04/10/2025
El Gobierno busca concretar el apoyo de EEUU para reencauzar la gestión económica antes de la elección legislativa

Fuente: telam
En Washington, Caputo debe allanar el camino de cara a la visita de Estado de Milei a Donald Trump. Desde abril, la economía se estancó y los frentes cambiario y financiero jugaron en contra
>Si la virtud de hacer que las cosas sucedan en el momento oportuno (eso que en inglés llaman timing) es clave en la política económica y en la política a secas, las tensiones en la recta final hacia la elección del 26 de octubre revelan un Gobierno, al menos, errático.
El viaje a Washington del equipo económico encabezado por el ministro Luis Caputo, para negociar forma, tiempo y condiciones del apoyo financiero del Tesoro norteamericano y dejar listo el terreno para la reunión que en el Salón Oval de la Casa Blanca, en el marco de una “visita de Estado”, tendrá Milei con el presidente de EEUU, Donald Trump, es parte de esa secuencia.
La marcha de la economía fue también a contramano de la conveniencia oficial. El gobierno subraya que el PBI crecerá, pero el nivel de actividad económica, que había repuntado desde mayo de 2024, se frenó hacia marzo-abril y habrá pasado la mayor parte de 2025 estancado o retrocediendo, al contrario del año pasado, en que el PBI declinó (debido al colapso inicial) pero la actividad se pasó la mayor parte del año repuntando. La disonancia entre un dato anual y la tendencia en cierto momento puede ser notable: 2002 fue el peor año de la economía argentina en lo que va del siglo, pero tras tocar piso en abril, el nivel de actividad se pasó la mayor parte de ese año aumentando, aunque desde el subsuelo. Cuando llegó el kirchnerismo, la economía llevaba doce meses creciendo. El momento, el timing, es clave en el humor social, la expectativa sobre si las cosas van a mejorar o empeorar. La evolución más reciente de las diez variables del “Índice Compuesto de Actividad Económica de Argentina” del Centro de Investigaciones sobre el Ciclo Económico de las bolsas de Comercio de Rosario y Santa Fe muestra en colores ese fenómeno. El llamado ICA-ARG tuvo en agosto una variación mensual del 0,01 por ciento. Cortó 3 meses seguidos de caídas, pero los cuadros de evolución mensual (casi enteramente de rojo) y anual (con pocos verdes) pintan el clima económico en que los argentinos van a votar.Aunque la tasa de cambio interanual arroje un resultado positivo de 2% (lejos de los pronósticos de 5% de principios de año), el índice precisa que el nivel de actividad de agosto fue 0,2% inferior al de diciembre de 2024. Entre las señales negativas hay deterioros de los niveles de empleo, ventas minoristas y recaudación nacional, que hilvana seis meses de caída. Los únicos datos positivos se dan en producción agrícola, importaciones y patentamiento de vehículos. En consecuencia, el gobierno llega a las elecciones a la defensiva, producto de sus propias decisiones.El nuevo marco cambiario, insiste el documento, incluiría “compras de divisas dentro de la banda, consistentes con una meta de acumulación de reservas internacionales netas” de USD 4.000 millones, para que el esquema cambiario “evolucione hacia un sistema totalmente flexible en el contexto de un sistema bi-monetario en el que convivan el peso y el dólar”.
Pero lejos de que fuera el mercado, fue el presidente el que “descubrió” el precio del dólar y dispuso que el BCRA no comprara a menos que el cayera al piso inicial de la banda cambiaria, 1.000 pesos.La decisión oficial se basó en la idea de que lo que importa son los “agregados monetarios”: no había que emitir pesos para comprar reservas, salvo que lo convalidara la “demanda” de pesos, a razón de mil por dólar.
El propio Milei había dicho varias veces que el efecto de la política monetaria tarda entre 12 y 18 meses en manifestarse por completo. Y ahora aceptó resignar USD 1.500 millones de recaudación para urgir, vía eliminación exprés de retenciones, USD 7.000 millones de liquidación agroexportadora, de los que el Gobierno compró cerca del 40 por ciento.La salida del cepo para “personas humanas” ya había desmentido la viabilidad de la “dolarización endógena” a que se llegaría con el torniquete monetario, forzando a los argentinos a usar sus dólares en el día a día. Pero entre abril y agosto, dicen los informes del BCRA, las “personas humanas” En septiembre el ritmo incluso aumentó y forzó al gobierno a cerrar de apuro algunas hendijas.
Del lado económico, aumentar las reservas internacionales “propias”, lo que augura un dólar más caro.
Y del lado político, acercar a los sectores que lo ayudaron en el Congreso durante el primer año de gestión (algo dificultado por la agresiva confrontación con los gobiernos provinciales que eligió el mileísmo para “pintar de violeta” el país), de modo de ensanchar su base de sustentación política y ahuyentar el “riesgo kuka”, y salir políticamente airoso de la elección de octubre, condición sin la cual lo demás es una quimera.Fuente: telam
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