24/09/2025
La historia detrás de Caminito, el tango inspirado en un amor imposible y el mito sobre su vínculo con el barrio de La Boca

Fuente: telam
La pieza de Gabino Coria Peñaloza y Juan de Dios Filiberto, que para muchos remite al paseo del sur porteño, en realidad se inspiró en un sendero de la localidad de Los Llanos en La Rioja
>Oriundo del Río de la Plata, el tango remite en la mayoría de sus letras a algún rincón de Buenos Aires. Sin embargo, aunque muchos estén convencidos de que habla del típico paseo de La Boca, Caminito no se refiere a un paisaje porteño sino que fue inspirado en un valle de la provincia de La Rioja. ¿Cómo es posible eso? La historia se remonta al año 1903.
“Caminito que el tiempo ha borrado, que juntos un día nos viste pasar. He venido por última vez, he venido a contarte mi mal. Caminito que entonces estabas, bordeado de trébol y juncos en flor. Una sombra ya pronto serás. Una sombra lo mismo que yo”, cantaba Carlos Gardel en 1926, cuando Juan de Dios Filiberto le puso música a estos versos para que él pudiera grabarlo junto a la discográfica Odeón.
“Caminito se inspiró en un sendero de aquel pueblito de Olta, en La Rioja, donde alguna vez transité allá por mis años mozos”, explicó Coria Peñaloza muchos años después. Pero, ¿qué lo llevó a volcar en tinta y papel esas palabras? Pues, ni más ni menos, que una historia de amor. Gabino viajaba desde Chilecito, el pueblo riojano en el que se había instalado, a la provincia de San Luis, cuando una crecida del río lo obligó a interrumpir su camino y lo dejó varado varios días en ese sitio. Y fue en ese interín que los habitantes del lugar lo invitaron a una tertulia en casa de una familia acomodada, en la que conoció a María.
“Desde que se fue, triste vivo yo. Caminito amigo, yo también me voy. Desde que se fue, nunca más volvió. Seguiré sus pasos...Caminito, adiós”, continúa diciendo la letra de este clásico de la música rioplatense. Y culmina: “Caminito que todas las tardes feliz recorría cantando mi amor. No le digas si vuelve a pasar, que mi llanto tu suelo regó. Caminito cubierto de cardos, la mano del tiempo tu huella borró...Yo a tu lado quisiera caer. Y que el tiempo nos mate a los dos”.
Los años pasaron. Y, en 1920, Gabino conoció a Filiberto por intermedio del pintor Benito Quinquela Martín. Juntos formaron una exquisita dupla creativa que compuso tangos como El pañuelito, La cartita y La Vuelta de Rocha, entre otros. Hasta que un día de 1925, el músico creó una melodía inspirada en un sendero de su barrio, La Boca, y le pidió al poeta que escribiera una letra acorde a la misma. Y fue entonces cuando Coria Peñaloza rescató de entre los papeles que guardaba en su pensión, esos versos que más de dos décadas atrás había escrito para ese amor riojano.El éxito de la pieza se extendió a todos los rincones del mundo a los que llegó el tango. Así que, en 1927, Ignacio Corsini la interpretó en el sainete Facha Tosta que se presentó en el viejo Teatro Cómico (hoy Lola Membrives), logrando que se convirtiera en un verdadero suceso a nivel local. Y luego, el éxito de la pieza se extendió a todos los rincones del mundo a los que llegó el tango, ya sea gracias a los cantores o a las distintas grabaciones, generando que muchos de los amantes del género quisieran visitar ese Caminito que hoy está declarado como “calle museo” en La Boca. Aunque también exista otro en Olta, con un monolito que destaca su “valor cultural”.
Fuente: telam
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