Domingo 28 de Diciembre de 2025

Hoy es Domingo 28 de Diciembre de 2025 y son las 05:28 ULTIMOS TITULOS:

28/12/2025

Cinco libros no es nada: mis elegidos de 2025, cuando el mundo se manifestó en los detalles

Fuente: telam

Las obras elegidas de Joyce Carol Oates, Samanta Schweblin, Solvej Balle, Paul Murray y Belén Longo cautivan por su enfoque en las pequeñas intimidades, los silencios y las emociones contenidas

>Es la primera vez que escribo un artículo con mis lecturas preferidas de un año. Siempre se nos pide tres o cuatro títulos y un par de párrafos para explicar la elección. En general lo que sucede es que al final ese artículo es una hermosa constelación de lecturas muy diversas que se complementan, dialogan, y dan a los lectores un abanico amplio y variado del cual dejarse influenciar.

Fue un año sin estridencias, decía. Libros que no necesariamente alzaron la voz, no hubo grandilocuencia, pero sí un clima que se volvió casi un ritual: temas íntimos, autobiografías fuera de serie (como la de David Lynch), crónicas de enfermedades y vida (como las de Caparrós o la de Kureishi). Comparten, todos los libros de mi lista, una intuición en común: que el mundo contemporáneo no se manifiesta en grandes eventos, sino en los detalles. En decisiones mínimas, en silencios que son funcionales pero precarios. Estos libros no narran la caída (aunque el de Kureishi nace de una); narran el instante, mucho más inquietante, en que uno comprende que la caída ya está en curso. Aquí les dejo, entonces, los libros que se quedaron en mi cabeza por más tiempo en 2025:

El 2025 nos regaló un nuevo libro de Samanta Schweblin. En los cuentos que componen El buen mal todo funciona en apariencia. Padres que cuidan, parejas que protegen, comunidades que regulan. Y, sin embargo, desde la primera página, el lector siente que algo está torcido, fuera de quicio, ligeramente inquietante. Schweblin entiende que el mal más persistente no se presenta como exceso, sino como algo cotidiano que asecha y no se deja ver a simple vista. Sus cuentos terminan segundos antes de una explicación posible, sensata. El horror no está en lo que ocurre, sino en lo razonable que parecía todo cuando ocurrió. El lector no puede absolverse: reconoce la lógica, reconoce la posibilidad de existencia de esa realidad. El buen mal es un Schweblin de pura cepa, cada cuento construido de manera perfecta.

Belén Longo publicó su Temporada de pejerreyes. Por otro lado, conocemos la historia de Dolores, una joven de clase acomodada que vuelve a Laferrere después de la muerte de su padre, durante la pandemia. El trasfondo de una abuela distante, los recuerdos que vuelven y el peso de los mandatos construyen un relato coral que indaga en la tremenda dificultad de ordenar algo cuando el mundo parece que está todo patas para arriba. Casas sin terminar, otras venidas abajo, una tensión social omnipresente vuelve a esta novela una bocanada de aire fresco en la literatura argentina.

Y luego está Solvej Balle y el primero de una serie de libros sobre el tiempo que es de lo mejor que he leído en mucho tiempo. En una fallida traducción de su título, El volumen del tiempo sigue la vida de Tara Selter, una mujer que se despierta y descubre que el tiempo ha dejado de avanzar. Un solo día se repite sin cesar: la fecha nunca cambia, el mundo se reinicia y el futuro no llega. A diferencia de las típicas narrativas de bucles temporales, Tara no se embarca en una búsqueda para intentar salir de ese bucle, sino que aprende a vivir dentro de esa repetición observando cuidadosamente cómo los objetos, los espacios y sus propias percepciones cambian sutilmente incluso cuando el tiempo no avanza.

Y sí, se quedaron conmigo muchas mujeres este año.

Fuente: telam

Compartir

Comentarios

Aun no hay comentarios, sé el primero en escribir uno!