Martes 9 de Septiembre de 2025

Hoy es Martes 9 de Septiembre de 2025 y son las 03:08 ULTIMOS TITULOS:

08/09/2025

Crímenes, canibalismo y odio de clases: la historia atroz de la familia Chijon, que revive Netflix en una serie documental

Fuente: telam

Una banda surcoreana sembró el terror en los noventa con secuestros y torturas. El testimonio de una mujer cambió el rumbo de la investigación. El trauma que persiste con el paso de las décadas

>Un oscuro capítulo de la historia criminal de Lo que en un principio parecía el simple resentimiento de unos jóvenes de clase trabajadora pronto se transformó en una ola de violencia extrema, secuestros y El grupo, liderado por Kim Gi-hwan y compuesto por siete miembros, actuó bajo una doctrina de odio y castigos mortales, eligiendo a sus víctimas a partir de listas cuidadosamente seleccionadas, mientras ocultaban su brutalidad tras la apariencia de una familia común.

Su testimonio no solo permitió la captura y condena de todos los responsables, sino que también expuso el costo personal y social de una violencia que, aún hoy, deja profundas cicatrices.

La familia Chijon —también identificada como la banda Jijonpa— operó entre 1993 y 1994, en un entorno marcado por resentimiento social y desigualdad económica. Liderado por Kim Gi-hwan, el grupo surgió tras una partida de póker donde él y otros dos hombres, Moon Sang-rok y Kim Hyun-yang, compartieron su odio hacia los ricos.

Reclutaron pronto a otros jóvenes de clase trabajadora, estableciendo una doctrina basada en odio a los ricos, castigo mortal a los traidores y desconfianza absoluta hacia las mujeres. Su objetivo fue reunir mil millones de wones (alrededor de USD 1,25 millones de la época) mediante secuestros y extorsiones, según detalló Daily Mail.

El grupo, integrado por siete miembros, utilizó sus ahorros para adquirir vehículos, armas —entre ellas rifles, una ametralladora y explosivos— y preparó una base en la casa materna de Kim en Bulgap-myeon.

El modus operandi de la familia Chijon combinó violencia extrema, tortura y canibalismo. Su primera víctima, Choi Mi-ja, era una joven cajera de banco secuestrada en Nonsan, violada y asesinada por Kim Gi-hwan, quien obligó a sus compañeros a realizar el entierro.

Cuando Song Bong-woo, uno de los miembros, intentó huir tras el crimen, el grupo lo localizó y lo mató brutalmente, cumpliendo su código de castigo a los traidores. La banda trasladó su base a Bulgap-myeon, construyó allí una extensión con celdas y un incinerador, y continuó sus crímenes bajo la fachada de una familia ejemplar.

Simularon un accidente al forzar a Lee Jong-won a ingerir alcohol, luego lo asfixiaron y arrojaron su coche por un acantilado. Días después, capturaron a una pareja adinerada en un cementerio, So Yun-oh y Park Mi-ja, a quienes torturaron y extorsionaron por un rescate.

Obligaron a Lee Jeong-su a dispararles con una pistola de aire y, en un acto estremecedor, la forzaron a comer parte de sus hígados. Para ocultar el olor de los cuerpos incinerados, organizaron una barbacoa con los vecinos, sirviendo carne de cerdo mientras, bajo sus pies, los restos humanos se reducían a cenizas.

La fuga de Lee Jeong-su, la única sobreviviente, resultó determinante para el final de la banda. Tras más de una semana de cautiverio, uno de los miembros la llevó al hospital, creyendo que no denunciaría por miedo.

Tanto TIME y como Daily Mail reportaron que los detenidos mostraron absoluta falta de remordimiento, llegando a gritar ante los agentes frases como: “No soy humano”.

El juicio se resolvió en un mes: todos los miembros recibieron la pena de muerte y fueron ejecutados dos días después. La casa de Bulgap-myeon, conocida como “Abanggung”, se demolió rápidamente, pero el recuerdo de los crímenes permaneció en la memoria colectiva.

La historia de la familia Chijon, que heló la sangre de toda Corea del Sur, vuelve a ocupar titulares y conversaciones luego del estreno de la docuserie de Netflix: >Algunos episodios se enfocaron en contextualizar los crímenes en las fallas sistémicas, mientras otros fueron criticados por el tono sensacionalista y por exponer a las víctimas a una nueva revictimización.

Fuente: telam

Compartir

Comentarios

Aun no hay comentarios, sé el primero en escribir uno!