09/11/2025
El rey Carlos III encabezó la ceremonia del Domingo del Recuerdo en Reino Unido en honor a los caídos en la guerra
Fuente: telam
El tradicional acto en el Cenotafio reunió a autoridades, veteranos y ciudadanos, quienes guardaron silencio y depositaron coronas de amapolas en memoria de quienes perdieron la vida en conflictos armados pasados y recientes
>El rey Carlos III presidió el domingo la ceremonia anual británica de recuerdo de los caídos en la guerra, bajo el sol de noviembre y la sombra proyectada sobre Europa por la guerra de casi cuatro años en Ucrania.
El rey, de 76 años, vestido con el uniforme de mariscal de campo del ejército, depositó una corona de amapolas rojas de papel sobre fondo negro al pie del Cenotafio, monumento a los caídos en la guerra. Erigido hace más de un siglo para honrar a las tropas británicas y aliadas que murieron en la Primera Guerra Mundial, se ha convertido en el centro de las ceremonias anuales en memoria de los militares y civiles fallecidos en esa guerra y en conflictos posteriores.
Una banda militar tocó mientras el heredero al trono, el príncipe William, seguía a su padre al depositar una corona de flores en el sencillo monumento de piedra de Portland inscrito con las palabras “los gloriosos muertos”.
El primer ministro Keir Starmer, otros líderes políticos y diplomáticos de toda la Commonwealth, integrada por antiguas colonias británicas, también depositaron coronas de flores.
Muchas de las coronas estaban hechas de amapolas, y la mayoría de los asistentes llevaban amapolas de papel en la solapa. Las flores escarlatas que florecieron en los campos de batalla embarrados y los cementerios improvisados del norte de Francia y Bélgica durante la Primera Guerra Mundial —popularizadas por el poema «En los campos de Flandes» — se han convertido en un símbolo de la memoria en Gran Bretaña y otros países.
Tras la ofrenda floral, unos 10.000 veteranos militares con relucientes medallas desfilaron ante el Cenotafio, al son de alegre música militar y entre los aplausos de los simpatizantes que se congregaban en las aceras. Entre ellos, en sillas de ruedas, se encontraban unos 20 veteranos de la Segunda Guerra Mundial, cada vez más pocos; el más joven tenía 98 años.
“Sé lo afortunado que soy de seguir aquí gracias a todos los que han luchado y servido, tanto en el pasado como en el presente”, dijo. “También quiero rendir homenaje a los servicios civiles que sufrieron durante la Segunda Guerra Mundial, en particular a los bomberos, que salvaron tantas vidas durante el Blitz, muchos de los cuales perdieron la suya”.
Fuente: telam
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