, con notable respuesta de público. “La gente siempre va atrás de la vanguardia”, dice
>De buen humor, con dos televisores encendidos en su habitación de hotel -uno sintonizado en CNN, el otro en un canal local- y preparando su equipaje para el vuelo de vuelta a Buenos Aires, Marta Minujín dialogó con Infobae Cultura sobre Dreamscape, la puesta en escena pública de dos de sus célebres, gigantescas esculturas inflables que deslumbran en Jungle Plaza, el principal espacio para eventos al aire libre del Design District de Miami, uno de los barrios más vibrantes de la ciudad.
Ambas obras, envueltas en sonidos de cantos de aves y superficies fluorescentes, invitan al público a susurrar sus deseos dentro de sus formas móviles. Remiten a las esculturas de colchones que Minujín desarrolló en los años sesenta, caracterizadas por su propuesta inmersiva y lúdica. El proyecto, concebido por Silvana Ovsejevich y Andrea Tamaroff -con el apoyo de Fundación Ama Amoedo, Craig Robins y Clarice O. Tavares- permanecerá para la apreciación pública hasta el lunes 31 de marzo.
—Viviste en París y Nueva York ¿Qué encontraste en Miami que te haya gustado especialmente? No era una ciudad asociada al arte hasta hace unas décadas atrás...— Ahora con la feria se puso de arte. Hacía muchísimo que no venía, 13, 14 años... Ojo, acá donde estoy no sé si es Miami o es un oasis en Miami, no fui a ver downtown. Sí visité el Pérez Art Museum y la colección de Craig Robins. Muy buenos lugares los dos. Tengo una obra mía del 74 el Pérez Art Museum, estuve encantada de verla.—En ese sentido, siempre estás asociada a la palabra “vanguardia”...
—Me considero una persona que se renueva siempre. Siempre estoy haciendo cosas diferentes. Hago los monumentos caídos y la gente los consume, como el Big Ben y el Partenón de libros que tumbé en Buenos Aires. También en Documenta-Kassel, la Torre de Pisa que la acuesto con botellas de agua mineral. El lobo marino de alfajores de Mar del Plata. Hice muchísimos.—Este año también el Museo Reina Sofía compró una obra tuya.
—Cuando viví en Washington, hice arte erótico. Y en Buenos Aires me la cerró la policía... Hice la exposición primero en una galería de Washington y no pasó absolutamente nada, porque era el erotismo tomado de manera congelada, como la comida congelada. ¿Entendés? Frozen Sex. Pero en Buenos Aires todavía se siguen espantando; incluso en Instagram no me dejan reproducirlas. Todavía hay un concepto en el cual ciertos temas no se pueden tocar.—¿Eso significa que el mundo empeora, cómo lo ves? ¿Todo está peor que hace 20, 30 años?—¿Cómo te llevas con la idea de la inteligencia artificial asociada a la creación de arte? Hoy en día es una tendencia que crece.
En el arte hay muy buenos pintores, muy buenos escultores, pero poquísimos artistas. Si vos contases -yo me considero uno de ellos- pero en todo el mundo habrá 100 artistas. Todos los demás son pintores y escultores excelentes, la gente compra sus obras y suben a precios altísimos. Pero son pintores o escultores, no son artistas. Los artistas pueden crear una película, una escultura, un libro, todo. Quienes viven el arte van creando la misma vida.
—En 2023 fue todo un acontecimiento tu cumpleaños 80, tu casamiento con el arte en el Malba ¿Te sentís reconocida aquí en la Argentina como alguien importante en la vida del país?—Igualmente seguís viajando por el mundo con gran actividad.
—Este año tengo como diez viajes... Todo el tiempo. Vuelvo a Buenos Aires, voy al sur y vuelvo New York.—La verdad es que no sé, pero me considero que soy como Dalí. Tengo más energía que Picasso. Dalí tenía mucha energía: cuando yo lo conocí, tenía 22 años y él 70 o no sé cuánto. Pero tenía una energía que dejaba paralizados a todos. Cómo se movía en la mesa, lo que hacía, cómo caminaba.
—Ahora estoy preparando la valija para regresar a Buenos Aires. Tengo dos aparatos de televisión prendidos. Veo CNN y por el otro lado, el canal de Miami. Y he tomado el desayuno. Y ya voy a tener que cortar.
Fuente: telam
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