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16/03/2025

Ruptura o acuerdo con condiciones: los días decisivos que afronta Kicillof para el armado del peronismo

Fuente: telam

El Gobernador debe definir si desdobla o no la elección provincial. Los reclamos permanentes de La Cámpora y las diferencias internas en su armado político

>El 28 de enero Axel Kicillof encabezó una reunión en Villa Gesell junto a 35 intendentes de la provincia de Buenos Aires. Escuchó durante cuatro horas los análisis de cada uno sobre la elección de este año, la creación de una nueva corriente dentro del peronismo, y las virtudes y defectos del desdoblamiento electoral.

Uno de los intendentes que estuvo sentado en esa mesa asegura que si Kicillof tenía que salir de ahí y definir cómo armar el cronograma electoral bonaerense, no tenía ninguna duda. “Estaba completamente convencido. Si tenía que tomar una determinación por su cuenta, avanzaba con la eliminación de las PASO y el desdoblamiento”, afirmó.

Hay un problema importante en la dinámica de ese triángulo político que conduce Unión por la Patria (UP). Kicillof habla con Massa pero no con CFK. El líder del Frente Renovador (FR) reapareció en escena en la tarde de ayer, durante el congreso de su partido. Fue contundente sobre la necesidad de generar la unidad del espacio político. “Es un año donde tenemos la responsabilidad política de hacer primar el sentido común sin mezquindad para construir la unidad. No creo en las peleas“, sentenció.

Kicillof estira su definición porque no hay acuerdo entre los principales accionistas de la coalición. Sin embargo, sabe que al ser el único que tiene un cargo en el Ejecutivo, si no hay consenso, deberá tomar una decisión. Como nunca antes, su lapicera tiene un peso mayor al del resto, por el simple hecho de que es él el que está a cargo de la gestión, y el desdoblamiento es una determinación que le corresponde tomar al Gobierno. Les guste o no a sus rivales internos, la decisión final es de él.

En los últimos meses, el Gobernador dejó crecer, a través de su armado político, la idea de que el desdoblamiento cruza al medio la disputa de poder con CFK. Sobre ese vínculo mantiene un silencio táctico que le es redituable. Se encargó de ponerle un título directo al asunto. No se habla. Del resto se siguen encargando las caras más influyentes del armado político.

Mientras las conversaciones tripartitas llegan a la etapa final, en el Movimiento Derecho al Futuro (MDF), el ala dura mantiene a flote la idea de romper con el cristinismo y avanzar en el armado de dos listas en cada uno de los 135 municipios que tiene la provincia de Buenos Aires. Una idea que el ala dialoguista no comparte y a la que le encuentran limitaciones.

Los duros quieren la ruptura final con CFK y La Cámpora. Los dialoguistas apuestan a un acuerdo con el cristinismo, pero con Kicillof poniendo sobre la mesa sus condiciones. Hay una coincidencia entre ambos sectores internos. Nada puede volver a ser como antes. Ni el formato de decisión en la cúpula del dispositivo electoral, ni la influencia del Gobernador en la estrategia electoral y la designación de nombres para la conformación de las listas.

“Axel está generando las condiciones para, si logra llegar al Gobierno en el 2027, no ser otro Alberto Fernández”, se sinceró un intendente del conurbano, que está en las filas del Gobernador. Kicillof entendió hace tiempo que debe construir un marco de independencia del cristinismo para no quedar comprometido con la misma dinámica que terminó por romper el Frente de Todos. No ser otro Fernández significa no ser un nuevo delegado del poder real que concentra Cristina Kirchner.

El camino del gobernador bonaerense tiene impregnada una lógica política. El poder, sobre todo en el peronismo, se discute con decisiones, gestos y acciones. Nadie se sienta en una mesa, café de por medio, a resolver una disputa de ese estilo. Y tampoco nadie lo dice en público lo suficientemente explícito como para que la sociedad lo vea desenfocado de su rol diario. Por eso no habría que esperar que Kicillof diga lo que los demás, por morbo y enojo, quieren escuchar.

El planteo en la fuerza del Gobernador es diferente. Si no marcaba su independiencia antes de las elecciones del 2025, no iba a tener lugar en la mesa de negociación principal ni influencia en la definición de la estrategia electoral. En consecuencia, iba a quedar sin nombres propios cercanos en el armado legislativo y con una marcada disminución de su poder de fuego en el camino decisivo hacia los comicios del 2027.

“Axel tendría que ser más honesto intelectualmente. Por respecto a CFK. Debería decir que el ciclo de Cristina está terminado y que quieren hacer la revolución”, planteó un funcionario camporista. Otro, de la misma rama interna, se acopló a esa mirada que está desparramada por la agrupación de Máximo Kirchner: “Está bien que aglutine a todos los que creen que la etapa de Cristina se terminó. Pero que se siente en una mesa y lo discutimos en colectivo”.

En los próximos días el gobernador bonaerense debe esperar la definición de la Legislatura sobre las PASO. Si no avanzan las negociaciones, La decisión más trascendente que tiene que tomar es determinar si adelanta o no las elecciones de la provincia. Esa decisión tendrá una repercusión y esa repercusión marcará el pulso de la vida del peronismo en los meses electores que asoman. Se aproxima un momento en el que Kicillof tendrá que tomar riesgos y medir costos. Un delicado equilibrio en medio de una discusión de fondo sobre la renovación de los liderazgos y la conducción del peronismo.

Fuente: telam

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