09/10/2025
Arde la pelea gremial: viejos aliados se dividen y amenazan con competir en listas separadas para elegir la nueva CGT

Fuente: telam
El sector que apoya a Cristian Jerónimo para el triunvirato cegetista, con la UOCRA y UPCN a la cabeza, agravó su enfrentamiento con Sanidad, Camioneros y Comercio. Un escenario con aroma a fractura
>En la medida en que se acerca la fecha del congreso de la CGT del 5 de noviembre se aleja la posibilidad de un acuerdo sobre sus nuevas autoridades y ronda la sensación de que todo terminará en una ruptura.
Cada fracción busca sus aliados para tratar de imponer su postura, pero la pelea se agravó en las últimas horas porque el sector que respalda a Jerónimo le advirtió a sus rivales internos que si no ceden armarán una lista propia para que los congresales voten qué alternativa prefieren para conformar la nueva CGT. Sería algo inédito porque la elección de las autoridades cegetistas siempre surge de un acuerdo interno.
El escenario actual tiene aroma a fractura, aunque nadie cree que finalmente se rompa la CGT antes de que el 5 de noviembre próximo se elija el Consejo Directivo que tendrá mandato hasta 2029.Parece, en realidad, un juego de presiones que se extreman para luego sentarse a negociar. Jerónimo tiene como padrinos a dos dirigentes de sindicatos poderosos como Martínez y Rodríguez, y comenzó una ronda de contactos en las que fue sumando adhesiones de gremios chicos y medianos, en una construcción de tipo transversal: sus aliados surgen tanto del moyanismo como del kirchnerismo, y tanto del ala dura de la CGT como de la dialoguista.Tiene un perfil dialoguista, representa una nueva generación sindical y es el eje de una nueva corriente que propone su llegada al próximo triunvirato de la CGT. Allí figuran Juan Pablo Brey (aeronavegantes), su principal operador; Omar Plaini (canillitas), Sergio Sasia (Unión Ferroviaria), Pablo Flores (AFIP), Guillermo Moser (Luz y Fuerza), Alberto Fantini (carne), Juan Carlos Murúa (plásticos), Juan Moreira (Ceramistas) y Mauricio D’Alessandro (FATUN), entre otros. Y ahora se habrían sumado los petroleros Marcelo Rucci, Jorge “Loma” Avila, Mario Lavia y Juan Carlos Crespi.
En la vereda de enfrente le apuntan a Jerónimo con munición gruesa: deslizan varias acusaciones contra el joven dirigente y sospechan que, por su impronta negociadora, pondrá la CGT “al servicio del Gobierno”.Cerca de Daer está Hugo Moyano (Camioneros), quien coincidiría en que la nueva CGT debe ser liderada por el trípode industria-transporte-servicios y, en ese esquema, apuesta a que siga en el triunvirato su dirigente de confianza, Octavio Argüello.
En la misma sintonía se ubica Armando Cavalieri (Comercio), partidario de ese mismo reparto de poder interno sobre la base de privilegiar a “sindicatos muy representativos” para conducir la futura CGT.La clave parece tenerla en sus manos Cavalieri, dueño de la mayor cantidad de congresales que decidirán las nuevas autoridades de la CGT, aunque el sector de Jerónimo ya movió sus piezas: Brey se reunió con Carlos Pérez, el secretario adjunto de Cavalieri en el Sindicato de Comercio Capital y presidente de la obra social OSECAC: como tienen una antigua relación y una mirada similar sobre distintos temas, nadie descarta que el gremio mercantil haga un viraje y pase a respaldar al candidato de Gerardo Martínez.
Un movimiento similar, aún sin resultados a la vista, hicieron los sindicalistas más cercanos a Jerónimo (Brey, Plaini y Flores) durante un almuerzo de unos 25 dirigentes con Barrionuevo, en el que varios se fueron con la sensación de un posible acuerdo.La temperatura de la pelea interna se elevó tanto que los “jeronimistas” amagan con no sumarse a la conducción de la nueva CGT si Argüello se queda en el triunvirato: es que ven en el dirigente de Camioneros a un exponente del “pasado” y a su colega del vidrio, al emergente de una generación que representa lo nuevo y, a la vez, la experiencia en la gestión.
Por ahora, el que mira más de lejos estas jugadas es Jorge Sola (Seguro), el candidato de Daer para el triunvirato de la CGT, que también tendría el aval de Cavalieri y de otros dirigentes importantes, para quienes su sesgo negociador y su perfil de sindicalista “moderno” encajarían en lo que se requiere para dirigir una central obrera en la Argentina del siglo XXI (curiosamente, es la misma descripción que podría hacerse de un dirigente como Jerónimo).
Fuente: telam
Compartir
Comentarios
Aun no hay comentarios, sé el primero en escribir uno!