19/03/2025
La controvertida historia del doctor Durand: los ahorros de su vida para construir un hospital y la tragedia que cambió su carácter

Fuente: telam
Carlos Durand fue médico obstetra de la sociedad porteña y se destacó por atender gratis a los pobres. Amasó una fortuna y cuando su joven esposa enfermó, su vida dio un sorpresivo vuelco
>Cuando el doctor Durand falleció, se hizo lo que en vida hubiera sido impensable: revisaron sus pertenencias en su casa de Lavalle 919, de la ciudad de Buenos Aires. En el ropero de la habitación de ese médico que los medios de la época se referían como de “un carácter singular”, hallaron la friolera de un millón de pesos. Desconfiado de los bancos, junto a la montaña de billetes ahorrados, había una nota: “Economías de toda mi vida para construir un hospital”.
Durante el gobierno de Martín Rodríguez, su ministro de gobierno Rivadavia impulsó diversas medidas revolucionarias para la época. Cuando quedó conformado el cuerpo de policía que se estableció la sede en el edificio del antiguo Seminario Conciliar, al lado del Cabildo, el francés Durand fue nombrado el 9 de abril de 1822 médico de esa institución.
El joven Carlos estudió medicina y se recibió en 1846, en pleno gobierno rosista, con la tesis sobre el contagio del cólera, un flagelo que, de tanto en tanto, asolaba a la ciudad debido a la insalubridad que estaba a la orden del día. Al año siguiente, falleció su padre.
También incursionó en política. En 1859 fue diputado y entre 1865 y 1870 senador nacional, y en la masonería llegó a ser venerable maestro en la Respetable Logia Sol de Mayo.
Aún no lo sabía, pero su casamiento le cambiaría la vida y mostraría una faceta desconocida de su personalidad.Al tiempo, su joven esposa enfermó de viruela. Estuvo grave pero sobrevivió, aunque debió convivir con las consecuencias. Las pústulas de la enfermedad dejaron sus rastros para siempre en su rostro. Y Durand tomó una decisión extrema: dispuso mantener cerradas las ventanas de su casa, prohibió a su esposa salir sin su autorización y restringió a un número mínimo las visitas. Estas disposiciones alcanzaban al personal doméstico, que eran niñas huérfanas que vivían en la Casa de Niños Expósitos.
Según se consignan en sus biografías, su carácter cambió radicalmente. Se transformó en un hombre hosco, huraño e intratable. En una oportunidad, cuando cayó enfermo, su esposa y su hermana Carolina, quien nunca se casó y siempre lo acompañó, lo cuidaron.Cuando se recuperó, su carácter empeoró y su esposa dijo basta. Intentó divorciarse, sin suerte, y a fines de 1900 abandonó el hogar. Se radicó en Uruguay, donde murió en la pobreza, porque su marido se ocupó de sacarla del testamento.Durand falleció el 8 de agosto de 1904. Dispuso que el dinero de la venta de su casa fuera repartida entre sus primas, tres criadas huérfanas y un par de personas más. Además, poseía otras propiedades en la ciudad.
En la actualidad, integra el grupo de hospitales generales de agudos y el de hospital universitario de alta complejidad.
Pascual Palma fue su primer director del establecimiento y hasta algunos años en los jardines había un busto de ese médico que atendía gratis a los que menos tenían y que, según sus contemporáneos, sobresalía por su carácter más que singular.Fuente: telam
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