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10/09/2025

Cecilia Boufflet en “Y sí, soy mamá”: “Si te hacés el amigo de tus hijos, pierden a un padre”

Fuente: telam

La periodista especializada en economía habla sobre el desafío de criar a Juani y Juli entre la libertad y los límites, el valor de aprender a soltar el control y el equilibrio entre vocación profesional y vida familiar

>“Me cuesta ceder el control, en la crianza y en la vida”, reconoce Cecilia Boufflet con una sonrisa que revela tanto honestidad como autocrítica. Madre de dos, y defensora férrea de la autonomía de sus hijos, busca que Juani (21) y Juli (16) crezcan con la libertad de elegir, pero acompañados y con límites claros: “Siempre traté de generar el espacio para que pudieran expresar qué querían decir. Entender que esa voz era escuchada y valorada bajó mucho las tensiones en casa”.

—¿Qué intereses tienen Juani y Juli? ¿Están estudiando?

Y Juli todavía está en el cole haciendo una orientación en Medios, en la escuela a la que va, pero no le interesa. Dice que no le gusta el periodismo, pero sí le interesa toda la parte artística, la fotografía, el cine y la comedia musical. Esa curiosidad y esa sensibilidad la tuvo siempre.

—Ninguno de mis hijos tiene como intención de repetir modelo, pero algún mandato debemos haber colado por ahí, seguro. No me animaría a apostar que no lo hicimos.

—Julia está en plena adolescencia y Juani ya es un joven adulto. ¿Cómo fuiste llevando esas etapas?

—Es fundamental la comunicación, siempre tener la puerta abierta para que te vengan a hablar de todo, ¿no?

—Sí, una amiga que me hice como mamá del cole, dice “como madre de los adolescentes, tenemos que tener muy entrenada la cara de no sorpresa o no susto”. Para que tu hijo no deje de contarte las cosas que hicieron, las cosas que pasaron. Y la puerta yo creo que hasta naturalmente un día se cierra, los chicos la cierran. Está bueno trabajar y estar parado atrás de esa puerta para que el día que la abran vos estés parado ahí.

—Los primeros años de maternidad son muy desafiantes en términos de demanda y, sobre todo, de mandato para las mujeres. Yo tuve mis hijos hace 20 años y no estaba tan permitido decir que te gustaba mucho el trabajo, incluso a veces más que estar en tu casa con tus hijos. Si vos tenés una vocación, te pasa.

Yo me tomé tres meses de los tres meses obligatorios de licencia y nada más, y volví como un poco corriendo al trabajo, desesperada. Yo decía “no doy más del disfraz de Piñón Fijo”, pero eso se lo podía decir a mi marido y a mi jefe, y a nadie más, ni siquiera a mis amigas. Porque estaba mal visto que tuvieras más ganas de ir a trabajar que quedarte a cuidar a tu bebé.

—¿Por qué era importante para vos volver al trabajo?

—Para mí era vital, porque tengo una vocación, porque me gusta mi trabajo y porque me parecía que no hay mejor mamá que una mamá realizada y feliz con lo que hace. Esas cosas se transmiten con la experiencia, con lo que los chicos ven todos los días.

—Sí. Si no tenés una pareja que está muy a la par tuya y que tiene tus mismas ideas, a veces es difícil de llevar adelante. Cuando los chicos se quedaban con él, mi marido me decía “los voy a cuidar como si fueran mis hijos”. Las madres tenemos naturalmente o por mandato esta cosa de ser un poco como “dueñas” de los hijos y, cuando nos corremos, queremos que el que está haga lo que nosotras queremos. Bueno, esa es una trampa. De ahí tenemos que corrernos nosotras, chicas. Si somos pares, el otro decide igual que nosotras. Mi pareja ha sido el gran aliado para que yo pudiera trabajar, irme tranquila y asumir desafíos profesionales teniendo chicos chiquitos.

—¿Te costó ceder el control en la crianza?

—Dijiste que sos quien sos también gracias a lo que aprendiste de Juani y Juli, ¿qué aprendiste de ellos?

—¿Es un desafío mantener ese límite de tu rol como mamá?

—Vos hacés foco en la educación financiera de los chicos, ¿cómo lo implementás con los tuyos?

—¿Cómo hacés para que registren el valor de las cosas que tienen?

—¿Y cómo manejás las responsabilidades sobre el dinero?

Al final, Cecilia destaca que las experiencias cotidianas, los pequeños límites y las charlas sinceras sobre el valor de las cosas son lo que, para ella, más huella puede dejar en la formación de adultos atentos, prudentes y libres. Transmitir que la vida no siempre es inmediata y que el esfuerzo tiene sentido, es una de las herramientas fundamentales que quiere dejarle a sus hijos.

Fuente: telam

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