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18/10/2024

El deshielo pone en riesgo la supervivencia de una especie clave de la Antártida, según un nuevo estudio

Fuente: telam

Investigadores advierten que los equinodermos, como las estrellas y erizos de mar, fundamentales para el ecosistema antártico, podrían sufrir grandes pérdidas por la baja salinidad causada por el derretimiento de glaciares

>El cambio climático está provocando profundas alteraciones en el ecosistema marino que rodea la Este fenómeno fue el foco de Los resultados revelaron que la tolerancia a la baja salinidad varió significativamente entre las especies, con algunos animales mostrando una tolerancia excepcional, mientras que otros resultaron ser muy sensibles.

Queríamos saber si los equinodermos antárticos pueden hacer frente a los extremos flujos de agua de deshielo”, explicó Barrett. Los resultados del estudio, llamado “Sin embargo, su capacidad para soportar cambios drásticos en el entorno podría definir el futuro de la biodiversidad en los océanos polares.

El estudio incluyó a seis especies de equinodermos antárticos, entre ellas un tipo de erizo de mar (Sterechinus neumayeri), una especie de estrella de mar (Odontaster validus), un ofiuro (una estrella frágil llamada Ophionotus victoriae) y tres especies de pepinos de mar (Cucumaria georgiana, Echinopsolus charcoti y Heterocucumis steineni). Los investigadores midieron cómo los cambios en la salinidad afectaban los niveles de sal en la sangre, la tasa metabólica y la actividad física de estos animales.

Los animales se recolectaron por buzos en la Bahía Ryder, Isla Adelaida, Península Antártica, a profundidades de 10 a 20 metros en una zona de salinidad estable, con algunas variaciones en la superficie. Después de la recolección, los animales fueron llevados al acuario de la estación de investigación Rothera de British Antarctic Survey (BAS), y luego transportados al Reino Unido en un acuario en contenedor con temperatura controlada. Luego, fueron transferidos al acuario polar en BAS Cambridge y mantenidos en tanques de 280 litros en un sistema de acuario de recirculación con agua de mar de la costa del Reino Unido.

Se midió el tiempo que tardaban los animales en enderezarse por completo. Para evaluar el comportamiento y actividad de las especies, Barrett utilizó un enfoque ingenioso: colocaba boca abajo a las estrellas y los erizos de mar y medía cuánto tiempo tardaban en recuperar una posición vertical. Sin embargo, este método no funcionó para los pepinos de mar, cuya forma de barril no permite definir una parte superior o inferior claras. En su lugar, el equipo contó las contracciones ondulantes de los músculos de los pepinos, un mecanismo similar al movimiento de los gusanos de tierra cuando se desplazan por el suelo.

Los resultados demostraron que la tolerancia a la baja salinidad varía significativamente entre especies. Los autores también discutieron las implicaciones de estos hallazgos para la supervivencia de los equinodermos en un clima cambiante, donde la reducción de la salinidad es una amenaza creciente.

Por el contrario, las estrellas frágiles (Ophionotus victoriae), una de las especies clave de la Antártida, resultaron ser las más vulnerables a la disminución de la salinidad. “Ya sabíamos que las estrellas frágiles son sensibles al calentamiento”, explicó Barrett. Estudios previos han demostrado que esta especie no puede sobrevivir en aguas oceánicas con temperaturas superiores a +2°C. Ahora, los resultados muestran que también son incapaces de tolerar bajos niveles de salinidad.

El estudio subraya una preocupación más amplia: los efectos combinados de las altas temperaturas y la baja salinidad no solo representan un desafío para la supervivencia de ciertas especies, sino que podrían alterar el delicado equilibrio del ecosistema marino antártico. Si las poblaciones de equinodermos disminuyen o desaparecen, los impactos se sentirán en toda la cadena alimentaria.

En los océanos, los efectos del calentamiento y la acidificación oceánica sobre la biodiversidad han recibido una atención considerable. Sin embargo, los investigadores señalan que no se ha prestado tanta atención al impacto del refrescamiento (la disminución de la salinidad del agua de mar) que provoca estrés osmótico en los organismos marinos.

El cambio climático está provocando un aumento de los fenómenos de refrescamiento en todo el mundo, y en las regiones polares, donde hay una gran cantidad de agua dulce retenida en forma de hielo, el calentamiento puede liberar grandes cantidades en los ecosistemas cercanos a la costa”, señala el estudio. Por otra parte, destaca que “se prevé que la capa de hielo de la Antártida, que contiene aproximadamente el 70% del agua dulce mundial, pierda masa a un ritmo cada vez mayor a lo largo del siglo XXI debido al cambio climático”. En consecuencia, enfatiza que “existe la preocupación de que, a medida que los glaciares de terminación marina retrocedan debido al calentamiento, la formación de una estratificación de salinidad distinta en la columna de agua pueda amenazar estos puntos calientes de biodiversidad

Este tipo de investigaciones es esencial para desarrollar estrategias de conservación enfocadas en las especies más vulnerables, ya que preservar el equilibrio del ecosistema antártico será clave para mantener la biodiversidad marina en los próximos años.

Fuente: telam

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