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23/10/2024

Federico Irazábal, director de FIBA: “El festival mejora la experiencia teatral del público”

Fuente: telam

En mitad de la edición 2024, el responsable artístico dice que el encuentro de artes escénicas “es una oportunidad única para que el público local acceda a producciones extranjeras que, de otra manera, serían difíciles de ver”

>El En esta edición, se destaca la presencia de proyectos internacionales como El río de Alemania, y las producciones italianas Muerte en Venecia y Forma Mentis, en el marco de la “Ventana Italia”, que explora el diálogo artístico entre ambos países. La apertura del festival, con actividades descentralizadas en distintos barrios de Buenos Aires, reforzó la idea de que el arte debe ser accesible para todos los públicos, y que la ciudad misma se convierte en un gran escenario.

En esta entrevista con Infobae Cultura, Irazábal cuenta sobre los desafíos y satisfacciones de dirigir uno de los eventos culturales más importantes de la región, y cómo ha logrado que el FIBA se mantenga a la vanguardia en un mundo donde las artes escénicas están en constante transformación.

—El FIBA está cerca de cumplir 30 años. ¿Por qué es esencial seguir impulsando este tipo de festivales, que conectan obras internacionales con el público local, incluyendo a quienes tal vez se acercan por primera vez al teatro?

—Pocos saben que el FIBA también incluye un mercado para artistas y proyectos. ¿Cómo ha sido el desarrollo de esta iniciativa y cuál es su impacto?

—El mercado es relativamente nuevo en comparación con el FIBA, que comenzó en 1997. Lo fortalecimos a partir de 2015, cuando empezó a crecer de manera significativa, y en 2017 se consolidó aún más. Hoy, estamos orgullosos de haber logrado que muchos artistas y proyectos argentinos se posicionen internacionalmente. En las artes escénicas, los procesos son largos. A veces, un programador puede interesarse en una obra, pero su presentación en el extranjero puede demorar uno o dos años, o incluso se pueden generar residencias y colaboraciones a largo plazo. Por eso, más que promover solo las obras, buscamos conectar poéticas, lenguajes y artistas, lo que tiene un impacto duradero.

—No solo es que los artistas regresan con nuevas experiencias, sino que esas experiencias generan mucho trabajo ¿Cómo influye esto en la industria cultural?

—Exactamente, es toda una maquinaria. En esta edición del FIBA, por ejemplo, participan mil artistas: directores, dramaturgos, iluminadores, sonidistas, músicos, bailarines. Pero detrás de ellos, hay carpinteros, electricistas, personal de restaurantes, hoteles, y muchos otros que también forman parte de esta industria. El teatro no solo mueve bienes simbólicos, sino también una economía concreta.

—Sabíamos que iba a ser un año difícil para todo el sector, pero era importante seguir apostando por el festival, ya que invertir en cultura es necesario y beneficia tanto a los habitantes de Buenos Aires como a los visitantes. Traer proyectos internacionales siempre es complicado, debido a las trabas burocráticas que conocemos bien. Sin el apoyo del Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires y organismos internacionales, sería imposible. Un buen ejemplo es el puente cultural entre Barcelona y Buenos Aires, un proyecto de cogestión entre instituciones argentinas y organismos en Barcelona que facilita el intercambio entre artistas catalanes y argentinos. Este modelo de cooperación se extiende a toda la programación, con el apoyo de embajadas y organizaciones culturales como el Goethe-Institut, el Instituto Italiano de Cultura y el Centro Cultural Coreano.

—¿Qué novedades presenta el festival este año?

El río fue un gran éxito, pero con una demanda que no pudimos satisfacer completamente debido a las limitaciones logísticas de los barcos. Sin embargo, fue una experiencia extraordinaria, permitiendo a los espectadores ver la ciudad desde una nueva perspectiva y conectar con el agua, un tema histórico en Buenos Aires. Por otro lado, experiencias como las obras en un albergue transitorio exploran arquitecturas singulares y juegan con la teatralidad vinculada a lo erótico y a cuestiones sociales como el poder y la inequidad.

—En relación a la experiencia de “El río”, ¿cómo se adaptó esa obra, que se ha presentado en distintas partes del mundo, al espacio específico del Riachuelo?

En cuanto a la dramaturgia, involucramos a Andrea, una experta que ha trabajado más de 20 años en el Riachuelo, y la conectamos con una dramaturga uruguaya y la compañía alemana. Juntos escribieron un texto que narra la historia del río y las experiencias de sus habitantes, el cual es interpretado por Ingrid Pelicori durante la navegación, ofreciendo al espectador una inmersión de 45 minutos en este contexto único.

—¿Cómo es la relación del FIBA con los vecinos de los distintos barrios de la ciudad, considerando que el festival abarca variadas zonas y barrios de la Ciudad?

—Después de la pandemia, el público siguió apostando por el teatro, incluso en tiempos de incertidumbre económica. ¿Cómo ves esa conexión, especialmente con el FIBA?

—En un contexto de crisis económica y social, ¿qué crees que la cultura puede aportar tanto al público como a los artistas?

—En la actualidad, las redes sociales segmentan la información que recibimos, mostrándonos solo lo que creen que nos interesa. ¿Cómo influye esto en la experiencia de asistir a un festival como el FIBA, donde la gente a veces se sorprende al ver obras que no conocía?

*El FIBA continúa hasta el 27 de octubre. La programación se puede chequear en el sitio web oficial del festival.

Fuente: telam

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