Miércoles 23 de Octubre de 2024

Hoy es Miércoles 23 de Octubre de 2024 y son las 05:21 ULTIMOS TITULOS:

23/10/2024

“Diego me quiso traer un colchón y no lo dejaron”: Coppola y los “presos vip” en un libro sobre la privación de la libertad

Fuente: telam

En una obra exhaustiva, escrita en colaboración con otros juristas, el juez Mariano Borinsky pone sobre la mesa condiciones de detención. Laura Kvitko y Julián Rubinska entrevistaron al exmanager sobre privilegios en los penales

>¿Hay presos VIP? La pregunta se asocia a casos de personajes públicos, y sobrevuela los procesos más mediáticos de la Justicia. ¿Pero existe puertas adentro de los penales un trato diferenciado para los ricos y famosos? Este tema fue abordado en profundidad en el libro ¿Puedo ir preso?, una obra colectiva dirigida por el juez Mariano Borinsky en la que 110 especialistas de distintas disciplinas analizaron la figura de la prisión preventiva, es decir, la privación de la libertad del acusado antes de que finalice el juicio.

Para abordar la problemática de los “presos vip”, los coordinadores del libro, Laura Kvitko y Julián Rubinska, ambos abogados y funcionarios de la Cámara de Casación Penal, realizaron una extensa entrevista a Guillermo Coppola, donde el ex manager de Diego Maradona narra la experiencia en un establecimiento penal en primera persona.

Diego y mi hermano intentaron traerme un colchón, pero no les permitieron entrar. Con el tiempo, terminé comprando muebles yo mismo en una mueblería de Dolores”, cuenta Coppola en una larga declaración en el libro, de la cual aquí extraemos las frases más relevantes.

-¿Existen presos VIP en los penales, con áreas asignadas a detenidos con mayores “beneficios”?

Por otra parte, no existe una disposición formal que hable de los presos VIP, aunque sí informalmente existen pabellones considerados “de buena conducta”, donde están “mejor” , porque tienen acceso, por ejemplo, a ropa de cama, a los teléfonos, a los patios y a todas aquellas “comodidades” que todo detenido debería tener en la cárcel, pero en la realidad es más factible que lo tengan en esos pabellones “de buena conducta”.

Es muy difícil que un político o un famoso sea destinado a un pabellón distinto al de buena conducta, que es donde se encuentran los detenidos con mejores calificaciones o por delitos menos graves o de guante blanco.

En el libro ¿Puedo ir preso? se transcribe la entrevista realizada a Guillermo Coppola, quien nos relata su experiencia en la cárcel, primero en la de Caseros y luego en Dolores, en la cual nos cuenta su particular experiencia en ambos establecimientos, dos experiencias totalmente distintas. El mismo Coppola contesta que, a su criterio, no cree que exista algo como “preso VIP” en las cárceles y recordó que los 97 días en que estuvo detenido fueron los más oscuros de su existencia, pues no solo perdió su libertad, sino su identidad y reputación.

-¿Cómo influye el tratamiento mediático en la percepción pública de figuras como Coppola, y de qué manera esto afecta el proceso judicial?

El caso Coppola ha sido un caso paradigmático, en el cual se “armó” una causa y la opinión pública intervino todo el tiempo a lo largo del procedimiento. En esa entrevista precisamente nos contó cómo influyeron los medios en su caso, y la exposición mediática salvaje a la que fue sometido. Recordó que todo el país se paralizaba para verlo por televisión y estaban pendientes del tema.

Su relato es un reflejo de los desafíos de mejora que enfrenta el sistema de justicia, en el cual la presunción de inocencia puede verse relativizada por el sensacionalismo mediático y la estigmatización. La historia de Coppola demuestra que la efectividad y la humanidad de la prisión fallan cuando el proceso se convierte en un espectáculo público desprovisto de compasión y dignidad humana.

-¿Qué ha pasado históricamente con los funcionarios o ex funcionarios públicos o de fuerzas policiales o militares que han estado detenidos?

También, si uno va a un penal en Córdoba, o Mendoza, hay un pabellón que está previsto para los presos de lesa humanidad. Puede ser que haya alguno de fuerza de seguridad también por otro delito.

-Los jueces son personas que no viven aisladas de la sociedad, pero deberían intentar “no contaminarse” de ningún medio de comunicación o “contaminarse” de todos por igual, tratando de no influenciarse por la opinión pública.

No sólo ocurre con casos políticos, también con otros casos no mediáticos, por ejemplo el caso de “Cristina V.”, que llegó a la Corte Suprema de la Nación. A esa mujer la acusaron de haber matado a una persona mayor para robarle y estuvo 13 años presa; se armó una “bomba mediática” y después se demostró que no había estado siquiera en el lugar del suceso.

-¿Cómo se puede redefinir el papel de la prisión como un mecanismo de rehabilitación y reintegración, considerando los aspectos expuestos en el relato de Coppola?

En tal sentido, Santiago Otamendi relata en el capítulo del cual es autor que la participación de la sociedad en la ejecución de la pena resulta relevante y el Estado se ve complementado por un nuevo autor.

-¿Qué otros aspectos influyen en la reintegración?

Más allá de ello, el deporte es un elemento del tratamiento penitenciario imprescindible para la reinserción y reeducación de los privados de libertad, generando muchísimos beneficios, tal como cuenta José Manuel Ríos Cobarcho al describir las experiencias vividas en el centro de Botafuegos, en España. La idea es ésa, que la sociedad se involucre en lo que pasa en la cárcel porque en definitiva es algo que debería importarnos a todos.

-¿Qué propuestas podrían implementarse para lograr un equilibrio más efectivo entre el castigo y los principios de humanidad y proporcionalidad en las penas, a la luz de las historias personales como el caso Coppola?

Hay algunos organismos que se ocupan de ayudar a los ex presos y que funcionan bien, pero es menester hacer un trabajo post penitenciario profundo. Hacer talleres, trabajar con las poblaciones jóvenes en las cárceles para darles posibilidades de salidas laborales, de acceso a la Salud.

-En el libro se dedican varios capítulos a la religión en contexto de detención y a religiosos de diversas creencias, quienes concluyen que las actividades religiosas en las cárceles pueden contribuir tanto al mejoramiento de las condiciones carcelarias, propiciando convivencias más pacíficas y dignas, como al proceso de resocialización y reinserción comunitaria de los reclusos. Esta es otra de las herramientas que pueden utilizarse.

También se menciona a los Espartanos, que han realizado un trabajo a través del deporte, que incluye el orden en la vida, que es lo que muchas veces les falta a los presos, y que ha sido replicado en 57 penales en la Argentina y también en otros países del mundo.

-¿Hacia dónde se debe dirigir el esfuerzo?

Hablamos hace un rato de la necesidad de que la sociedad en general tenga contacto con la cárcel. Se ha demostrado que a la gente que entra a la cárcel, que va a la cárcel, que tiene contacto con la cárcel, le cambia la percepción con respecto a la aplicación de algunas sanciones, sobre cómo se debe cumplir la pena.

Fuente: telam

Compartir

Comentarios

Aun no hay comentarios, sé el primero en escribir uno!