Domingo 28 de Septiembre de 2025

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28/09/2025

Nora es monja y sabe que pronto morirá: “Tengo hecho el check-in, la muerte es una gran aliada para vivir con más conciencia”

Fuente: telam

“Siempre dije que quería morir dando los ejercicios espirituales”, dice esta religiosa ignaciana, dueña de una vitalidad que inspira. No tiene el “physique du rôle”, el que el cliché les atribuye a las mujeres que han consagrado su vida a Dios. Habla con naturalidad y hasta con humor del cáncer, ese “amigo silencioso” al que “le encantan mis huesos”

>“Hablar del límite, de la vulnerabilidad, nos ayuda a vivir con más conciencia del aquí y el ahora. El arte del bien morir es el arte del bien vivir”, dice Nora Kviatkovski, monja de la congregación Religiosas de Jesús María, que integra la llamada Familia Ignaciana, es decir todas las órdenes y comunidades que se referencian en San Ignacio de Loyola y de las que la más conocida es la Compañía de Jesús.

Nora fue diagnosticada con un cáncer muy agresivo respecto del cual, apenas detectado, los médicos admitieron no poder hacer nada más que paliar su dolor. Esto sucedió hace ya casi dos años y ella dice, riendo: “Cuando vieron que yo no tenía ninguna pinta de que me estaba por morir”, pensaron en otros paliativos, más activos, como una prótesis de cadera para que pudiera seguir caminando. Así, en estos dos años, pudo viajar a España, a México y a Colombia para visitar a los amigos que hizo en esos países en los cuales le tocó vivir y trabajar como monja.

Ella aprovecha todas las oportunidades para transmitir la perspectiva espiritual que la ha llevado “a tomar la realidad tal y como venía”. Su mensaje es que “la muerte es una gran aliada para hacernos tomar conciencia y dejar de perder tiempo en cosas que no tienen importancia, que no son esenciales, no nos hacen felices, ni mejores personas, que no nos hacen amar más”.

Aunque habla de forma directa de su enfermedad, ha puesto algunas “perimetrales” a su alrededor, cosas que no le hacen bien o a las que no quiere dedicar una energía y un tiempo que quiere administrar muy bien.

Nora es pura alegría, risa e ironías; sólo se le quiebra la voz cuando agradece este tiempo extra que Dios le ha regalado para “seguir amando”, y cuando habla del menor de sus sobrinos o de sus padres, que murieron sin llegar a enterarse del diagnóstico, lo que para ella es un gran consuelo.

En 1997 hizo sus votos. Se formo en la Facultad de Filosofía y Teología de la UCA en Villa Devoto, donde obtuvo un Máster (licenciatura canónica) en Teología Sistemática, y otro en Filosofía y Teología, en el año 2005.

Fue maestra de novicias para las Américas y el Caribe, por eso vivió en Colombia y en México. En la Pontificia Universidad de Comillas (Madrid. España), hizo un Máster en Espiritualidad Ignaciana y otro en Teología Espiritual. También vivió en Uruguay por misión. En el año 2017, en Buenos Aires, hizo un máster de Formación Profesional de Coach Ontológico, con el Aval de la International Coach Federation ICF: Axon Training.

De regreso a Buenos Aires, en el Hospital Italiano le dijeron que la ciencia sólo podía acompañarla en el manejo del dolor: cuidados paliativos. “Cuando viene el médico de cuidados paliativos con su equipo, y me dice que a partir de ese momento yo podía hacer lo que quisiera, mis amigos y familiares se reían: ‘Toda la vida esta mujer hizo lo que quiso y ahora un médico la está avalando”. Efectivamente, soy una agradecida a la vida porque para mí la libertad, el amor y el servicio han sido muy importantes”.

— Nora, sos una monja católica. A priori, no se asocia la condición de monja con la libertad, sino con una vida de restricciones. ¿Cómo se manifestó esa libertad en tu recorrido?

— ¿La orden a la que pertenecés es una orden misionera?

— Sí, estamos en los cinco continentes. Hay monjas que trabajan en salud, tenemos proyectos de educación, de formación, de trabajo, de inclusión, de derechos humanos. Nuestra congregación nace en 1818 en Lyon, Francia, y en vida de su fundadora, ella hace un envío de monjas hacia la India. Es una congregación en salida. La espiritualidad de esta mujer, Claudina Thevenet, que está reconocida por la Iglesia como santa, era la de un Dios en salida, no un Dios intimista.

— Mi primera formación tiene que ver con el mundo de la veterinaria. Yo soy chaqueña, de Juan José Castelli, capital del Impenetrable.

— La puerta del Impenetrable.

— ¿Cómo se logra aceptar la realidad?

— Un colega decía: “La muerte es la noticia más chequeada”. Todos nos vamos a morir. Pero, el saber más o menos cuándo, ¿puede ser un privilegio? ¿Hubieras preferido no saber? ¿Cómo vivís eso?

— Empezaron a visitarte.

— ¿Molesto?

— O sea que te ofrecieron paliativos más activos, porque ponerte una prótesis de cadera equivale a “siga caminando, siga moviéndose”.

— Te dio confianza al decirte que podías viajar...

— Decías que antes te habías enojado por otros temas. Imagino que rezás, que le hablás, a Jesús o a Dios…

— ¿Les decís: esto por qué a mí o para qué?

— Te he escuchado decir que nos cuesta mucho hablar de la muerte. Es un tabú. Incluso a los médicos les cuesta decir la palabra cáncer. Vos en cambio hablás del tema abiertamente: me voy a morir, tengo hecho el check-in…

— En tu vida como monja, ¿tu principal actividad fueron los ejercicios espirituales?

— ¿Qué es el discernimiento?

— De dejar una huella, hacer un aporte.

— ¿Pensaste que esa forma en la que viviste te preparó para este momento?

— Escribiste tus últimas voluntades. ¿Cuáles son?

— Ningún encarnizamiento.

— Dijiste que no querías hablar con personas en tu misma situación, que no querías darles consejos, pero que sí hablabas mucho con los médicos o el entorno de esas personas. Pero, a partir de lo que estás viviendo, ¿qué cosas no debería hacer un familiar o amigo de una persona con un diagnóstico terminal? Hay gente que exagera la compasión, otros, el disimulo. Uno no sabe bien cómo actuar. Tal vez digas que depende de cada caso pero no te escapes, decime algo.

— Es una pregunta acusatoria.

— Sin duda.

— Cómo pedimos.

— ¿Un Dios castigador?

— Algo habrás hecho.

— ¿Te da miedo la muerte? ¿Te da miedo ese tránsito?

— ¿Hay más perimetrales?

— ¿Porque te cansás más rápido o porque sentís que te falta tiempo?

— Cuando uno atraviesa una situación así, suele doler menos por uno que por los demás. Uno piensa: mi madre, mi padre, mi hermana, mi amigo tal o cual, van a sufrir por mí. Duele más por el otro que por lo que a uno le pasa. ¿Tenés ese sentimiento?

— Eso, sí que es un desafío. Y hasta Castelli además.

— Te creo.

— ¿De qué trata el libro que estás escribiendo?

— Profesora no, licenciada.

— Sí, se me cae la baba de imaginarme esas cartas… Y tenemos a Mama Antula, que a través de cartas que creo se publicaron…

— Con sus cartas mantuvo viva la presencia de la Orden aquí y mantuvo informados a todos los jesuitas del mundo.

— Es impresionante su historia, y la conocemos gracias a Bergoglio, que reactivó la causa de beatificación…

— Recorrimos bastante el espinel, como se suele decir, pero tal vez hay alguna cosa más que te gustaría decir.

— Me lo “vendió” muy bien, con mucho énfasis. Me transmitió su entusiasmo.

— Estoy segura de que es así, me ayuda a mí en primer lugar. No siempre hay tiempo para hablar de estas cosas espirituales. De modo que es una hermosa oportunidad escucharte.

Poco después de grabada la entrevista, Nora me envió un mensaje. Quería aprovechar la nota para agradecer “a quienes hacen posible el milagro de seguir teniendo una vida plena, abrazando mi realidad actual”.

Y agregó: “Con el riesgo de que muchas personas no sean nombradas, deseo destacar el acompañamiento personalizado y la entrega incondicional del equipo médico del Hospital Italiano. Entre ellos, visibilizo a Florencia Calvo, Marina Lamm, German Farfalli, Rodrigo Agejas, Juan Del Valle, Lorena Savluk, Matias Borensztein, Marisa Sánchez, Ivan Pérez Kalejman, Celeste Pacheco, Carlos Cafferata, Santiago Hem, Maximiliano Toscano, Elisa Bomben, Andres Luchisano, entre otros. Profesionales de la salud que conforman esta red y pertenecen a otras entidades: Mariana Fioriani, Sabrina Zarate, Juan Parapuño, Ignacio Ciavelli, Herman Amartino, Santiago Catalán Pellet, Aldo Tami, entre otros”.

Fuente: telam

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