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18/10/2025

El laboratorio del “Frankenstein” de Guillermo del Toro: una sinfonía artesanal en la era del cine digital

Fuente: telam

En su esperada adaptación del relato clásico de Mary Shelley, el director mexicano apostó por sets gigantescos, vestuarios vibrantes y una criatura más emocional que aterradora

>Cuando Tamara Deverell, la diseñadora de producción de Frankenstein de Guillermo del Toro, cruzó por primera vez el casi terminado set del laboratorio de Victor Frankenstein, no pudo evitarlo.

“Entré al set del laboratorio cuando estábamos a punto de terminarlo”, dice Deverell, “y fue como, ‘¡Está... está vivo!’

La nueva adaptación de del Toro de la novela gótica del siglo XIX de Mary Shelley, en particular, es un festín de artes cinematográficas, ensamblado con la artesanía de la vieja escuela de Hollywood. Del Toro convocó a muchos de sus colaboradores más habituales para convertir su visión largamente acariciada de Frankenstein —“el lamento del monstruo en su forma original”, como él la llama— en una realidad viva y palpitante.

“Quería una película hecha a mano a una escala épica”, dice Del Toro. “Los sets son enormes. El vestuario, el diseño y los objetos están hechos a mano por humanos.”

Pero para hacer Frankenstein, todas las piezas debían evolucionar en sincronía. La diseñadora de vestuario Kate Hawley podía crear el vestido de colores más exuberantes, pero si no funcionaba con las luces elegidas por el director de fotografía Dan Lausten, no serviría. Mike Hill, diseñador de criaturas, no podía crear al monstruo de Frankenstein sin adaptarlo al actor Jacob Elordi.

“Es un gran grupo de creadores de monstruos”, dice Hill. “Muchos Victor Frankensteins en el set.”

En Frankenstein, una épica de 120 millones de dólares para Netflix (esta semana se estrenó en cines y llegará a la plataforma el 7 de noviembre), Del Toro buscó honrar tanto el espíritu frenético de la creación que encarna Victor (Oscar Isaac) como exaltar al monstruo (Elordi), un personaje con el que Del Toro ha sentido una profunda afinidad desde la infancia.

Hill trabajó por primera vez con Del Toro no en una película, sino en una pieza para la colección privada del director: un modelo de Boris Karloff sentado en la silla de maquillaje para el Frankenstein de 1931. En las películas de Del Toro, las criaturas suelen ser el alma misma de la película. Para la ganadora del Oscar La forma del agua, Hill creó el traje y las prótesis del humanoide anfibio azul verdoso interpretado por Doug Jones.

Para Frankenstein, Hill y Del Toro no querían una monstruosidad cubierta de costuras. Querían un recién nacido.

El monstruo de Hill y Del Toro difiere en varios aspectos del original de 1931. No hay tuercas ni tornillos. No tiene nada mecánico. Se parece más a un primer borrador de carne y hueso.

“No quería un aspecto ciberpunk para esta criatura, de ninguna manera”, dice Hill. “Respeto las tuercas y tornillos de la versión original, pero no estamos haciendo eso. Estamos haciendo la versión de Guillermo del Toro del libro de Mary Shelley. Así que quise estilizarlo un poco.”

Una de las características más llamativas de la criatura en Frankenstein es la raída capa con capucha que lleva en ciertos momentos de la película. Hawley, la diseñadora de vestuario, trabajó por primera vez con Del Toro en su tratamiento finalmente no producido de El Hobbit. Del Toro, un dibujante empedernido, vio sus pilas de libros de arte de Goya y varios cuadernos de inspiración y le dijo: “Compartimos un lenguaje común.”

Para Frankenstein, del Toro quería un vestuario que no pareciera de época. “Su primera indicación para mí fue: ‘No quiero ni un (improperio) sombrero de copa’”, dice Hawley, riendo.

El trabajo en la criatura fue tan extenso que Hawley tenía un equipo entero dedicado a vestirlo y envolverlo. A lo largo de la película, la apariencia de la criatura evoluciona y pasa por un calvario de barro, nieve, lobos y dinamita.

El trabajo de Hawley, como en sus películas anteriores con del Toro (Titanes del Pacífico, La cumbre escarlata), presenta intensos toques de color vibrante que comunican tanto sobre sus personajes como el propio diálogo. Los rojos y verdes, como suele ocurrir en las películas de del Toro, son prominentes. Pero vestuarios como el regio vestido azul que lleva Mia Goth en la película requirieron perfeccionamiento.

Dan Lausten, el director de fotografía, considera que mucho se ha mantenido igual desde que él y del Toro colaboraron por primera vez en Mimic en 1997: iluminación de una sola fuente desde las ventanas, movimiento de cámara asistido por grúa, efectos en cámara siempre que es posible y una predilección por los grandes angulares con sombras profundas.

En Frankenstein, Lausten incluso iluminó numerosas escenas usando velas. La película compartió una locación, la Wilton House construida en 1753, con Barry Lyndon, de Stanley Kubrick, una película famosa por su escena iluminada con velas capturada con lentes de la NASA. Pero ese no era el efecto que Lausten buscaba.

Juntos, Lausten y del Toro han desarrollado tal compenetración que a menudo instintivamente saben cómo se unirán los planos y cómo se bloqueará el movimiento, incluso si Lausten intenta sacar al director mexicano de su zona de confort a veces.

Juntos, han creado escenas exquisitamente atmosféricas, a menudo con Lausten llenando de humo o vapor los grandes espacios góticos tanto como es posible.

Los sets se construyeron en Toronto, donde del Toro ha estado radicado durante las últimas dos décadas, mientras que el trabajo en locaciones se realizó en el Reino Unido. Los viajes de Deverell con del Toro por Escocia sirvieron también como viajes de investigación. Visitaron museos de arte, subieron y bajaron viejas torres y visitaron una antigua planta de aguas residuales adornada con hierro victoriano, la Crossness Pumping Station, en Londres.

Hay numerosos sets extensos en Frankenstein, incluido un enorme barco ballenero completamente construido, encallado en el hielo ártico. Pero el laboratorio es la pieza de resistencia: un escenario descomunal para Victor. La gran ventana redonda, parte de un motivo circular que se extiende a lo largo de la película, es también un guiño a una ventana similar en La cumbre escarlata.

Alexandre Desplat, el compositor, considera Frankenstein la tercera parte de un tríptico con del Toro, tras La forma del agua y Pinocho. Para cada una, Desplat ha creado partituras líricas y emotivas que articulan un anhelo no expresado en los personajes centrales: la criatura, el títere y el monstruo.

Para la escena en la que Victor construye a la criatura a partir de piezas de cadáveres, Desplat no estaba seguro al principio de cómo musicalizarla. ¿Debería sonar gótica? ¿O violenta?

En Frankenstein, Desplat, como sus colegas, podía identificarse fácilmente con el protagonista creador de la película. En el trabajo artesanal multifacético de la producción cinematográfica, todos son Victor Frankenstein.

Fuente: AP

Fuente: telam

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