“Si bien la cantidad de ayuda que llega a Gaza ha aumentado desde el alto el fuego, la respuesta sigue siendo muy limitada por los obstáculos persistentes al acceso humanitario”, han subrayado, agregando que es necesario levantar las restricciones a las importaciones consideradas “de doble uso”, que afectan a equipo médico y de refugio.

Asimismo, advirtieron de que las nuevas normas de registro impuestas por las autoridades israelíes podrían provocar el cierre forzoso, a partir del 31 de diciembre, de las operaciones de muchas ONG tanto en Gaza como en Cisjordania, lo que tendría “graves repercusiones en el acceso a los servicios esenciales, incluida la asistencia sanitaria”.

Por otro lado, instaron a los grupos terroristas palestinos a entregar el cuerpo del último rehén que permanece retenido en Gaza, además que Hamas se “desarme y renuncie a la violencia” de conformidad con el plan de paz formulado por el presidente estadounidense, Donald Trump.

“La declaración ignora abiertamente la mejora significativa de la situación humanitaria en la Franja de Gaza desde que entró en vigor el alto el fuego, una mejora lograda gracias a los amplios esfuerzos de Israel, junto con Estados Unidos, y a pesar de los incansables intentos de Hamás de desviar la ayuda humanitaria hacia fines terroristas a expensas de la población civil”, ha dicho.

Después de la entrega de los rehenes tal y como marcaba la primera fase del plan de paz, la segunda aborda, entre otras cuestiones, el desarme de Hamas y el despliegue de una fuerza internacional para evitar nuevos enfrentamientos, si bien la milicia palestina ha dado señales de no estar por la labor de dejar las armas.

Fuente: telam