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06/11/2025

“Se me fue de las manos”: la confesión de la empleada doméstica acusada de matar a Roberto Wolfenson

Fuente: telam

Rosalía Paniagua se quebró en la tercera jornada del juicio por el homicidio que la tiene como única imputada. El dato que dio y que no le creyeron

>Estaba acorralada por la prueba y confesó. “Se me fue todo de las manos”, fue la frase que la imputada soltó este miércoles ante los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal N° 4 de San Isidro que la juzgan, con una acusación de la fiscal Laura Capra por “robo calificado por el uso de arma en forma impropia en concurso real con homicidio criminis causa”.

Pero no fue lo único que relató Paniagua, que no está obligada a decir la verdad. La empleada dijo que Wolfenson la encontró robando un celular y le avisó: “Te voy a denunciar”.

Todo sucedió en la habitación de huéspedes. Paniagua utilizó un lazo para asfixiarlo y provocarle la muerte. De hecho, los resultados de la autopsia al cuerpo revelaron que había ADN de la mujer debajo de las uñas de la víctima.

El juicio oral contra la empleada doméstica de nacionalidad paraguaya acusada del robo y asesinato de Wolfenson comenzó este lunes. El homicidio ocurrió el 22 de febrero de 2024, cuando el cuerpo del ingeniero fue hallado por su profesor de piano en uno de los dormitorios del country La Delfina.

De acuerdo con la investigación que encabezó el fiscal Germán Camafreita, Paniagua aprovechó su acceso como empleada doméstica para sustraer dinero y objetos de valor, que posteriormente fueron hallados en su domicilio, y lo mató con el fin de garantizar su impunidad.

Justamente, un dato que no fue ajeno a los investigadores fue que ese 22 de febrero cuando las autoridades arribaron al lugar del crimen, observaron que las cerraduras no estaban forzadas y la casa estaba intacta. El asesino era conocido de la víctima.

En esa franja horaria, las cámaras del country registraron su salida del barrio; su mochila no fue revisada. Posteriormente, tomó un colectivo y se trasladó hasta la estación de tren de Presidente Derqui, movimientos que quedaron documentados por los registros de geolocalización y las cámaras de seguridad de la zona.

A su vez, el candelabro robado fue vendido en un local de compra de metales, cuyo propietario reconoció luego la pieza.

Fuente: telam

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