21/10/2025
Más allá del sedentarismo: un hallazgo arqueológico revela que la debilidad ósea es ancestral, afirma un estudio

Fuente: telam
Un análisis de 1.800 esqueletos de diferentes épocas demuestra que la pérdida de resistencia de los huesos responde a procesos biológicos propios de la especie. ¿Puede revertirse? Qué dice la ciencia
>Un paseo por cualquier farmacia revela una realidad: los suplementos de calcio y vitamina D inundan las estanterías, y abundan mensajes advirtiendo sobre la importancia de cuidar los ¿Y si la fragilidad ósea fuera anterior al ascensor, al teletrabajo y al sofá? Un nuevo El análisis de esqueletos de diversas épocas revela que la fragilidad ósea trasciende la vida moderna y constituye un rasgo antiguo y universal. Generaciones enteras responsabilizaron al sedentarismo y los hábitos contemporáneos del debilitamiento óseo.
La investigación, encabezada por Vladimír Sládek y un equipo internacional de antropólogos, estudió 1.881 esqueletos adultos provenientes de yacimientos arqueológicos repartidos en Europa. Los científicos examinaron húmeros, fémures y tibias, considerando tanto sus formas externas como su estructura interna, con énfasis en la resistencia mecánica de la sección transversal del hueso. Su objetivo era comprender los procesos de envejecimiento óseo: si existía pérdida de densidad, modificaciones estructurales y cómo estos cambios afectaban la capacidad de soportar peso e impactos.
Ni la transición hacia la industria ni el abandono de la caza modificaron significativamente la forma en que los huesos perdían fuerza con la edad. Tal como explicaron los investigadores, la pérdida de resistencia estructural depende de procesos biológicos profundamente arraigados en la evolución humana, y no tanto del modo de vida.
En términos biológicos, el organismo intenta contrarrestar la pérdida de masa ósea a través de un mecanismo denominado aposición subperióstica, que incrementa el diámetro externo del hueso mediante nueva generación de tejido óseo.Uno de los aspectos más relevantes identificados por el equipo de Sládek es el momento en que el esqueleto adquiere su máxima fortaleza: durante el crecimiento postnatal, especialmente en la adolescencia. La formación de huesos robustos y de tamaño óptimo en esta etapa eleva las posibilidades de mantener la salud ósea durante la vida adulta. Por el contrario, un desarrollo insuficiente en la infancia y adolescencia representa un factor de riesgo de deterioro óseo en la madurez.
El estudio también reveló diferencias apreciables entre sexos y tipos de hueso. Las mujeres, particularmente en sus húmeros y tibias, sufrieron una mayor merma de resistencia ósea con el paso de los años. Además, desde jóvenes, presentaban huesos menos robustos que los hombres, lo que incrementa su vulnerabilidad frente al proceso de envejecimiento óseo.Contrariamente a muchas suposiciones, el nivel de actividad física de poblaciones estudiadas —desde las más activas durante el Neolítico hasta las más sedentarias de la Edad Moderna— no alteró de manera sustancial el modo en que envejecen los huesos.
Aun en sociedades caracterizadas por un trabajo físico extenuante, la pérdida de resistencia ósea con la edad fue similar a la detectada en épocas más recientes. Según los autores, la actividad física puede contribuir al mantenimiento de masa ósea, pero no constituye una defensa infalible frente al desgaste causado por el tiempo.Desde la perspectiva histórica, esta investigación liderada por Sládek pone de relieve el valor de la bioarqueología como herramienta para comprender los desafíos actuales de la salud humana. Estudiar la evolución de la fragilidad ósea a lo largo de la historia no solo permite desmontar supuestos sobre el sedentarismo contemporáneo, sino que aporta claves esenciales para preservar la salud ósea en las futuras generaciones.
De este modo, la fragilidad ósea se confirma como una constante en la historia de la humanidad, ligada al proceso evolutivo y biológico de la especie, cuyo conocimiento en profundidad puede ser crucial para mejorar la salud presente y futura.Fuente: telam
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