13/11/2025
¿Quién ganará la presidencial chilena?
Fuente: telam
Por rara vez los temas en torno a los cuales ha girado esta elección son todos asociados con la derecha, que en Chile no había ocurrido por mucho tiempo
>¿Katz o Matthei? Este domingo 16 hay elecciones presidenciales, de diputados, parcialmente de senadores, pero todo indica que no sabremos el nombre todavía y se deberá esperar a la segunda vuelta que tendrá lugar el domingo 14 de diciembre. En la recta final hay veda de publicación de encuestas, pero según todas las previas, además de otras recientes de circulación privada, la segunda vuelta sería entre José Antonio Katz y la candidata de izquierda y militante comunista, Jeannette Jara
No hay razones técnicas para dudar en el caso chileno, pero es bueno apuntar que esta elección presidencial tiene tres llamativas características, primero, el fracaso de Boric, cuya gestión ha derrumbado la posibilidad que quien lo suceda sea alguien de sus filas partidarias, debido a las crisis que Chile hoy experimenta en diversas aéreas y sectores.
Tercero, el domingo será una elección donde el voto migrante va a ser importante, toda vez que en Chile después de 5 años de obtener su condición de residentes, los migrantes son incorporados al padrón electoral. De hecho, su presencia ya se hizo sentir en los referéndums constitucionales como también en las elecciones municipales del año pasado, donde resultaron decisivos en lugares de alta concentración incluyendo Santiago centro.
Mas allá del impacto negativo de la inmigración sin control, sobre todo, en la frontera norte, en lo positivo, esta migración ha tenido un aporte beneficioso sobre todo en dos circunstancias, como lo son combatir la fuerte disminución de la tasa de natalidad, una de las peores del mundo, como también el pronunciado envejecimiento de la población, siendo hoy el país de Sudamérica con la más alta proporción de inmigrantes y también con la más baja tasa de natalidad. El hecho a ser destacado, es que serán un factor creciente de influencia electoral, toda vez que en la presidencial de 2021 votaron solo 72.000, pero de los 15.779.102 electores habilitados para votar en este noviembre y diciembre 2025, el 5,6% o 885.940 son extranjeros, y Auth explica que si hubiera la misma tasa de participación del plebiscito de 2022, debieran votar alrededor de 540 mil inmigrantes este 2025, de los cuales más o menos 160 mil debieran ser venezolanos.
Sin embargo, algo muy importante comenzó a manifestarse en el referéndum que abrumadoramente derrotó el 2022 al proyecto de nueva constitución, que quiso refundar en forma revolucionaria al país. Esa fue la primera oportunidad que no se votó en el esquema del Si y el No, derecha e izquierda, teniendo siempre a la dictadura militar como referente, ya que aquí se sufragó más en términos de futuro que pensando en el pasado.
Esta ha sido una campaña electoral, donde siempre la primera posibilidad la tuvo la derecha, ya que mucho ayuda a ganar cuando son los temas propios los que predominan en el debate público, como lo han sido la violencia, la delincuencia y la inmigración ilegal unido a una desastrosa gestión y a un retroceso económico, en prácticamente todo indicador relevante.
Así pudo alcanzarla Kast y su partido Republicano y después superarla en los pronósticos, ya que por sobre la economía, el votante promedio se sintió motivado por temas de violencia y delincuencia, donde las soluciones más radicales de Kast sintonizaron mejor con muchos electores que pertenecen a ese grupo que no vota habitualmente cuando el voto es voluntario, pero en esta oportunidad al igual que en los referéndum constitucionales, el voto es obligatorio, existiendo una multa monetaria relevante para quien no acuda a sufragar. Si las encuestas tienen razón y pasa a segunda vuelta Kast y se convierte así en presidente, se demuestra esa vieja verdad electoral en democracia, que es la afirmación que, en la carrera por los votos, aquel candidato que es alcanzado, al igual que en la hípica, quien lo alcanza resulta ganador. Es la aplicación a las elecciones del principio que “caballo alcanzado es caballo ganado”, que ni siquiera es novedoso, ya que de ella hablaba al menos en Chile, alguien que compitió en muchas elecciones como Salvador Allende.
En todo caso, hasta aquí debieran llegar sus posibilidades ya que el mecanismo de la segunda vuelta hace casi imposible que pueda crecer más allá del tercio que la izquierda ha representado históricamente en Chile. Sin embargo, esto le permite a ese sector poder mantener una presencia en el Congreso que de otra manera no habría logrado, que se suma a una derecha que compite dividida, que, aunque logre unidad en la segunda vuelta, puede haber desaprovechado una gran oportunidad para arrasar a sus rivales.
Chile ha vivido una verdadera lotería electoral los últimos años, donde cada elección produjo resultados distintos, uno detrás del otro. Fue así como desperdició cuatro años entre el 2019 y el 2023 en dos procesos constituyentes, con plebiscito de entrada, dos referéndums, dos rechazos y al final el país volvió al punto de partida, todo precipitado por la violencia de octubre de 2019, sobre la base de dos mentiras que al ser creídas masivamente le pavimentaron la llegada al poder a Boric, primero, que en los exitosos 30 años posteriores al retorno a la democracia, una elite “perversa” no había hecho nada de beneficio para la gente, y junto a ello, una segunda mentira, la “constitución de Pinochet” debería ser enterrada, cuando en realidad tenía tantas modificaciones que era la del presidente Lagos, cuya firma llevaba.
¿Se mejoró, está curado Chile de esta experiencia? Me gustaría decir que sí, pero no lo creo, ya que ni siquiera pienso que ha superado del todo el octubrismo y la violencia que tanto daño le hizo al país, y que puso en peligro al propio sistema democrático.
Hay decisiones que el nuevo gobierno va a poder tomar con facilidad apenas asuma en marzo 2026, y que van en línea con el nuevo contexto político que se ha estado creando en América Latina, bastando al respecto observar los cambios políticos en Bolivia, Argentina, Ecuador y con cierta probabilidad en Venezuela y Colombia. Es el caso de restablecer relaciones muy dañadas, por ejemplo, con EE. UU. e Israel, pero ello es insuficiente para la tarea que Chile tiene por delante, que es recuperar el impulso modernizador y de movilidad social ascendente.
Creo que Chile necesita aprender de la experiencia de la Concertación que no supo renovarse en el éxito hasta desaparecer. Lo que Chile necesita es proponerse un gran Pacto, para obtener lo que ningún país de la región ha logrado, como tampoco hoy está siendo propuesto, un gran Acuerdo con dos objetivos y nada más que dos, en lo económico llegar al Desarrollo y en lo político, alcanzar una Democracia de calidad, focalizándose así en una meta y dos objetivos.
Chile tuvo una exitosa transición a la democracia, pero perdió el rumbo. Ojalá aprenda a recuperar el tiempo perdido, pero se necesita algo más que gestión para superar el retroceso experimentado. No basta con gobernar un poco mejor que quienes no tuvieron éxitos comprobables como tampoco continuidad política.
Fuente: telam
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