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15/03/2025

La CGT avanza hacia su tercer paro general sin su ala dialoguista, pero teme duras represalias del Gobierno

Fuente: telam

Mientras los más moderados se convirtieron en duros, los dirigentes cegetistas intuyen que la reacción oficial podría incluir el impulso a leyes que apuntan contra el poder sindical y la luz verde para auditar obras sociales con números en rojo, como la de Camioneros

>“Abril es el mes más cruel”, dice el comienzo de un conocido poema de T.S. Eliot y ahora, sin poesía alguna, podrán experimentarlo tanto el Gobierno como la CGT en esta renovada etapa de enfrentamiento que acaba de comenzar en su relación. Abril será el mes del tercer paro general cegetista, tal como lo anticipó el ex dialoguista Héctor Daer (Sanidad), pero también podría marcar el inicio de las represalias de la Casa Rosada contra los sindicalistas reconvertidos en opositores.

En ese caso, la guerra entre el Gobierno y la CGT abrirá un conflicto de aristas imprevisibles en un año de elecciones legislativas y sindicales (incluida la renovación de autoridades de la propia central obrera), plagado de interferencias políticas y presiones sociales, más la necesidad oficial de serenar algunos frentes para que no conspiren contra una economía cuya estabilidad puede debilitarse.

¿Qué le queda a la CGT luego de su tercer paro general? Saben que Milei no va a ceder, que los va a tratar de acorralar y que sólo les quedará radicalizarse cada vez más (¿se superará la serie de 13 paros generales que sufrió Raúl Alfonsín?). El Presidente tiene las herramientas que le da el control del Estado y si gana las elecciones de octubre podría sumar más legisladores para avanzar con leyes como la de Democracia Sindical (conocida como la “Ley Tetaz”), que aterroriza a la CGT porque elimina la reelección perpetua en los gremios, prohíbe la cuota solidaria en los convenios, exige a los dirigentes que presenten declaraciones juradas y fija medidas para “democratizar las obras sociales”.

Si algo demostró la CGT en las últimas horas es la capacidad de sus sectores internos de reacomodarse y reinventarse a cada rato. Luego de poco más de un año en que el ala dialoguista marcó la línea de la central obrera, en contraposición con la actitud ultraopositora de Pablo Moyano y los kirchneristas, el sector moderado se autodestruyó al calor del prematuro desgaste que sufre el Gobierno tras el “criptogate”, la lógica electoral y la poca voluntad oficial de dialogar con un sindicalismo acorralado.

Un sindicalista de primer nivel sospecha que Cristina Kirchner fue quien estuvo detrás de una jugada para endurecer a Daer en la reunión de mesa chica de la CGT del martes pasado: dos dirigentes de su confianza, Abel Furlán (UOM) y Guillermo Moser (Luz y Fuerza), lo habrían presionado ante sus colegas marcándole que ya no se podía sostener una estrategia temerosa y blanda ante el Gobierno.

Para justificar su viraje ultraopositor, Daer aseguró en el mismo encuentro que el FMI exige una nueva reforma laboral y terminar con las paritarias para firmar el acuerdo con la Argentina, pero le salió al cruce Cristian Jerónimo (vidrio), aliado del dialoguista Gerardo Martínez (ausente por un viaje): “Yo estuve con Gerardo en la reunión con Kristalina (Georgieva) en Washington y no se dijo nada de eso”.

De la misma forma que en el entorno de Martínez alertan sobre la posible reacción virulenta de Milei para contrarrestar el paro de la CGT y debilitar a sus dirigentes, funcionarios moderados como Guillermo Francos y Julio Cordero son conscientes de que un enfrentamiento a fondo contra el sindicalismo es un riesgo político contra el Gobierno, aun cuando haya libertarios que quieran hacer campaña mediante la pelea contra la dirigencia cegetista, desprestigiada ante la opinión pública.

Mientras, hay un dialoguista que salió del radar de la exhibición pública: Armando Cavalieri, titular de la Federación de Trabajadores de Comercio, tampoco envió ningún representante de su sindicato a la reunión de la mesa chica de la CGT ni a la realizada en la sede de Azopardo donde se resolvió el paro de 24 horas. Hace bastante que se mantiene alejado de la estrategia de Daer, su eterno aliado de “los Gordos”, y mantiene una fluida relación con los libertarios, como casi todos los gremialistas.

Eso no quiere decir que Cavalieri sea complaciente con la Casa Rosada. Además de las críticas y participaciones en movilizaciones de protesta, el experimentado dirigente acaba de publicar una solicitada en un diario nacional en la que, al destacar que el sanatorio del gremio en Bahía Blanca recibió a los bebés recién nacidos en el hospital inundado, contraatacó sutilmente a funcionarios que tienen una mirada crítica del rol de los sindicatos en las obras sociales: “Al igual que durante la pandemia provocada por el COVID-19, la red interconectada de centros de OSECAC y la presencia del gremio de Comercio como parte integrante de cada rincón del país, gracias al aporte mensual que realizan los trabajadores y trabajadoras al sistema solidario de salud, son quienes respaldan y acompañan a la estructura de salud pública en los peores momentos sanitarios, resignificando la importancia de las instituciones sindicales cuestionadas insistentemente”.

Moyano puede marcar el ritmo de la confrontación contra el Gobierno antes de la huelga cegetista: está en plena discusión paritaria y reclamaría entre un 9% y un 10% para el período marzo-mayo. Son cifras que superan lo que exige el Ministerio de Economía. Si avanza en un acuerdo dentro de esos parámetros, sabe que la Secretaría de Trabajo no lo va a homologar. ¿Se viene una reconciliación en los hechos entre el jefe de Camioneros y su hijo Pablo, castigado por su combatividad sin freno, para embestir juntos contra Milei? Si auditan su obra social, con graves problemas financieros y gerenciado por una empresa de la que es dueña su esposa, Liliana Zulet, estará obligado a una contraofensiva.

Fuente: telam

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