04/09/2025
Cómo y por qué escribí una novela que incomoda y quita romanticismo a la adopción

Fuente: telam
La autora de “Como un ciclón” detalla la experiencia personal que inspiró la trama de su relato, al que define como un “thriller burocrático” vivido a toda velocidad
>Sabía que tenía una buena historia para contar. Todos los que adoptamos un hijo tenemos una. Yo quería narrar el proceso de adopción y el sufrimiento que atraviesan las familias en ese recorrido. Porque nosotros lo habíamos vivido en carne propia y me parecía que la cantidad de situaciones delirantes con las cuales nos habíamos enfrentado merecían ser compartidas. Cuando uno se embarca en la decisión de ahijar de esa manera, se mete de lleno en un universo totalmente nuevo, muy particular y un poco enloquecedor. Al hacerlo en otro país, ese desafío se nutre -además- de otros matices culturales específicos (en este caso los de Haití). Uno se sube, casi sin saberlo, a una especie de montaña rusa cuyo relato no tiene desperdicio. Al día de hoy, cada vez que recuerdo las cosas que tuvimos que pasar, me parece todo muy surrealista. ¿Cómo puede ser que un juez te dé un certificado de idoneidad sin conocerte personalmente? Y al mismo tiempo, ¿por qué la justicia tiene que decidir si soy apta para adoptar? ¿Y qué pasa con los hijos biológicos? ¿Alguien se asegura de que los adultos estemos capacitados para criarlos?
Elegí hacer foco en la familia adoptante y no en el niño. Es difícil de explicar, pero no quería escribir una historia de adopción. Quería un libro que hablara de la construcción de una familia. Que pudiera cautivar a cualquier lector o lectora, no solamente a los que este tema los toca de una manera u otra. Quería que, al leerlo, cualquiera pudiera identificarse de algún modo con las situaciones cotidianas que arman y desarman la vida de esa familia, en esa ciudad, en ese barrio porteño en particular. Además, el hecho de que la pareja protagonista ya tuviera una hija biológica al decidir adoptar (tal cual fue en nuestro caso), me sumaba por lo inusual. Sus miedos y expectativas también quedaron plasmados en la novela. Al igual que las peleas y diferencias que irrumpieron en la pareja durante la larga espera.
Alguna vez me dijeron que escribo como un tren de alta velocidad y creo que eso describe bastante bien mi estilo narrativo. También me tildaron de “desfachatada”, y me lo tomé como un piropo. No me interesa escribir algo que no hace ruido. Me atrae mucho la idea de que el lector se quede pensando en un tema planteado en el libro, que no lo suelte, o que se cuestione actitudes que naturalizamos como sociedad. Así como en mi primera novela (a)Fortunata ataco la idealización de la maternidad, en Como un ciclón trato de desromantizar la adopción. Definitivamente este es un libro que incomoda, que habla también de racismo, desequilibrio de poder y privilegios. Son cuestiones que están más en segundo plano, pero siempre están.
Fuente: telam
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