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21/12/2025

Habla el fiscal del caso Nora Dalmasso: cómo llegó al presunto asesino y la estrategia para que la causa no prescriba

Fuente: telam

Pablo Jávega no tiene dudas de que el parquetista Roberto Bárzola fue quien mató a la mujer en su casa de Río Cuarto en 2006. A 19 años del crimen, pidió que vaya a juicio. Las claves de su investigación

>Hace un tiempo que el asesinato de El fiscal que renovó la esperanza de la familia de la víctima, los Macarrón, fue Pablo Jávega, quien quiere ir hasta el final del proceso a pesar de que el próximo año se vayan a cumplir dos décadas de aquel 26 de noviembre de 2006, cuando Nora fue hallada sin vida en su casa del barrio Villa Golf, en Río Cuarto.

“La expectativa está en ir a juicio”, dice el funcionario en un mano a mano con Infobae, ratificando que buscará que el sospechoso responda por sus actos en un debate oral.

Los indicios que lo ubican en el lugar del hecho son, en primer término, su ADN, encontrado 8 veces en el cinto de la bata con el que Nora fue asfixiada y una más en la zona íntima de ella. Además, él mismo declaró que estuvo en la casa de la mujer el día de la muerte; y hasta dio un detalle preciso de la escena del crimen, el cual pasó desapercibido por los primeros investigadores que ahora van a un juicio político por mala praxis.

En este contexto surgen muchas preguntas: ¿por qué los otros fiscales no vieron la prueba contra Bárzola? ¿Se puede avanzar hacia un juicio si la causa está técnicamente prescripta? ¿Cuáles son los escenarios posibles?

En una entrevista con este medio, Jávega -que tomó el caso a fines de 2022 e imputó al parquetista a fines de 2024- primero aclaró la cuestión del paso del tiempo. En este sentido, dijo que, si bien el Código Penal establece el plazo de 15 años para resolver un caso, también indica que la víctima fallecida debe ser representada por sus herederos, los encargados de ejercer sus derechos. Y esto es algo que no se cumplió.

Y agregó: “Durante todo ese intervalo de 12 años, la familia, por una actividad oficial estatal ajena, se vio privada de ofrecer prueba para acreditar el hecho y procurar identificar al autor. Es decir, tenemos ese tiempo a favor. Por eso la acción penal estaría vigente“.

Su pedido todavía no se resolvió: fue rechazado primero por el Juzgado de control y faltas; luego la Cámara lo revisó y le dio la razón; y ahora el Ministerio Público apeló a esta resolución y está a la espera de una respuesta favorable. Para el fiscal, la cuestión de la prescripción podría llegar a revolverse en la Corte Suprema de la Nación.

Pero esto no es un obstáculo para seguir con la causa. Por eso, Jávega solicitó la elevación a juicio de todas formas. “La expectativa está en que se lleve a cabo un juicio ordinario. La prueba, pese al tiempo transcurrido, permite realizar un debido proceso porque tenemos hasta la declaración que dio Bárzola la semana siguiente del hecho, donde él puede claramente recordar qué es lo que dijo e hizo esa semana de 2006. Esto no podría ser con un sospechoso nuevo que nunca haya prestado testimonio”, detalló el funcionario.

Sobre la posibilidad de un debate oral, agregó: “Sin duda que va a estar supeditado a lo que se resuelve en el incidente: si le da la razón al Ministerio Público se hace el proceso con la acusación formulada; si da la razón parcialmente, la misma pieza acusatoria sirve para habilitar un juicio por la verdad; y si le da la razón a la defensa, Bárzola tendrá una sentencia de sobreseimiento”.

Jávega insiste con que, cuando tomaron el caso, no vaticinaron tener un resultado contundente tan rápido. También que el escenario no era esperanzador. “Era mucho trabajo, con muy pocas expectativas de éxito. Había pasado mucho tiempo y era difícil tener prueba nueva después de ese tiempo. Además, estaba instalada la prescripción”, remarcó.

Sobre el proceso para descubrir a quién para él es el asesino, explicó: “Nos enfocamos con los datos precisos que había del hecho: la muerte de la víctima, una asfixia mecánica que nunca estuvo en duda, y el elemento con el que se le da muerte que, aparte de la mano del agresor, era el cinto de la bata, que se derivó sin intervención para su procesamiento por el FBI. También teníamos el pelo que se secuestró del cuerpo de Nora”.

Sin embargo, para saber la identidad de las huellas y del pelo descubierto en su zona íntima, había que compararla con algún sospechoso. Los tres fiscales que trabajaron antes que Jávega nunca llegaron a Bárzola. El funcionario y su equipo, en cambio, hicieron una nómina de 200 posibles aportantes y empezaron descartando desde el núcleo más cercano de Dalmasso.

“Bárzola estaba en el primer círculo de investigación porque ese sábado dijo que fue a la casa. Creo que fue el n° 39 al que le tomamos muestra y arrojó compatibilidad con el ADN del cinto. Después se comparó con el pelo hallado y también fue positivo”, explicó.

Pero hubo un detalle: “El dueño de ese domicilio dijo que Bárzola nunca se presentó y afirmó que el piso no estaba mojado. El que sí se había mojado por la tormenta fue el parqué de Dalmasso. Eso está constatado en las imágenes que tomó la Policía Científica el día del hecho y en testimonios del suegro de Nora >“Para que Bárzola supiera que el suelo de la casa de la víctima estaba mojado, tuvo que haber entrado a la casa durante la noche anterior al hallazgo del cuerpo, cuando llovía, o la mañana siguiente. Y la data de muerte dice que a Nora la asesinaron entre las 4 y las 10 de la mañana”, repasó, enfatizando en que esta es una de las pruebas fundamentales para suponer que el parquetista es el autor del hecho.

Fuente: telam

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