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26/09/2025

La geografía del empleo argentino: de qué se trabaja en cada provincia

Fuente: telam

En 1970, casi 1 de cada 3 pesos del PBI en Argentina provenía de la industria; hoy apenas 1 de cada 6

>Argentina posee la octava superficie del mundo, se destaca por su diversidad de climas y ecosistemas. La geografía del empleo tiene tanta diversidad como la territorial, pero cuenta con mixturas y, con el paso del tiempo, ese paisaje se ha modificado y el perfil del país también. En 1970, casi 1 de cada 3 pesos del PBI en Argentina provenía de la industria; hoy apenas 1 de cada 6. El peso de la industria en el PBI en la década de 1970 era de (31,54%) y los servicios menos de la mitad (48,08%). Hoy la industria pesa apenas un 15% y los servicios superan el 53%.

Este proceso de transformación no es exclusivo de la Argentina: la tercerización de la economía es un fenómeno global desde China hasta Estados Unidos, según los indicadores del Banco Mundial. En las últimas décadas, los países redujeron el peso de la industria y vieron crecer a los servicios, aunque con trayectorias y resultados diferentes. Algunos lograron sostener industrias sólidas al mismo tiempo que desarrollaron servicios sofisticados, mientras que otros, como Argentina, vieron cómo el comercio y las actividades básicas se convertían en las principales fuentes de empleo. Comparar este recorrido con otras experiencias nacionales permite dimensionar mejor dónde estamos parados y hacia dónde podemos proyectarnos.

Si trasladamos la comparación con otras trayectorias nacionales como las de Australia y Estonia, observamos que Argentina tiene los mayores desafíos de ambos mundos: una gran dependencia de commodities como el caso australiano pero a pesar de tener un sistema muy tecnificado y de punta, aún no logra la misma productividad, y la expectativa digital de Estonia pero limitada a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y algunos centros urbanos, lo que marca una dualidad que condiciona el futuro de todos los jóvenes que estén en la búsqueda laboral.

Los datos relevados del Banco Mundial permiten identificar cómo Argentina se consolida como país de servicios a partir de la década del 70 principalmente al inicio de la dictadura militar de 1976. Posteriormente, con el regreso de la democracia esta tendencia no se revirtió y su punto de inflexión sucedió durante los ‘90. Actualmente el crecimiento en servicios es sostenido y la industria anhela su pico. Este devenir histórico nos permite llegar a entender la foto de un país con altos grados de tercerización y tendencia a la caída del sector industrial.

Sebastián Etchemendy es Doctor en Ciencia Política por la Universidad de California, Berkeley, Profesor de Economía Política en el Departamento de Ciencia Política y Estudios Internacionales de la Universidad Torcuato Di Tella, e investigador del CONICET y menciona que esta situación no es una particularidad de Argentina. “En todo el mundo el sector industrial está en retirada. En algunos países desarrollados, como el caso de Alemania o Corea del Sur mantienen una base fuerte”.

Asimismo, explica que los servicios tienen distintas aristas, que pueden ir desde un modelo de servicios básicos, con baja productividad y sin valor agregado a un modelo de servicios de alta complejidad con alto nivel de valor agregado como es el caso de Estonia, que es un hub tecnológico en Europa. Para finalizar agrega: “En el caso de Argentina diría que se identifica una dualidad, ya que tiene servicios muy básicos y al mismo tiempo muy complejos”. Esta dualidad enfrenta un escenario muy complejo para el país.

Como menciona Etchemendy, Argentina está muy lejos de Corea del Sur y Alemania. Pero, ¿cómo está Argentina en comparación con países de América Latina?

La comparación con los países de la región es ilustrativa. Tanto Brasil como México, a pesar de tener una mayor desigualdad que Argentina, muestran un sistema industrial más fuerte con sectores competitivos a escala global como la industria automotriz mexicana o el caso del complejo metalúrgico brasilero y su desarrollo en la industria bélica que amortiguan la heterogeneidad productiva. Distinto es el caso de Chile, que muestra una dependencia mayor de los servicios, similares a los de Argentina pero con un mayor nivel de formalidad laboral y menor brecha territorial, además en Chile el Estado orientó el crecimiento hacia la minería como columna vertebral y en el caso argentino todavía no queda claro cuál es ese anclaje sectorial que le permita planificar el país. ¿Será la minería y el petróleo? ¿Los servicios de alta productividad con las grandes empresas tecnológicas nacionales que se insertan en el mercado global?¿El agro ampliará su encadenamiento productivo? Una de las discusiones más importantes que se dieron en la última década fue repensar el país cuando fueron exitosas las perforaciones de Vaca Muerta. La historia económica indica que la energía barata posibilita una industria competitiva. A eso se puede sumarle otros minerales como el litio y ¿el cobre? para (re)pensar cadenas productivas en el país.

Pero para entender de verdad el mapa del trabajo en la Argentina no alcanza con mirar los números nacionales. La distribución del empleo es profundamente federal: mientras en la mayoría de las provincias predomina el comercio minorista como empleador principal, en otras regiones el peso lo tienen sectores específicos como la construcción en el NOA, el petróleo y el gas en la Patagonia o la agricultura en el Noroeste. La heterogeneidad productiva del territorio argentino condiciona tanto las oportunidades de inserción laboral de los jóvenes como las políticas públicas necesarias para equilibrar el desarrollo.

La idea planteada por Etchemendy toma fuerza ya que los servicios son dominantes en el PBI, pero con el empleo anclado en sectores tradicionales y poco sofisticados. En 12 provincias la principal rama de empleo es el comercio minorista, 3 provincias tienen a la construcción como sector dominante (Salta, San Juan y Catamarca). Sólo 2 provincias dependen de la extracción de petróleo y gas (Neuquén y Santa Cruz) y Tierra del Fuego tiene como principal actividad la producción de electrónicos (radio y TV).

El mapa muestra el desafío por delante que hay para el empleo en Argentina:

1. ¿De qué manera se puede generar un puente hacia sectores más dinámicos, vinculados a la tecnología, la industria o los servicios profesionales cuando hay un mercado laboral polarizado?

El comercio minorista es la principal fuente de trabajo con casi uno de cada cuatro empleos (24,9%), seguido por los servicios profesionales y empresariales (23,9%) y la enseñanza (19,8%). Sectores como la industria (15,1% del PBI) y la agricultura (6%), que históricamente fueron motores de desarrollo, hoy tienen menor peso en la generación de riqueza y, al mismo tiempo, menos capacidad de absorber trabajadores.

¿Este camino sinuoso será una oportunidad que se pueda aprovechar o se profundizará este proceso? La respuesta dependerá de las políticas públicas, las inversiones y la capacidad de transformar la matriz productiva. Revertir esta situación exige un gran esfuerzo mancomunado de todos los sectores políticos, sindicales, empresariales y religiosos, ya que las potencialidades de Argentina están a la vista.

Fuente: telam

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