20/03/2025
La joven que llegó a Buenos Aires para cumplir el sueño de ser bombera y el trágico final del amigo que la acompañó

Fuente: telam
Rocío Navarro se recibió en diciembre del año pasado. El curso lo había iniciado junto a Giuliano, pero el joven murió en un accidente. Cómo se enteró del choque fatal y su esfuerzo para seguir adelante
>Rocío Navarro es muy joven. Tiene apenas 24 años y su voz suena muy animada a través del teléfono. Pese a que parece un lugar común de casi todos los chicos, desde muy chica Rocío tenía en claro que quería ser bombera. Empezó como voluntaria en Mar de Ajó, su ciudad natal. “Ahí tomé mucha experiencia. Estuve en incendios forestales y también accidentes viales en la ruta 11. Las temporadas de verano eran muy bravas”. La chica compartía el sueño con su amigo Giuliano, de Santa Teresita, otra localidad del Partido de la Costa.
Mientras caminaban por la playa fuera de temporada, los chicos ya se imaginaban con el casco clásico y toda la ropa. Se veían también cruzando las avenidas, sentados en el camión de bomberos con la sirena que les abría el paso. Los amigos se mojaban los pies en el mar, pero sus cabezas ya estaban en otro lado, lejos de la costa bonaerense en la que habían nacido.
Hace dos años, Giuliano estaba decidido y convenció a Rocío. Juntos viajaron a Buenos Aires a hacer las primeras pruebas para ingresar a la escuela de bomberos porteña. “Todo el tiempo él estaba convencido de que íbamos a llegar a nuestro sueño. Casi que no hablábamos de otra cosa con mi amigo”, recuerda Rocío.Los chicos llegaron a Buenos Aires para dar los primeros exámenes para el ingreso a la escuela de bomberos. Ya en el micro que los trajo hasta la estación de Retiro hablaban del futuro que tenían por delante. En esos momentos, ya Giuliano le había regalado a Rocío un colgante con una piedra que sería muy importante en la vida de la chica.“Es muy difícil porque al principio no tenía muchos amigos. Salía los fines de semana de franco y no tenía con quién quedarme. Muchas veces iba a lo de mi hermana que vive en Buenos Aires o alguna compañera de la escuela me alojaba”, relata Rocío.
Tras el reencuentro, todo volvió a fluir. Rocío y Giuliano aprobaban todos los cursos y avanzaban en la carrera. El sueño de ser bombero estaba ahí muy cerca. Los amigos estaban todo el tiempo juntos y ya se veían con el traje y el casco yendo a cubrir una emergencia.A mediados del año pasado, varios hechos volvieron a cambiar la vida de Rocío. Guiliano se lesionó y tuvo que dejar la escuela. Volvió a Santa Teresita a curarse. “Me decía ´vos seguí que yo voy a volver muy rápido y vamos a trabajar juntos en los cuarteles´”, recuerda la joven.Al rato, una amiga de Rocío que también estaba en Buenos Aires le manda un mensaje diciendo que la estaba yendo a buscar a la escuela de bomberos. “Apenas la vi, no me tuvo que decir nada. Entendí todo antes. Sabía que algo le había pasado a Giuliano - relata Rocío y ahora si llora porque vuelve a vivir ese momento de tanto dolor-. Me abracé con ella y empecé a llorar. No sabía como iba a seguir con mi vida”.
Una mañana en la escuela de bomberos, días después de conocer la noticia de la muerte de su amigo, Rocío estaba en la cama y no podía levantarse. Pensaba en dejarlo todo y volver a Mar de Ajó. “Las compañeras me arrastraron hasta la formación. Y desde ese momento fue como un clic. Me dije tengo que hacerlo por mi amigo y porque era nuestro sueño. Ser bomberos de la Ciudad”, se emociona la chica.
En su casillero, Rocío tiene fotos con su amigo y casi siempre lleva cerca el colgante con la piedra que le regaló Giuliano. “Cada vez que necesito fuerzas para sobreponerme toco la piedra que me regaló Giuliano. Y la llevo colgada siempre que puedo para que me dé fuerzas para seguir”, explica la joven.La chica ya sueña con sus prieros operativos. Salir de urgencia a rescatar personas o apagar un incendio. “Vamos de a poco. Nos cuidan muchos en el cuartel a los que recién empezamos. Seguimos en una etapa de aprendizaje - explica la chica-. Pero siento que cuando me pongo el traje soy como una heroína que puedo ayudar a muchas personas”.
Apenas se convirtió en bombera, Rocío publicó un video en su cuenta de TikTok en el que recordaba a su amigo muerto. El clip tuvo casi dos millones de visitas. Allí con un par de fotos y un texto corto, resume la historia. Desde esas primeras charlas hasta el impulso para cumplir el sueño. De Giuliano queda su descendencia, Valentino, que nació tras la muerte de su papá y algunos videos subidos a su TikTok. Allí se ve el amor que le tenía a los bomberos. Son todos clips sobre este tema. Hay uno en el que se prueba un traje y se ve su cara en primer plano feliz. El último posteo es su entierro con el cuerpo de bomberos voluntarios de Santa Teresita que lo despide con honores.Fuente: telam
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